La fotografía del presidente cubano, Raúl Castro acompañado de casi la totalidad de sus homólogos en la reciente segunda Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), significa la imagen clara del retorno de la isla al primer plano internacional, en una reunión que fue de acuerdos mínimos.
Pese al aislamiento impuesto durante cincuenta años por Estados Unidos, el encuentro fue el soñado por el gobierno cubano, incluso los jefes de Estado y de Gobierno renunciaron a reunirse con la disidencia, salvo la excepción de Sebastián Piñera, que se encuentra de salida de La Moneda.
Entre los asistentes a la cumbre estuvieron el secretario general de la Organización de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, y el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, el primero en cincuenta años, que se mantuvo todo el tiempo con un perfil bajo.
La histórica fotografía de La Habana, opacó también una realidad, la de las diferencias políticas que existen entre los países.La búsqueda del consenso entre las naciones para tomar decisiones, bloqueó la posibilidad de las mismas y el balance es de acuerdos mínimos, lo más relevante fue declarar a la región zona de paz, aunque se queda en un decálogo de buenas intenciones.
La intención de Venezuela de integrar a Puerto Rico en la CELAC no consiguió prosperar y se limitó a reconocer a la isla caribeña su “carácter latinoamericano”.
Tampoco avanzó el intento de algunos países, alineados con La Habana, de que la CELAC supere a la OEA, acusada por Raúl Castro de ser un “instrumento de dominación” de Estados Unidos.
Los temas bilaterales fueron los más fructíferos. Los presidentes de Perú y Chile se encontraron por primera vez, después del fallo de la Corte Internacional de Justicia de La Haya, que determinó que Lima y Santiago deben volver a trazar su frontera marítima.
Pero el movimiento geopolítico más destacado estuvo fuera del recinto donde se celebraba la reunión plenaria. Un día antes de comenzar el encuentro regional, la presidenta de Brasil, Dilma Roussef, inauguró la terminal de contenedores del Puerto de Mariel.
La infraestructura cuenta con financiación brasileña, y tendrá una zona franca similar a las creadas en China en la década del setenta para impulsar su desarrollo.
El parlamento cubano aprobará el próximo mes de marzo una nueva ley de inversión extranjera, que incentive una mayor presencia de empresas extranjeras en la economía cubana.
Actualmente el Departamento del Tesoro, impide los negocios con la isla de empresarios norteamericanos, pero estos, y especialmente los de origen cubano, han incrementado últimamente sus viajes a la isla.
La Unión europea también tomó nota, y la posición común de presión y hostigamiento que alentó el expresidente español José María Aznar está en vía de liquidación y próxima la negociación de un nuevo acuerdo con Cuba.