El tercer proyecto sobre gratuidad de la Educación Superior del Mineduc ofrece un punto cuerdo. Dice el comunicado “Aseguramiento de la calidad: Mineduc propone un sistema con cuatro puntos esenciales: las instituciones estarán obligadas a acreditarse desde su origen, y las que hoy no están acreditadas tendrán que hacerlo; también deberán cumplir exigencias mínimas de operación en términos cualitativos y cuantitativos; se propone un modelo de acreditación integrada de carreras e instituciones; por último, la composición de la institución acreditadora (actual Comisión Nacional de Acreditación) deberá incluir académicos de destacada trayectoria, seleccionados a través de mecanismos transparentes.”
Si bien siguen criterios mercantiles como “exigencias de operación”, que debe entenderse en la productividad de mercancías educacionales (títulos, servicios, etc.), porque la operacionalidad académica no aparece, se ha agregado la acreditación por “académicos de destacada trayectoria”; esta connotación es folclórica, provinciana y no profesional.
Las comisiones de acreditación tienen que estar constituidas por académicos acreditados en la Carrera Académica Nacional que debe ser formal y competitiva universalmente, con trayectoria transparente en el Escalafón Académico de Chile. Pero, no existe ni carrera ni escalafón académicospor lo que la acreditación no deja de ser un chiste de mal gusto.
Los claustros de las Universidades deben acreditarse por el crédito objetivo y de carrera de sus académicos, constituyendo claustros con jerarquía académica probada, radicados, con permanencias suficientes para realizar, a diario integradamente, las labores de creación crítica y transmisión de cultura universal al más alto nivel en lo intelectual (ciencia, filosofía, reflexión, matemáticas, etc.), estético (arte, literatura, proyección estética sobre todo el quehacer humano, etc.), moral (ética, moral, derecho, humanidades, etc.), espiritual (religiones, ideologías, integraciones de las otras dimensiones, humanidades, etc.), tecnológico (investigación, implementación e instalación).
Continúa la declaración “Nuevo sistema de financiamiento: la propuesta del Mineduc incluye la gratuidad de los estudios de pregrado y el financiamiento a las funciones de investigación y vinculación con el medio” (puras mercantilidades plutogénicas) “Para acceder al financiamiento público las IES deberán ser estatales, o estar constituidas como una corporación de derecho privado sin fines de lucro, no contar con sociedades comerciales entre los integrantes de esta corporación, y ser propietaria de un porcentaje de los bienes inmuebles de la institución”.
Por fin se reconoce que la gratuidad es propia de lo estatal que es lo que pertenece a todos los chilenos y se hace una separación tajante entre lo estatal que es lo que nos pertenece a todos y puede tener y tiene el control del Estado, con lo privado, que debe rascarse con sus propias uñas y que lucre todo lo que quiera. Entregar dinero, sin el consentimiento de todos los chilenos, a las empresas privadas e incluso transnacionales es un robo al bolsillo y debe terminarse ahora mismo.
Exigimos una nueva constitución en donde el Gobierno, para autorizar el traspaso de fondos del bolsillo de todos los chilenos a las empresas privadas, deba consultar al país a través de sus instancias, si es el Parlamento hay que establecer quórum altísimo.
Para destruir el Estado de Chile la Dictadura Cívico-Militar-Neoliberal autorizó al Presidente de la República hacer estos robos y es así como sacando del financiamiento de la educación pública estatal se los trasladó a subvenciones y financiamiento de las empresas educacionales privadas, bancos y otras.
Después se cometió el descaro (actualizando cara de asiento) de acusar a la educación estatal incluidas las universidades de que no tenían financiamiento ni instalaciones para competir con las empresas privadas a las que el robo al Estado y consecuente transferencia de fondos a ellas, las había instalado y financiado para que desplazaran a las instituciones estatales, a las que casi se había desmantelado (hasta con muertes, exoneraciones, reducciones, exilio, obligación de autofinaciarse mercantilmente, etc.).
Podríamos resumir algo así como, Ud. pretende instalar el socialismo porque hay muchos partidarios del socialismo en Chile, pero no puede ser, porque yo los maté a casi todos. Es raro e imperdonable que la Concertación, la Alianza y la Nueva Mayoría nunca hayan hablado de la restauración, por justicia ineludible e inevitable, de la cualidad de estatales de las universidades del Estado.
Esto implica, al menos, el pago de los salarios completos de los funcionarios del Estado que trabajan en las Universidades del Estado, por parte del Estado. Esto (financiamiento privado de los funcionarios del Estado) no sucede (directamente) en ninguna parte del mundo y en ninguna otra repartición fiscal chilena.
Se dice financiar la investigación sin especificar el tipo de investigación (no creo que se refieran a la policial, periodística, judicial, administrativa). No parecen saber los legisladores que la investigación científica, filosófica, tecnológica, artística, per se no basta para acreditar a una universidad.
La universidad es una comunidad que crea ciencia, filosofía, arte, tecnología donde las investigaciones son imprescindibles pero no suficientes. Se trata de criticar las fronteras de las matrices disciplinarias, expandirlas, dedicarse a las altas especulaciones estéticas, etc. en equipo, y a diario.
La creación cultural universal no se da en estructuras administrativas ni está sujeta a tiempo ni a espacio; no se controla por relojes de entrada y salida o por libros de firmas. Decían algunos premios nacionales de ciencia: la academia la hacemos nosotros en el casino o en el bar de la esquina; y tuvimos que hacerlo en esas partes cuando nuestra facultad estuvo asediada a diario por los militares, la CNI y la policía. Mendel, Newton, Einstein, Fermat, Pasteur, etc. pensaron en su ocio para resolver enigmas de la humanidad, eso es academia, estas obras grandiosas no producían ni producen dinero.
No seamos sólo varonistas y científicos; estrellas estéticas alumbran el cielo patrio como Lucila Godoy (la Mistral), Clara Solovera, Violeta Parra, Margot Loyola y otras que han hecho academia, incluso fuera de los recintos, tiempos y planillas salariales, que los rígidos formalistas administrativistas, economicistas, exigen por topicidad (de topo no de lugar) mental, para considerar algo como universitario.