La violencia de México es una realidad cada vez más aplastante según conocemos a diario a través de los medios de comunicación. Y pese a que cada nuevo gobernante de ese país se compromete a derrotarla o al menos a disminuirla, va en ascenso. La cifra subió a más de 3000 muertos en 2010, de la cual 500 las aporta Ciudad Juárez, una localidad nortina, en el Estado de Chihuahua, donde murió Pancho Villa.
No se trata de muertes cualesquiera. No. Esos cadáveres vienen acompañados de elementos macabros: secuestro, desaparición, y reaparición de algunas víctimas en basurales o sitios eriazos, casi todos cuerpos de mujeres mutilados y con señas de tortura y violación. Ni rastro de los bárbaros asesinos.
El horror de estos hechos nos inquieta desde hace mucho. En especial desde que Roberto Bolaño en su obra póstuma “2666” le dedicara un capítulo entero donde página tras página describe distintos casos de estas muertes de mujeres, todas jóvenes obreras, mano de obra barata de fábricas de propietarios norteamericanos en esta ciudad mexicana fronteriza con El Paso, Texas.
Peor que corrido
Hace algunos meses vi en la TV Cable un documental sobre la lucha de los familiares por parar esta masacre en desarrollo y antes, una película mexicana de ficción, “El traspatio”, un verdadero docu-reality sobre esta tragedia que hace triste honor al corrido mexicano.Pero aunque muchos chilenos habrán leído esa magnífica obra o visto alguna de estos filmes, para que esta estremecedora realidad tenga alguna repercusión entre nosotros hacía falta que la tratara el medio a través del cual se informa el 80 % de los chilenos, la televisión abierta.
En la edición de la noche del domingo 24, “Informe especial”, de Televisión Nacional, presentó un escalofriante reportaje sobre “Las mujeres más valientes del mundo”, que son las de Ciudad Juárez. Sin dejar atrás la valentía de la reportera que fue a entrevistarlas, la periodista Paulina de Allende-Salazar, pese a que entre las víctimas se cuentan varios periodistas,entre ellos, nueve colegas mujeres.
El título de “Las mujeres más valientes del mundo” fue una manera positiva de presentar este infierno en la tierra que se hizo a través de los testimonios de temerarias dirigentas que a través de organizaciones como “Hijas de regreso a casa” arriesgan su vida día a día denunciando, manifestándose y clamando por la recuperación de sus familiares y el fin a la impunidad de los asesinos.
Mujeres temerarias
La periodista chilena recorrió las peligrosas calles de Ciudad Juárez junto a la activista de Derechos Humanos Malú García, a quien acompaña las 24 horas del día una escolta de policías fuertemente armados. A través de sus narraciones en entrevistas en lugares ocultos, entre el miedo y las lágrimas, no nos ahorramos ninguno de los horrores que estas mujeres han vivido y siguen viviendo.
Todas han perdido una hermana, una madre o un padre y sufren la amenaza permanente a la integridad de sus hijos. Y lo peor en estos casos no es la muerte de sus seres queridos, sino la forma en que fueron asesinados: violaciones sadomasoquistas, torturas, mutilación (en el libro de Bolaño, un pezón arrancado a mordiscos), en suma, los horrores del infierno antes del alivio: en estos casos, la muerte.
Cuesta entender tanta maldad. Peor aún cuando los hechores no son habidos o cuando los jueces los dejan en libertad, como en el caso de Bocanegra, el marido confeso de haber asesinado a su mujer porque ésta iba a dejarlo.
La prensa se rindió
La violencia extrema en México de hoy (como en Colombia ayer, aunque no terminada) es producto del poder omnipotente de los narcotraficantes y de la guerra que dicen haberles declarado sucesivos gobernantes.
Y no cesa porque policías, militares, jueces y funcionarios de gobierno estarían en connivencia con ellos. Además, la prensa de Ciudad Juárez, abrumada por el asesinato de sus periodistas (una de las colegas apareció degollada) se ha rendido y ha dejado de investigar y develar la verdad de estos hechos. Hace un año leímos una noticia del cable que nos impactó: “El diario de Juárez” en un editorial claudicó y pidió a los narcos que le fijaran la pauta de qué podían escribir y qué no.
Los gobiernos de México han fracasado en su intento de detener esta demencia humana provocada por ¿el tráfico de drogas?, ¿el machismo?, ¿la explotación capitalista? ¿todas estas variables?
Una de las soluciones que se plantean a nivel mundial para acabar con esta peste contagiosa que avanza entre los países, incluyendo el nuestro, es la legalización de las drogas. Estas serían controladas por el Estado mediante una legislación dura, como al alcohol o al tabaco. Lo que se está intentando ahora Uruguay con la marihuana. ¿No sería mejor que pesadillas como Ciudad Juárez?
Pero ¿por qué en Ciudad Juárez la violencia del narcotráfico se da con ese nivel de barbarie? ¿Y por qué se ataca principalmente a mujeres? ¿Son víctimas de machismo solamente o hay que sumar el narcotráfico, la trata de blancas o la explotación del capital transnacional?
¿Y por qué estos abusos contra las mujeres se mantienen por tanto tiempo en esta ciudad sin que nadie logre pararlo? ¿No hay por ahí un Chapulín Colorado (léase un juez Garzón) que intente salvarlas…? ¿Por qué este crimen de lesa humanidad no se ha llevado a Tribunales Internacionales?
Mientras tanto, Malú García seguirá defendiendo los derechos humanos de estas víctimas rodeada de amenazas y por escoltas armados hasta los dientes. Y los familiares, según narró un entrevistado, buscando los restos de sus deudos en basurales y chiqueros, bajo los huesos de chanchos.