15 dic 2011

De municipios y arquitectos

Cada vez que se acerca un fin de año, vemos impávidos cómo se cambian pavimentos de calles en buen estado, y se levantan baldosas de veredas nuevas para poner otras baldosas aunque la mayoría de las calles pequeñas parezcan campos minados, y las veredas de los barrios, pistas de motocross.

Sabemos que la municipalidad no ha ejecutado todo su presupuesto y que lo hace a toda prisa antes del 31 de diciembre, con tal de justificar gastos y el presupuesto venidero.

Ocurre en todo el aparato estatal, a todo nivel, y es un mal asumido de nuestra administración pública. Puedo aceptarlo como tal. Pero porqué la manía de intervenir los hermosos parques públicos de Santiago Centro, cuando en las poblaciones de dicha comuna y de casi todas, sobran los peladeros, las plazas áridas y las canchas sin pasto.

El centralismo en Chile es fractal, se reproduce a todas las escalas, y la urbanística no escapa en lo absoluto. Pareciera que el criterio de los departamentos de arquitectura de los municipios fuera que ciertas cuadras, parques y lugares públicos deben estar siempre modernizándose, verse de primer mundo. Fuera de esas manzanas está el Chile promedio que no importa.

Como vecino fui testigo en los últimos dos meses, de una remodelación (no encuentro qué palabra utilizar), completamente innecesaria de la Plaza Brasil, un espacio público tradicional y muy bien mantenido pese a su gran uso.

Desarmaron los viejos juegos para colocar otros nuevos, sacaron pasto de acá y colocaron más allá, cambiaron los viejos y robustos bancos de plaza por unos más endebles y pequeños. Cambiaron todos los rebordes de cemento de los céspedes, para colocar un nuevo reborde, más grueso y más alto. Y para peor renovaron el maicillo, ese trumao innecesariamente traído a la ciudad del smog.

Vaya y pase. Pero quién explica, a qué ciudadanía se le consulta la necesidad de gastar enormes recursos públicos en intervenir el Parque Forestal. ¡El Parque Forestal! Pero ¿qué problema tienen con el Parque Forestal? ¿Qué están haciendo?

Hace pocos días lo recorrí con una mezcla de tristeza y rabia. Arrancaron los viejos bancos, amontonándolos como basura e inutilizándolos, para colocar menos bancos de los más nuevos. Cambiaron los mismos rebordes que en Plaza Brasil, y de nuevo a poner pasto acá y a sacar de allá.

Muchas intervenciones buenas o malas, aunque sin duda discutibles. Pero lo que no puedo entender es para qué meterse con la Fuente Alemana.

¿Qué problema tenía la Fuente Alemana? Eliminaron toda su pileta periférica, sin entender que alguien hace mucho tiempo diseñó la ubicación de dicho monumento de una manera, en una cierta estructura, y aunque sea discutible a la luz de la estética imperante actualmente, debemos dejar que nuestros espacios públicos envejezcan y nos cuenten su historia. No se trata de no cuidarlos, todo lo contrario, se trata de conservarlos en vez de rehacerlos.

Parece más fácil para los municipios cada cierto tiempo hacer todo de nuevo que trabajar todos los días y con la comunidad para cuidar y querer nuestros lugares.

Ahí está parte de la respuesta a la pregunta de por qué los destrozos a los bienes públicos en las grandes manifestaciones. Pues porque quien los destruye no los siente suyos, porque nadie le ha consultado, porque los han modificado tantas veces que no hay en su memoria afectiva nada que lo lleve a proteger lo colectivo.

Porque como esos bienes no son de todos, sino que de la autoridad, al manifestarse hay que hacer que al Poder le duela.

En mi opinión son mayores los destrozos civilizados y planificados de los municipios y arquitectos, que los aleatorios vandalismos callejeros.

Y nada es porque si, pues es sin duda más lucrativo para los arquitectos y sus empresas contratistas y chupasangres de erario público, borrar todo y hacerlo de nuevo y volver a firmarlo, que hacer las mínimas intervenciones realmente necesarias.

Hace no mucho fue la Quinta Normal con una enorme intervención paisajística a uno de los más carismáticos parques del Santiago antiguo, y antes lo fue Plaza de Armas.

Recuerdo a un arquitecto decir en el programa de Warnken que la Plaza de Armas de Santiago ostentaba un paisajismo de finales del siglo XIX que debía ser actualizado. Hay en ese juicio tanto fascismo, conservadurismo e intolerancia como en la más recalcitrante clase política en el poder.

Por algo será.

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  • Pablo Peña

    Notable columna
    Tanto por poner el tema sobre la mesa como por el enfoque adoptado.
    Sí, en realidad es un asunto de primer interés público en Chile. Particularmente en la comuna de Santiago, nuestra capital, pero también en la mayoría de nuestras capitales regionales. Hay excepciones, pero en su mayoría se rigen por el mismo principio, en el sentido que indica el autor.
    Y ciertamente el factor que se encuentra detrás de este fenómeno no es un asunto técnico o de competencias (como podría suponerse a primera vista) sino que el espíritu y la ética utilitarista, que en Chile se cuela desde el sector privado hacia todas aquellos espacios de naturaleza pública: Salud, educación, cultura, deporte, etc. 
    El problema no es la existencia de este ética (deseable en el mundo de los negocios), sino que absorba o domine a la noción de espacios, funciones, derechos públicos.
    Entender esta gran diferencia y aplicarla al país será el desafío de nuestra generación durante los próximos años. 

  • Pablo Peña

    Notable columna
    Tanto por poner el tema sobre la mesa como por el enfoque adoptado.
    Sí, en realidad es un asunto de primer interés público en Chile. Particularmente en la comuna de Santiago, nuestra capital, pero también en la mayoría de nuestras capitales regionales. Hay excepciones, pero en su mayoría se rigen por el mismo principio, en el sentido que indica el autor.
    Y ciertamente el factor que se encuentra detrás de este fenómeno no es un asunto técnico o de competencias (como podría suponerse a primera vista) sino que el espíritu y la ética utilitarista, que en Chile se cuela desde el sector privado hacia todas aquellos espacios de naturaleza pública: Salud, educación, cultura, deporte, etc. 
    El problema no es la existencia de este ética (deseable en el mundo de los negocios), sino que absorba o domine a la noción de espacios, funciones, derechos públicos.
    Entender esta gran diferencia y aplicarla al país será el desafío de nuestra generación durante los próximos años. 

  • http://www.facebook.com/people/Carolina-Soto-Riveros/598629762 Carolina Soto Riveros

    No quiero escribir desde la “pica” porque soy
    arquitecto y trabajo en una muni, Jé! Pero es que la verdad me parece que
    muchas veces los arquitectos callamos y otorgamos y dejamos que nuestro buen
    oficio se transforme en algo únicamente comprensible por otros arquitectos, el
    resultado de eso es que la gente confía poco en nosotros y nuestra habilidad
    para mejorar su calidad de vida y la arquitectura se transforma en algo
    discutible solo para la audiencia de un programa elitista de TV.
    Mas comparto tus opiniones que lo que discrepo, me parece si, que son un poco
    apresurados algunos juicios y me quiero ir deteniendo en ellos, porque también
    esta bueno ir aprendiendo de las otras disciplinas, primero en lo que
    concuerdo, las autoridades estatales orientan sus recursos basados mas en
    intereses personales que en el “bien común” eso es así de categórico,
    invertir en un proyecto mas vistoso que captura la mirada de mas votantes es
    para los políticos que nos gobiernan infinitamente mas llamativo que orientar
    recursos para solucionar  necesidades de primer orden para la comunidad. O
    resolver un problema con un parche en lo inmediato y dentro de su mandato es más
    atractivo que idear una mejora a largo plazo que no va a ser vinculada con su administración.
    En ese proceso lamento decir que los arquitectos funcionamos como soldados,
    poco hay de “lucro” en aquello y conozco a re pocos arquitectos
    dueños de empresas, en general las empresas quieren pega y participarían
    felices en cualquier proceso de licitación que les asegure capturar la ejecución
    de algún proyecto, los proyectos a licitar los define la autoridad. Yo tengo en
    mi PC decenas de proyectitos que jamás han visto la luz de una licitación pública…
    Debes recordar que habitamos un país sumamente subdesarrollado, hay deterioro
    por doquier y años de desidia en nuestro patrimonio tangible por lo tanto, los
    arquitectos, siempre asumimos felices la intervención en aquellos que si bien
    no son de primera necesidad si necesitan trabajos de restauración. Y en ese
    sentido hay muchos modos de restaurar algo. Sobre eso nos sentamos a discutir
    porque espero que sepas que eso es largo. Pero sobre los proyectos que
    mencionas:
    El del parque forestal es una tontera, comparto, debo informarte que ese proyecto
    era mucho más agresivo y la comunidad, organizada, se opuso y logro que se
    ejecutara solo lo que a ellos les parecía menos invasivo. Tengo que contarte,
    eso si, que el parque forestal tiene graves problemas, ninguno de los cuales se
    soluciona con este proyecto ni con el que la comunidad vetó. Los plátanos se están
    quedando sin tierra y están destinados a morir…

    Sobre la intervención en el parque de la quinta, me
    tranquiliza que el arquitecto a cargo es un arquitecto que a trabajado en
    patrimonio y tiene sensibilidad en el respeto de las preexistencias, no se a
    ti, a mi la estación Mapocho me encanta. Me parece que para criticarlo o
    alabarlo hay que conocer el proyecto, También conozco al arquitecto que hizo el
    proyecto de remodelación del parque Ohiggins que me parece mejoro mucho después
    de su intervención, te estoy hablando arquitectos  que desempeñan su oficio de manera
    responsable y que se aproximan hacia los temas de conservación de manera critica
    y respetuosa.

    Sobre la plaza brasil, no tengo idea, que pena lo que
    cuentas  ¿en verdad sacaron los juegos?
    Que horrible, cual será el motivo.

    En la plaza de armas, comparto contigo que Pérez de arce no
    conservo NADA, me acuerdo cuando ese proyecto se expuso en la escuela, el
    auditorio estaba lleno, el tipo hizo un minucioso rescate de las transformaciones
    que había sufrido la plaza desde su origen hasta el momento en que el la recibió
    para intervenirla, las que incluían arrebatos paisajísticos de primeras damas
    edilicias, que en su momento te habrían parecido barbaricas pero que a la luz
    del tiempo te parecen dignas de conservación, lo que yo entendí en ese momento
    y que completo ahora como arquitecto titulada que trabaja en patrimonio es que el
    después de un trabajo sistemático de análisis de los valores de la plaza no encontró
    nada digno de rescatar, yo discrepo, pero el tipo hizo un trabajo re serio y se
    gano  un concurso publico y la plaza que
    diseñó a mi me parece buena, me gusta lo que hizo frente a la catedral, me
    agrada el mobiliario que diseñaron, los pavimentos y los robles americanos van
    a seguir creciendo para transformar ese espacio publico en un lugar notable que
    en 50 años mas te va a parecer digno de conservar.

    En resumen, Federico, me parece que concuerdo con el fondo
    de tu reclamo, pero creo que te dispersas en tu ataque y que podrías
    documentarte mejor, hay mucho prejuicio y me encantaría escuchar tu juicio tras
    familiarizarte con algunas de las cosas que criticas.

     
     

  • http://www.facebook.com/people/Carolina-Soto-Riveros/598629762 Carolina Soto Riveros

    No quiero escribir desde la “pica” porque soy
    arquitecto y trabajo en una muni, Jé! Pero es que la verdad me parece que
    muchas veces los arquitectos callamos y otorgamos y dejamos que nuestro buen
    oficio se transforme en algo únicamente comprensible por otros arquitectos, el
    resultado de eso es que la gente confía poco en nosotros y nuestra habilidad
    para mejorar su calidad de vida y la arquitectura se transforma en algo
    discutible solo para la audiencia de un programa elitista de TV.
    Mas comparto tus opiniones que lo que discrepo, me parece si, que son un poco
    apresurados algunos juicios y me quiero ir deteniendo en ellos, porque también
    esta bueno ir aprendiendo de las otras disciplinas, primero en lo que
    concuerdo, las autoridades estatales orientan sus recursos basados mas en
    intereses personales que en el “bien común” eso es así de categórico,
    invertir en un proyecto mas vistoso que captura la mirada de mas votantes es
    para los políticos que nos gobiernan infinitamente mas llamativo que orientar
    recursos para solucionar  necesidades de primer orden para la comunidad. O
    resolver un problema con un parche en lo inmediato y dentro de su mandato es más
    atractivo que idear una mejora a largo plazo que no va a ser vinculada con su administración.
    En ese proceso lamento decir que los arquitectos funcionamos como soldados,
    poco hay de “lucro” en aquello y conozco a re pocos arquitectos
    dueños de empresas, en general las empresas quieren pega y participarían
    felices en cualquier proceso de licitación que les asegure capturar la ejecución
    de algún proyecto, los proyectos a licitar los define la autoridad. Yo tengo en
    mi PC decenas de proyectitos que jamás han visto la luz de una licitación pública…
    Debes recordar que habitamos un país sumamente subdesarrollado, hay deterioro
    por doquier y años de desidia en nuestro patrimonio tangible por lo tanto, los
    arquitectos, siempre asumimos felices la intervención en aquellos que si bien
    no son de primera necesidad si necesitan trabajos de restauración. Y en ese
    sentido hay muchos modos de restaurar algo. Sobre eso nos sentamos a discutir
    porque espero que sepas que eso es largo. Pero sobre los proyectos que
    mencionas:
    El del parque forestal es una tontera, comparto, debo informarte que ese proyecto
    era mucho más agresivo y la comunidad, organizada, se opuso y logro que se
    ejecutara solo lo que a ellos les parecía menos invasivo. Tengo que contarte,
    eso si, que el parque forestal tiene graves problemas, ninguno de los cuales se
    soluciona con este proyecto ni con el que la comunidad vetó. Los plátanos se están
    quedando sin tierra y están destinados a morir…

    Sobre la intervención en el parque de la quinta, me
    tranquiliza que el arquitecto a cargo es un arquitecto que a trabajado en
    patrimonio y tiene sensibilidad en el respeto de las preexistencias, no se a
    ti, a mi la estación Mapocho me encanta. Me parece que para criticarlo o
    alabarlo hay que conocer el proyecto, También conozco al arquitecto que hizo el
    proyecto de remodelación del parque Ohiggins que me parece mejoro mucho después
    de su intervención, te estoy hablando arquitectos  que desempeñan su oficio de manera
    responsable y que se aproximan hacia los temas de conservación de manera critica
    y respetuosa.

    Sobre la plaza brasil, no tengo idea, que pena lo que
    cuentas  ¿en verdad sacaron los juegos?
    Que horrible, cual será el motivo.

    En la plaza de armas, comparto contigo que Pérez de arce no
    conservo NADA, me acuerdo cuando ese proyecto se expuso en la escuela, el
    auditorio estaba lleno, el tipo hizo un minucioso rescate de las transformaciones
    que había sufrido la plaza desde su origen hasta el momento en que el la recibió
    para intervenirla, las que incluían arrebatos paisajísticos de primeras damas
    edilicias, que en su momento te habrían parecido barbaricas pero que a la luz
    del tiempo te parecen dignas de conservación, lo que yo entendí en ese momento
    y que completo ahora como arquitecto titulada que trabaja en patrimonio es que el
    después de un trabajo sistemático de análisis de los valores de la plaza no encontró
    nada digno de rescatar, yo discrepo, pero el tipo hizo un trabajo re serio y se
    gano  un concurso publico y la plaza que
    diseñó a mi me parece buena, me gusta lo que hizo frente a la catedral, me
    agrada el mobiliario que diseñaron, los pavimentos y los robles americanos van
    a seguir creciendo para transformar ese espacio publico en un lugar notable que
    en 50 años mas te va a parecer digno de conservar.

    En resumen, Federico, me parece que concuerdo con el fondo
    de tu reclamo, pero creo que te dispersas en tu ataque y que podrías
    documentarte mejor, hay mucho prejuicio y me encantaría escuchar tu juicio tras
    familiarizarte con algunas de las cosas que criticas.

     
     

  • http://www.facebook.com/people/Rodrigo-Hidalgo/677534170 Rodrigo Hidalgo

    Muy buena columna sr. Eisner 

    Creo que la srta. arquitecta del post anterior recoge el guante sin que sea necesario. No es al gremio de los arquitectos la crítica. Como bien reconoce ella misma, el fondo del asunto está en manos de sus jefes: en la municipalidad de turno, o en la repartición pública que sea. Y como en estos momentos lo que se conocía como Estado (o lo que queda de él, del “sector” público) se está privatizando a través de artimañas de la más variada elaboración, lo que tenemos es que son las empresas inmobiliarias las que hacen y deshacen a su propio antojo, amparadas por un gobierno que de cómplice pasa derechamente a autor de los más increíbles torpezas, crímenes y aberraciones. 
    Acá ya no me detengo en el asunto de la memoria o del patrimonio o del poder llegar a querer un espacio o estatua siquiera. Me detengo sencillamente en lo insultante de la prepotencia del dinero, en la desacarada agresividad que hay detrás de palabras tan “limpias” como patrimonio, arquitectura, urbanismo. Lo que pasa es que no importa la comunidad, no importa el ciudadano. Importa el capital. Ahí está la pelea que dan los vecinos organizados en el barrio Yungay, para detener a los que quieren convertir la plaza del roto en un nuevo paseo Lastarria. No tengo nada contra Lastarria, obvio, pero cualquiera que disfrute habitualmente ese circuito: Rosal, Merced, J. Miguel de la Barra, el barrio Bellas Artes, sabe perfectamente, que es una máscara, que fue amononado como atractivo turístico, y fantástico. Cualquiera pasa feliz por ahí. Otra cosa es un barrio. Donde la gente quiere y cuida sus bancos y estatuas. Cualquiera que haya ido a Buenos Aires y se haya sacado fotos en Caminito y haya conversado con algún vecino de la Boca, sabe de qué estoy hablando. Yo viví en la Boca. En un edificio que era una maravillosa Babel con piezas y piezas y piezas de inmigrantes de todos lados y edades. Y vi cómo fueron convirtiéndola en esa maqueta fotográfica sin alma. Cómo desplazaron a los domionicanos, a los peruanos, a los paraguayos.
    No importa el ciudadano, el que habita. 
    Importa el que paga.
    La respuesta es obvia, Fede. ¿Qué problema tenía la Fuente Alemana?  Pues que su pileta periférica atrae a mucho flaite que se mete al agua en calzoncillos cuando empieza el calor.
    Suerte y salud.

    RH

  • http://www.facebook.com/people/Rodrigo-Hidalgo/677534170 Rodrigo Hidalgo

    Muy buena columna sr. Eisner 

    Creo que la srta. arquitecta del post anterior recoge el guante sin que sea necesario. No es al gremio de los arquitectos la crítica. Como bien reconoce ella misma, el fondo del asunto está en manos de sus jefes: en la municipalidad de turno, o en la repartición pública que sea. Y como en estos momentos lo que se conocía como Estado (o lo que queda de él, del “sector” público) se está privatizando a través de artimañas de la más variada elaboración, lo que tenemos es que son las empresas inmobiliarias las que hacen y deshacen a su propio antojo, amparadas por un gobierno que de cómplice pasa derechamente a autor de los más increíbles torpezas, crímenes y aberraciones. 
    Acá ya no me detengo en el asunto de la memoria o del patrimonio o del poder llegar a querer un espacio o estatua siquiera. Me detengo sencillamente en lo insultante de la prepotencia del dinero, en la desacarada agresividad que hay detrás de palabras tan “limpias” como patrimonio, arquitectura, urbanismo. Lo que pasa es que no importa la comunidad, no importa el ciudadano. Importa el capital. Ahí está la pelea que dan los vecinos organizados en el barrio Yungay, para detener a los que quieren convertir la plaza del roto en un nuevo paseo Lastarria. No tengo nada contra Lastarria, obvio, pero cualquiera que disfrute habitualmente ese circuito: Rosal, Merced, J. Miguel de la Barra, el barrio Bellas Artes, sabe perfectamente, que es una máscara, que fue amononado como atractivo turístico, y fantástico. Cualquiera pasa feliz por ahí. Otra cosa es un barrio. Donde la gente quiere y cuida sus bancos y estatuas. Cualquiera que haya ido a Buenos Aires y se haya sacado fotos en Caminito y haya conversado con algún vecino de la Boca, sabe de qué estoy hablando. Yo viví en la Boca. En un edificio que era una maravillosa Babel con piezas y piezas y piezas de inmigrantes de todos lados y edades. Y vi cómo fueron convirtiéndola en esa maqueta fotográfica sin alma. Cómo desplazaron a los domionicanos, a los peruanos, a los paraguayos.
    No importa el ciudadano, el que habita. 
    Importa el que paga.
    La respuesta es obvia, Fede. ¿Qué problema tenía la Fuente Alemana?  Pues que su pileta periférica atrae a mucho flaite que se mete al agua en calzoncillos cuando empieza el calor.
    Suerte y salud.

    RH

  • http://www.facebook.com/people/Rodrigo-Hidalgo/677534170 Rodrigo Hidalgo

    Carolina Soto… acabo de caer. Cariños querida. :)

  • http://www.facebook.com/people/Rodrigo-Hidalgo/677534170 Rodrigo Hidalgo

    Carolina Soto… acabo de caer. Cariños querida. :)

  • http://www.facebook.com/people/Joaquín-Cociña/572476461 Joaquín Cociña

    Estimado Federico Eisner,
    Me alegra que hables de estos problemas y que los plantees con claridad y con soltura. Concuerdo en todo lo que dices. Parece ser que Chile avanza de manera decidida y excelente hacia… ¿donde? Esa es la pregunta ¿donde queremos llegar? ¿qué ciudad queremos como capital? ¿qué? ¿donde? Las preguntas del punto de llegada, para después decidir cómo y cuánto. Entonces podríamos incluso hacer uso de una coyuntura tan extraña como la falta de gasto en el presupuesto del gobierno para avanzar o mantener las cosas necesarias para llegar a ese punto definido. Ese Proyecto, Plan, Meta… como le gusta a Piñera, con lista de tres.
    Muchos saludos. 

  • http://www.facebook.com/people/Joaquín-Cociña/572476461 Joaquín Cociña

    Estimado Federico Eisner,
    Me alegra que hables de estos problemas y que los plantees con claridad y con soltura. Concuerdo en todo lo que dices. Parece ser que Chile avanza de manera decidida y excelente hacia… ¿donde? Esa es la pregunta ¿donde queremos llegar? ¿qué ciudad queremos como capital? ¿qué? ¿donde? Las preguntas del punto de llegada, para después decidir cómo y cuánto. Entonces podríamos incluso hacer uso de una coyuntura tan extraña como la falta de gasto en el presupuesto del gobierno para avanzar o mantener las cosas necesarias para llegar a ese punto definido. Ese Proyecto, Plan, Meta… como le gusta a Piñera, con lista de tres.
    Muchos saludos.