Esta semana, 283 mil jóvenes rinden la Prueba de Selección Universitaria (PSU), confiados en que un buen resultado les abrirá las puertas de las casas de estudios para trabajar como profesionales. Pero no es así. Las tasas de desempleo entre profesionales jóvenes rondan el 30%, según estudios del Instituto Nacional de la Juventud, y de 20%, según las propias publicaciones del ministerio de Educación (Mi futuro). El efecto inmediato de esta alta tasa de desempleo, muy por sobre la desocupación nacional de 6,4%, es una baja sensible de los sueldos en cada profesión.
Es por eso que la Federación Gremial de Colegios Profesionales Universitarios de Chile (Fedcolprof) ha entregado al ministerio de Educación una serie de propuestas para enfrentar este verdadero engaño que sufren los estudiantes cuando se les vende la ilusión de ser profesionales. La propuesta incluye los siguientes criterios,
1.-El sistema de acreditación universitaria debe ser una barrera de entrada que asegure estándares mínimos de calidad. Ninguna universidad o carrera puede abrir sus puertas sin cumplir requisitos básicos que aseguren la pertinencia de los conocimientos que allí se entregan y niveles razonables de empleabilidad de los titulados.
2.- El Estado debe regular la cantidad de cupos que las universidades ofrecen por carrera, de acuerdo a estudios fundados del mercado laboral de cada una de ellas y de las necesidades del desarrollo nacional.
3.- Es imprescindible la creación de una certificación profesional que garantice a toda la sociedad la calidad de la formación recibida en la universidad, de manera independiente de cual esta sea. Esta responsabilidad es compartida entre el Estado y los colegios profesionales en muchos lugares del mundo.
Estas y otras propuestas sobre reforma educacional fueron entregadas al ministerio de Educación en septiembre, bajo el compromiso de parte de la División de Educación Superior de establecer un diálogo técnico sobre ellas. Hasta el momento no tenemos respuesta.