Ante el hecho evidente de no haber resguardado la seguridad de un periodista secuestrado desde 2012, en un breve y emotivo discurso, Barak Obama-visiblemente encanecido- lamentó el crimen atroz diciendo que se hará todo lo posible por enjuiciar a los culpables pues su nación no olvida…regresando rápidamente y de modo muy responsable a culminar su partida de golf inconclusa.
Lo que ha sucedido posteriormente es una novela de ingenio y sorpresas, con contradicciones especiales, producto de un cruel sacrificio.
Ahora, no antes, se conoce supuestamente que ya se había realizado una misión militar que falló-desvirtuando las películas de Hollywood donde siempre se logra el éxito-pues no se pudo rescatar a estos ciudadanos al “no encontrarse en el lugar”.
Junto a ello, se informa de la exigencia de un rescate por cien millones de dólares como se dijo inicialmente, o euros (ya que no hay total unidad en la información), lo cual habría sido confirmado por la empresa contratista de Foley.Lo extraño es que ésta, antes, había manifestado que tenía en sus documentos un mensaje amenazador previo al asesinato, aunque no mencionó nada semejante a dicha suma.
Y posteriormente, se ha suspendido la emisión del video por “motivos humanitarios” o por considerarse fomento del terrorismo y castigado con prisión, como se definió en Gran Bretaña. Lo que no se ha dicho en la prensa con transparencia es que el periodista fue enfático en culpar al régimen de Obama de ser el responsable de su muerte por la violencia desatada en Irak y contra sus captores, incitando a comenzar un levantamiento radical en esa nación norteamericana.
Extrañamente después de ser capturado el 22 de noviembre, Global Post, el medio empleador, manifestaba en mayo siguiente que estaba retenido en una prisión controlada por Bashar al Assad, lo que resultó falso.
En estos días comienza a conocerse mayores datos los que permiten ver como las mentiras son cada vez más nítidas y las verdades posibilitan la comprensión del hecho: el estado islámico propuso el intercambio entre una neurofisióloga pakistaní y este profesional, secuestrada literalmente en Afganistán y llevada a Estados Unidos para confinarla en un cárcel de Texas por 86 años, lo cual no fue aceptado.Lo preocupante es nuevamente la violación de leyes internacionales ya que una Corte Federal estadounidense fue la que condenó a esta científica y no los tribunales de su propio país.
Las preguntas entonces apuntan a que la información que se desvanece es aquella que permite darse cuenta de la realidad y debido a que no sirve a sectores de poder se oculta para el público.
Es absolutamente discutible manifestar taxativamente que no se paga rescate por personas secuestradas ya que una simple interrogante deja clara su debilidad: ¿qué hubiera pasado si la persona retenida hubiera sido la hija de un mandatario del régimen estadounidense? Las respuestas a quienes se ha consultado demuestran que la situación hubiera sido diferente a la de un ciudadano que es simplemente un número en las estadísticas para las élites.
En aras de la equidad, el deseo ferviente que sea pronto el respeto a la persona el derecho humano que guíe al mundo hacia el incremento de su inteligencia para hacer de la pacificación un objetivo de aquellos que tienen en sus manos el destino del planeta.
Oponerse con consciencia a las falacias implementadas como política de Estado es ya una labor académica fundamental.