Tiene 30 años y es uno de los Vicepresidentes más jóvenes del Partido Socialista de Chile. No tiene equipo de fútbol ni religión, aunque cree todavía en los buenos modales. Aunque parezca algo extraño, en lo político es bacheletista y en lo filosófico existencialista, ambas a la vez.
Estuvo viviendo en Madrid y volvió con un Máster en Estudios Políticos Aplicados, lo que sumó al Magíster en Ciencia Política y a su formación de Profesor de Filosofía.
Siendo joven, no cree en el “virtuosismo” que se le asigna a las nuevas generaciones pues considera que las buenas ideas no tienen edad. Habla rápido y disfruta de las polémicas, como si fueran un alimento indispensable para avanzar en la vida.