Azul Azul, propietario del club deportivo de la “U”, había llegado a un acuerdo con el anterior rector de la Universidad de Chile para construir su anhelado estadio de fútbol en una fracción del terreno área verde conocido como Parque Laguna Carén, comuna de Pudahuel, donado por el Estado a nuestra principal universidad a fines del gobierno de Patricio Aylwin.
El Parque Laguna Carén tiene una superficie de un poco más de 1.000 hectáreas y forma parte del “Sistema Metropolitano de Áreas Verdes y Recreación” del Plan Regulador Metropolitano de Santiago (PRMS), instrumento normativo urbano vigente en nuestra saturada región desde el año 1994.
En este parque metropolitano se pueden desarrollar actividades relacionadas con los aspectos recreacional, deportivo, de culto, cultural, científico, de esparcimiento y turismo al aire libre, respetándose su valor paisajístico y su equilibrio ecológico, tal como lo dice dicho instrumento.
La Universidad de Chile tiene un interesante proyecto científico tecnológico, el cual ha sufrido algunos inconvenientes para su realización, pero estamos seguros que en el mediano plazo logrará ejecutarlo porque la referida donación del Estado estaba condicionada a que ese proyecto se materializara en un período de tiempo determinado.
El artículo 5.2.2 del PRMS, en donde se listan los parques metropolitanos, como el que estamos aludiendo, dice que las instalaciones y/o edificaciones complementarias que puedan desarrollarse en este tipo de parques no podrán sobrepasar, en su conjunto, el 1% de la superficie total del predio, incluidas las áreas de estacionamientos y sabemos que el alcalde de Pudahuel, Johnny Carrasco, no está muy conforme con esta iniciativa y algunas comunidades de sectores aledaños han expresado su oposición por distintos motivos.
Ahora bien, por su carga de ocupación y por los impactos que generará la construcción del estadio, que albergará a unas 35. 000 personas, Azul Azul deberá someterlo a un riguroso Estudio de Impacto Ambiental (EIA) para dar cumplimiento a la Ley de Bases Generales del Medio Ambiente, el cual deberá ser aprobado o rechazado por la institucionalidad competente, teniéndose en cuenta que las obras de construcción del mismo no se pueden iniciar si el EIA no cuenta con una resolución de calificación favorable.
Recordemos también que el EIA contempla la participación ciudadana, lo que significa que todos aquellos residentes de la comuna de Pudahuel, como los de las comunas contiguas, podrán formular observaciones al proyecto.
El lugar elegido para su emplazamiento es rural y por la gran cantidad de estacionamientos que considerará el proyecto deberá ser sometido a un Estudio de Impacto Sobre el Sistema de Transporte Urbano (EISTU), tal como lo ordena el artículo 2.4.3 de la Ordenanza General de Urbanismo y Construcciones (OGUC), análisis muy técnico que entra a una ventanilla única de servicios públicos competentes con coordinación por parte del Seremi de Transportes.
Si el EISTU es aprobado se le exigirá a Azul Azul la ejecución, a sus expensas, de una serie de obras de mitigación vial y otras tantas medidas de compensación para aquellos que se sientan perjudicados.
El permiso de edificación solo será otorgado por la Dirección de Obras de Pudahuel si Azul Azul cuenta con el EISTU autorizado y las variadas acciones de mitigación, básicamente infraestructuras, que son exigidas a la recepción final del estadio.
Por lo anterior, teniéndose presente la lejanía que tendría dicho estadio de los centros poblados de la ciudad, con objetividad vemos que se le complica el panorama a su titular, pero no por ello hay que desmayar.
Qué proponemos.
Hace algunos años al ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu) y al ministerio de Defensa Nacional se les ocurrió clausurar el aeropuerto de Los Cerrillos, situado en la comuna del mismo nombre, para llevar a cabo en las 254 hectáreas de esa infraestructura aeroportuaria, un atractivo mega proyecto inmobiliario que, entre otras cosas, iba a tener en sus viviendas un prototipo de integración social.
Por negligencia del gobierno de la época, el cambio de uso de suelo a habitacional mixto en el PRMS, no fue sometido a un EIA, tal como lo ordena la ley, sino que las autoridades de entonces se conformaron con presentar una simplista Declaración de Impacto Ambiental (DIA), procedimiento inútil para el propósito del cambio normativo.
Esta materia, con justa razón, fue denunciada en los tribunales de Justicia por la Federación Aérea de Chile y como era de esperase, la Corte Suprema anuló el acto administrativo de la insuficiente DIA, exigiendo al gobierno que se sometiera a la ley, lo que todavía no acontece.
Dado que esas 254 hectáreas fiscales administradas por el Servicio de Vivienda y Urbanización (Serviu), las que ya cuentan en su interior con un hermoso parque de 50 hectáreas, absolutamente materializado como área verde, obra de recreación y esparcimiento financiada y mantenida por el Estado, pero que no es utilizada con intensidad por la población, somos partidarios que Azul Azul se acerque al Minvu, superior directo del Serviu, para ver la posibilidad de construir allí su estadio.
Ese espacio público está rodeado de excelentes vialidades y con una próxima línea del Metro, pero lo más importante es su centralidad ya que la comuna de Cerrillos está exactamente en el medio de las 52 comunas que conforman la región metropolitana de Santiago.
El Serviu perfectamente le puede entregar en comodato unas 20 hectáreas de su predio fiscal a Azul Azul para que finalmente se pueda hacer realidad el estadio que los hinchas de la “U” reclaman con justa razón.