Tras las elecciones para Gobernador efectuadas el domingo, 3 de julio, en el estado de México, el más populoso de los 32 que tiene el país (incluido el Distrito Federal, que en Chile corresponde a la Región Metropolitana), se acrecentó la sensación de que el Partido Revolucionario Institucional, PRI, está más cerca de ganar el gobierno en las elecciones presidenciales que deben efectuarse en menos de un año, el 1° de julio de 2012.
El PRI obtuvo, el domingo recién pasado, el triunfo en otras tres elecciones estatales- Nayarit, Coahuila e Hidalgo: dos para gobernadores y una municipal. Los cuatro estados en que se efectuaron elecciones el domingo, representan casi el 20% de la población del país.
Tres son los partidos grandes en México y de donde, sin duda, surgirá el próximo Presidente de la República: el Partido de Acción Nacional, PAN (actualmente en el poder); Partido de la Revolución Democrática, PRD y el citado Partido Revolucionario Institucional, PRI.
El PRI gobernó el país desde que concluyera la revolución mexicana y sólo debió inclinarse ante el PAN, de centro derecha, quien el año 2000 asumió el poder con el ex mandatario Vicente Fox y hoy continúa con el Presidente Felipe Calderón, cuyo mandato termina el próximo año.
Tras estos doce años de gobierno panista, el PRI, catalogado por muchos como “la dictadura perfecta”, retornaría a la presidencia, más disminuido que en los tiempos en que fue gobierno, pero con la fuerza suficiente para imponer sus planteamientos ya que cuenta, además, con mayoría en el Parlamento.
Si uno observa la realidad mexicana y se interioriza sobre su historia del siglo XX, concluye que el PRI, salvo contadas excepciones, no hizo un buen gobierno.
La corrupción, la pobreza, la desigualdad y el narcotráfico, son herencias de sus gobiernos, males con los cuales el PAN ha debido convivir los últimos once años, reconociendo que las cosas no mejoraron mucho en un país donde, según cifras oficiales, cuenta con casi 50% de pobres.
¿Qué motiva a los ciudadanos mexicanos a elegir nuevamente al PRI al frente del gobierne?
La izquierda, representada principalmente por el Partido Revolucionario Democrático, PRD – en su gran mayoría liderada por personeros de extracción priista – estuvo a punto de alcanzar el poder en la elección presidencial del 2006. Apenas 270 mil votos marcaron la diferencia en un universo electoral de casi 42 millones de votantes.
Su candidato, Manuel López Obrador, quien hasta el día de hoy se autocalifica de presidente legítimo (según él y muchas otras personas, hubo fraude), cometió tal cantidad de desaciertos tras la elección, que hoy, junto con hipotecar su futuro político, le ha hecho un pésimo favor a la izquierda mexicana.
Entre él y el actual Jefe del Gobierno del DF, Marcelo Ebrard, quien representa una izquierda más moderna y moderada, deberá surgir el candidato para la elección del próximo año. Las encuestas, por ahora, favorecen a éste último para que sea el abanderado del sector.
La izquierda en México, anclada en el pasado, parece no tener posibilidades de ser gobierno a corto plazo, como sí estuvo a punto de lograrlo en las elecciones pasadas.
El PAN que está terminando su ciclo de doce años en el gobierno no supo o no pudo cumplir con las aspiraciones de un pueblo que tras 70 años de gobierno priista, votó por el cambio y la democracia.
El gobierno de Fox, que sembró diversas expectativas, perdió el rumbo y tras haber logrado la meritoria victoria del 2000, su gobierno terminó desdibujado y casi traspasando el poder a su más enconado rival, como era Andrés Manuel López Obrador.
Fue un gobierno con políticos de poca experiencia, que no pudieron superar el entramado armado por el PRI durante sus 70 años de gobierno y que hoy le continúa dando suculentos dividendos, en especial en los estados.
Calderón, un político joven, pero con experiencia, con una posición más de centro que su antecesor, inició un gobierno cuestionado por presunto fraude por un sector importante del país.
Su administración ha estado marcada por la lucha contra el narcotráfico. En sus cinco años de gobierno han muerto alrededor de 40 mil personas entre narcos, civiles inocentes y militares. Fue una apuesta valiente y audaz, pero muy criticada por la estrategia seguida; sin embargo, dicho sea de paso, nadie ha presentado una estrategia alternativa para terminar con esta lacra que hoy desangra a México.
Sin haber podido resolver el tema de la violencia y la inseguridad; tampoco la corrupción, los monopolios, la pobreza y la desigualdad, Calderón, y con él PAN, parecen acercarse a su fin y dejar instalado en Los Pinos (la casa presidencial de México) a quienes habían “desalojado” el año 2000.
Vista así las cosas parece no haber dudas de que el PRI, un partido que según sus críticos, no ha cambiado nada desde la época post revolución, retornará en gloria y majestad al poder…pareciera ser sólo cuestión de tiempo.