El año pasado, el principal foco de atención para una mayoría de la población chilena y, muy entendible, por aquellos medios de comunicación que editan notas sobre política exterior y asuntos internacionales, fue el proceso jurídico llevado a cabo en La Haya.
Sin embargo, al momento de evaluar lo que aconteció durante el 2012 para luego proyectarnos este año en cuestiones internacionales, no debemos perder del horizonte que nuestros principales socios comerciales (el número uno, la República Popular China, segunda economía más importante del planeta), mas – por ejemplo – los países que hoy acogen anualmente a cientos de jóvenes profesionales chilenos por medio de la operatividad de los mecanismos Working Holidays (Australia y Nueva Zelandia), se encuentran emplazados en la región de Asia Pacífico, área geográfica que el año pasado nos brindó múltiples satisfacciones en materia de interacción, cooperación y desarrollo.
En tal línea y con miras a mantenernos cada vez más relevantes en dicha zona geográfica, Chile presentó formalmente su interés por organizar y liderar la agenda sustantiva del proceso APEC, en el 2019.
Nuestro país junto a otras dos naciones latinoamericanas – México y Perú – se encuentra participando en un proceso de negociación que bien tiene la potencialidad de llegar a constituirse en el principal mecanismo de asociatividad económico y comercial, el Trans Pacific Partnership.
A la vez, junto a Colombia, México y Perú, se han dado pasos importantes para generar una área de real convergencia de ideas, para el emprendimiento y la acción, teniendo por delante la meta de abordar los mercados asiáticos de manera colectiva, sustentados sobre la base de nuestras efectivas ventajas comparativas, a través de la operatividad y el trabajo en equipo que se gestará por medio de la operatividad de la Alianza del Pacífico.
Por éstas y muchas otras iniciativas que materializamos como país durante el 2012, interactúando con protagonistas en la región de Asia Pacífico (como la firma – por ejemplo – del primer Tratado de Libre Comercio entre la economía más competitiva del planeta, Hong Kong), resulta útil identificar cuáles pueden ser las áreas que marcarán el desarrollo de la agenda internacional en una zona geográfica que nos es natural para todos los chilenos, ya sea por el hecho de dónde nos encontramos ubicados geográficamente en el planeta; por una rica y variada trayectoria histórica en materia de interacción, potenciado ello a través de una probada gestión público/privada al momento de insertarnos en nuevos mercados en Asia Pacífico.
En tiempos de Facebook o twitter (la versión en China se denomina Weibo), la improvisación o el trabajo individual simplemente ya no dan resultados de largo aliento, por lo que hay que pensar en precisamente en cómo anticiparnos a los cambios, conocer a quiénes los lideran y quiénes se oponen, sin perder de vista la necesidad de evaluar constantemente para seguir progresando.
En tal sentido, desde ya podemos ver que Asia Pacífico será objeto de nuestro interés al menos por los siguientes hechos que irán desarrollándose durante el 2013, los cuales tendrán un impacto en el curso del ámbito internacional nacional, bilateral, regional y global.
En primer lugar se ubica el cambio generacional en materia de liderazgos políticos, administrativos y militares en la República Popular China.
Cómo se hará frente a las crecientes demandas que surgen de parte de un segmento importante de la población que está preocupada por su bienestar económico, acceso a educación, vivienda, salud, freno a la corrupción y sanciones a quienes resulten responsables de acciones ilícitas en el ejercicio de sus responsabilidades gubernamentales, en momentos que el país enfrenta múltiples retos asociados a su actual modelo de desarrollo y de producción (energía, transparencia en procesos de toma de decisiones, apego al ordenamiento jurídico, medio ambiente, seguridad).
A la vez, cómo ejercerá China su liderazgo en las tratativas a emprender con diversos países en la región con los cuales mantiene diferencias territoriales, en la promoción de la paz y seguridad (cuando nos referimos a Corea del Norte), mas la internacionalización de su moneda, el Renminbí, y un mayor protagonismo en las decisiones que se deben adoptar en foros regionales y globales, encargados de promover un orden económico estable, sustentado sobre la base de reglas que alienten el desarrollo.
Estará por verse la decisión que se adopte en Beijing, en cuanto a participar en la 23° versión de los ejercicios multinacionales navales RIMPAC, los cuales son organizados anualmente desde 1971 por los Estados Unidos.
Nuestra Armada tuvo un papel protagónico el año pasado en tales maniobras, no sólo a través de la participación de la fragata Almirante Lynch, sino que un oficial – el capitán de navío Luis Sánchez Pérez – se constituyó en el primer latinoamericano en comandar una fuerza de tarea, a bordo del portaaviones nuclear Nimitz, durante los ejercicios que congregaron a marinas de 22 países en aguas del Pacífico.
Esto nos lleva hacia otro de los temas prioritarios a seguir durante el 2013 en materia de evolución de la política exterior en el Pacífico: la implementación por parte de los Estados Unidos, de su giro estratégico hacia la región denominado “pivote asiático”.
En tal sentido, más allá del despliegue de fuerzas terrestres, aéreas y marinas en distintos países amigos, como también el apoyo en materia de equipamiento, acceso a tecnología, adiestramiento, en fin, qué más concretará Washington D.C. en materias de defensa para asertar su interés y una presencia mucho más activa en una zona geográfica que ya no es futuro sino que más bien presente para sus intereses permanentes, particularmente en cuanto a su potencialidad comercial y financiera; con una República Popular China que a diario cobra mayor protagonismo en diversos campos, incluyendo por cierto el cultural, científico, económico y miliitar, y un potente bloque ASEAN, conformado por 10 países del sudeste asiático, emergiendo con particular vigor colectivo (Brunei Darussalam, Camboya, Filipinas, Indonesia, Laos, Malasia, Myanmar, Singapur, Tailandia y Viet Nam) mas, no olvidemos a la India invirtiendo fuertes recursos en sus fuerzas armadas, incursionando con mayor decisión en la región.
El cómo avanzará Myanmar en su camino de apertura y participación política, el respeto a minorías étnicas como los mahindra, figura dentro de las prioridades en materia de derechos humanos y libertades civiles para el año en curso.
Los cambios de liderazgos políticos en Corea (con la elección de la primera mujer a desempeñar el cargo de Presidenta, Park Geun-hye) y Japón (con el regreso al poder de Shizo Abe y del Partido Liberal Demócrata), ciertamente deben ser de nuestro interés seguir atentamente, en especial por cómo enfrentarán desafíos económicos de talla mayor en sus respectivos países.
La era del Pacífico como se le ha denominado al presente siglo, nos convoca como país que ciertamente tiene una trayectoria probada en la zona, a tener una visión estratégica en torno al papel que le cabe a Chile en el diseño de una arquitectura regional con verdaderos alcances globales.
Los cambios que se están generando a nivel económico, ambiental, financiero, social y cultural en aquellos países con los cuales compartimos un vasto Océano, son razón suficiente para afirmar que el año 2013 será nuevamente del Pacífico.