Al cumplirse 70 años de la Victoria contra el Nazismo y el Fascismo, se confirma que una de las primeras víctimas de la guerra es la verdad. Distorsiones, mentiras y tergiversaciones históricas aparecen recurrentemente; pero, gratitudes, reconocimientos y verdades, actualmente escasean.
Sin embargo, recientemente, durante su Visita de Estado a la Federación de Rusia, 22 y 23 de abril de 2015, la Presidenta de la República Argentina, en su intervención posterior a la firma de acuerdos estratégicos y convenios bilaterales, acompañada del Presidente Vladimir V. Putin, tuvo un notable gesto, a través de sus dichos, en oposición a esa situación de escasez que constatamos.
Cristina Fernández de Kirchner, teniendo en cuenta los actos recordatorios del término de la Gran Guerra Patria (Великая Отечественная Война), con desfile militar en la Plaza Roja de Moscú, el sábado 9 de mayo de 2015, sostuvo: “Y aquí quiero destacar como ciudadana del mundo, no ya como Presidenta de la República, como ciudadana universal, el aporte invalorable que tuvo el Ejército Soviético en la lucha y en la derrota del nazismo y del fascismo.Creo que es importante este reconocimiento que debemos hacer a una nación que perdió 27 millones de vidas, entre soldados y población civil, en la lucha contra el nazismo y el fascismo.”
“Sé que el 9 de mayo van a conmemorar esto con un gran festejo, un gran desfile, hemos visto los ensayos en una de las calles principales y realmente queremos agradecer al pueblo ruso el sacrificio que significó para este pueblo la Segunda Guerra Mundial, el horror de toda guerra.”
Recordemos que la Alemania nazi, junto con ocupar varios países de Europa, ya el 22 de junio de 1941 había lanzado la invasión a la Unión Soviética. De allí, la concepción, desde el punto de vista histórico-soviético, de una Gran Guerra Patria, durante encarnizados casi cuatro años, pasando por la decisiva derrota de los nazis en Stalingrado, mediante una gran contraofensiva soviética, convirtiéndose así en las vísperas de la épica toma del Reichstag de Berlín el 2 de mayo de 1945.
Acertadamente, ya el 6 de julio de 2014, el Presidente François Hollande, en acto de recuerdo del desembarco de Normandía – del 6 de junio de 1944 -, señaló: “Deseo saludar el coraje del Ejército Rojo que, lejos de aquí, frente a 150 divisiones alemanas, fue capaz de hacerlas retroceder.” “Una vez más debo señalar la contribución de los pueblos de la llamada Unión Soviética durante esa contienda.” Se trata de una valiosa gratitud y un merecido reconocimiento histórico.
En relación a la prolongada batalla de Stalingrado, que terminó haciendo prisioneros el 2 de febrero de 1943 al Mariscal Von Paulus y a sus soldados y oficiales sobrevivientes, en la ocasión, el Presidente Franklin D. Roosevelt envió un mensaje especial a los combatientes soviéticos: “Su gloriosa victoria detuvo la ola invasora y dio un giro a la guerra de las naciones aliadas contra las fuerzas de la agresión”.Y a comienzos de 1943 se había roto asimismo el cerco a Leningrado.
De allí que estas verdades imprescindibles deben ser restituidas. El mismo Presidente Roosevelt, después de la batalla de Kursk, la mayor batalla de tanques de la historia, iniciada en julio de 1943, escribió: “La Unión Soviética puede estar orgullosa con razón de sus heroicas victorias”.
Las contribuciones del Ejército Rojo son así, imperecederas, aun contrastadas en la actual situación internacional, en que algunos intentan organizar y orquestar un cerco anti ruso, mediante torpes ensayos de aislamiento, desprestigio, sanciones y tergiversaciones históricas. Recordar que en noviembre de 1943 fue liberada Kiev, capital de Ucrania; y después el turno de Bielorrusia y de las repúblicas bálticas: Estonia, Letonia y Lituania, es una memoria histórica de plena actualidad hoy.
A lo ya expresado por el Presidente Hollande, podríamos recordar cuando el General Charles de Gaulle, estando en Moscú, señaló: “Los franceses saben lo que hizo por ellos la Rusia soviética, y saben que, precisamente, la Rusia soviética jugó un papel principal en su liberación”.Así hoy, las relaciones franco-rusas no debieran afectarse por incumplimientos de contratos y sanciones.
La capitulación final de la Alemania nazi, el 8 de mayo de 1945, a las 22:43, en hora central europea, por diferencia horaria, en la Unión Soviética ocurrió a las 00:43 horas del miércoles 9 de mayo de 1945. En el cuartel de la URSS en Karlshorst, Berlín, el Mariscal de Campo Wilhelm Keitel firmó el acta de rendición incondicional, ante el Mariscal del Ejército Rojo, Gueorgui Zhúkov.
Así surgió el “Día de la Victoria” (“День Победы”). De allí que la conmemoración en la actual Federación de Rusia se realiza siempre el 9 de mayo. Y este año 2015, tiene una particular relevancia y significación, con presencia de 27 Jefas y Jefes de Estado y de Gobierno, de todos los continentes, especialmente invitados, a 70 años de la Victoria contra el Nazismo y el Fascismo.
Ante la grandeza de estas cercanas proezas de ayer, que contribuyeron a detener la locura que conducía el mando de la Alemania nazi, resultan repugnantes y repulsivas algunas descripciones, distorsiones, que escriben, imaginan y mienten sobre la caída de Berlín algunos escritores e historiadores británicos, como Frederick Taylor y Anthony Beevor, y que fueran publicadas por un periodista de un vespertino chileno, el viernes 24 de abril de 2015, en artículo de páginas 34 y 35.
Ciertamente, la llamada ‘alma rusa’ y el orgullo patrio nacional ruso, no podrán ser irrespetados ni mancillados por amenazadores, por distorsionadores, por historiadores y/o por sancionadores. La aportación cardinal, clave, crucial y vital del Ejército Rojo, en momentos decisivos, con victorias estratégicas, merece gratitudes y reconocimientos, con mirada de futuro para toda la Humanidad.
Finalmente, el enorme trabajo de digitalización de 400 documentos alemanes de la Segunda Guerra Mundial realizado,y publicado,por el archivo central del ministerio de Defensa de la Federación de Rusia, en edición revisada del 29 de abril de 2015, es y será una contribución a la verdad sobre los hechos generados por la Alemania nazi y defender esa verdad ante cualquier intento de tergiversación histórica (http://wwwii.germandocsinrussia.org/ru/nodes/2-opis-12454).
Y, recientemente, el Presidente Vladimir V. Putin, el jueves 16 de abril, en Programa Línea Directa, hizo afirmaciones políticas muy francas, pedagógicas y responsables. “Somos una gran potencia nuclear, así que ser nuestro enemigo es honorable, al igual que ser amigo”, agregando sin eufemismos.Rusia no tiene ambiciones imperiales, solo vivir dignamente como Latinoamérica”.
Más aun, el 6 de mayo de 2015, el Presidente de la República Popular China, Xi Jinping, ha dado a conocer un Comunicado, en que afirma: “Los pueblos de China y Rusia están dispuestos con toda la firmeza y esfuerzos, junto con todos los países pacíficos, a oponerse a cualquier intento de negar, distorsionar y reescribir la historia de la Segunda Guerra Mundial.El pueblo ruso y el chino defenderán hombro a hombro la paz en el mundo y promoverán el desarrollo”.
Es de toda justicia, rescatar verdades imprescindibles, ya en el Siglo XXI, con nuevas correlaciones de fuerzas en la arena internacional, dimanantes de la incesante búsqueda de desarrollo, dignidad, independencia, integración, soberanía, solidaridad y paz de los Pueblos, del mundo globalizado.