En el primer día Nacional del Medio Ambiente celebrado en Chile son varios los temas que vale la pena destacar y discutir en el país: desde el reciclaje hasta la protección de áreas verdes. Pero los que urge poner sobre la mesa tienen que ver con la contaminación y la congestión, tanto de la capital como del resto del país, lo cual se ha incrementado en los últimos años por el aumento de autos que están en la calle.
Para 2020, se estima que el número de vehículos en Chile podría llegar a los 6 millones. Hoy, son 3.781.001 automóviles de transporte particular los que circulan que se suman a casi 400 mil que no corresponden a esta categoría, según el Informe Anual de Medio Ambiente de 2014 realizado por el Instituto Nacional de Estadísticas.
De los particulares, el 41,5% está en la Región Metropolitana. Es por esto que es hoy cuando debemos sugerir alternativas para evitar el colapso al que podemos llegar en 5 años, ya que no solo estaríamos evitando un mal rato al enfrentarnos a una gran congestión vehicular, sino que ayudaríamos a preservar nuestro ecosistema.
La economía compartida surge como una de las soluciones para evitar este daño al medio ambiente; distintas personas se asocian con otras para compartir bienes y serviciosy logran aumentar su eficiencia e impactar positivamente en ellos y su entorno. Para poder llevar a cabo este tipo de colaboración, llamado también sharing economy, es fundamental el uso de la tecnología.
Una forma para fomentar el uso eficiente de la oferta de autos, es lo que hacen las Empresas de Redes de Transporte. Con el desarrollo tecnológico, el masivo uso de smartphones, los pagos electrónicos que significa no depender del dinero en efectivo y el desarrollo de los GPS, estas empresas se enfocan en intermediar entre usuarios y quienes prestan servicios de transporte.
De esta manera, se establece una conexión entre la oferta y la demanda y se hace más fácil descongestionar las calles, lo que promueve una descontaminación medioambiental. Esto es lo que hacen distintas compañías, que se dedican a fomentar los viajes compartidos, también conocidos como ride sharing.
En mercados consolidados, donde aplicaciones de ride sharing funcionan hace ya varios años, los resultados son reveladores. En Chicago, por ejemplo, se estima que cada vez que un auto compartido sale a la calle son 20 los autos que dejan de hacerlo, lo cual tiene un evidente efecto positivo tanto en problemas de congestión como de descontaminación.
Por eso, es importante realzar el rol de la tecnología que, a través de conceptos como la economía compartida, nos ayuda a construir un lugar mejor para vivir, un mundo limpio, con menos congestión, pero lo más importante con conciencia del cuidado al medio ambiente y la biodiversidad. Es importante que hoy tomemos las decisiones que van a afectar a nuestro planeta en el futuro, y así encontrar soluciones que beneficien a todos los actores involucrados.