29 abr 2014

Instituto Nacional ¿cambiar lo que funciona?

El principio de no seleccionar a los alumnos en la educación pública, ya sea por razones socioeconómicas, raciales, religiosas o de rendimiento académico, es ampliamente compartido. Avanzar en esa dirección debe ser parte del esfuerzo por eliminar cualquier tipo de segregación y asegurar una educación de calidad en los establecimientos sostenidos por el Estado.

Sin embargo, el principio de no selección, presentado como uno de los pilares de la reforma educacional, no puede aplicarse ignorando la realidad. El intento de “demostrar” la universalidad de ese principio a cualquier precio puede tener pésimas consecuencias.

Es lo que podría ocurrir si se invalidan los antecedentes académicos y el examen de admisión en los llamados liceos emblemáticos o de excelencia, que son lo mejor que tiene la educación pública. Los principales son el Instituto Nacional, fundado en agosto de 1813 por el gobierno de José Miguel Carrera, y el Liceo N°1 de Niñas “Javiera Carrera”, fundado en 1894.

Lo óptimo sería que todos los colegios públicos fueran de excelencia, pero eso no se conseguirá con buenos deseos, sino con un enorme esfuerzo del Estado, recursos bien focalizados y, por supuesto, una renovación profunda del proceso educativo propiamente tal.

Por desgracia, el actual debate casi no se refiere a un asunto neurálgico como el desempeño docente.Sería lamentable que la reforma se quedara en los aspectos institucionales, administrativos y financieros, y no gravitara en las posibilidades de que los alumnos aprendan a usar mejor el castellano, razonar matemáticamente o aprender inglés.

En estos 4 años, el gobierno debería concentrarse en mejorar sustancialmente la enseñanza parvularia y escolar.En los colegios municipales (dejen de serlo o no), la responsabilidad del Estado es directa.También lo será en los colegios particulares subvencionados si se reemplaza el copago de los padres por mayores fondos públicos.

Hay mucho por hacer, y los frutos en el campo educacional no se consiguen de un día para otro. En cualquier caso, lo esencial es tener un rumbo claro y establecer prioridades.

¿Qué hará al ministerio de Educación para mejorar la enseñanza en los liceos públicos de Puente Alto, Lo Prado, Conchalí, La Pintana, Estación Central, Renca, La Granja, Cerro Navia, Pudahuel, Recoleta, San Joaquín, etc., por nombrar sólo algunas comunas de la Región Metropolitana? Lo que ocurra allí será decisivo en la evaluación de la gestión educacional del gobierno.

En tal contexto, se justifica la inquietud frente al anuncio del ministro Eyzaguirre de que el fin de la selección académica incluirá a los liceos emblemáticos.

La preocupación se acentúa al leer las declaraciones del senador Carlos Montes, que afirmó: “Puede que la idea tenga algún efecto inicial negativo, pero a la larga la diversidad es muy importante” (La Segunda, 22/04/2014).

¡Bastará con el efecto inicial negativo! Sería el principio del fin de esos liceos, que han contribuido a la movilidad social y representan una tradición cultural que no puede echarse por la borda en aras del igualitarismo.No sirve igualar hacia abajo.

Miles de estudiantes postulan cada año al Instituto Nacional, al Javiera Carrera, al Carmela Carvajal y demás liceos de excelencia.Si se elimina la selección, sólo quedará el recurso de la tómbola.Luego de eso, vendría el problema mayúsculo de que un alumnado excesivamente desigual en términos académicos haría trizas el modelo de alta exigencia en el que se sustenta la labor de esos liceos.

Algunos parlamentarios parecen interesados en poner a prueba a los profesores de los liceos emblemáticos. Es como si dijeran “que demuestren esos profesores si son tan buenos con alumnos no seleccionados”.Es ridículo.

Por supuesto que en los buenos resultados influye la selección que permitió que muchachos talentosos y aplicados se incorporaran a sus aulas, pero ello es potenciado por un trabajo docente de primer nivel. Ambos factores están interrelacionados.

Los alumnos que tienen buena base, y ciertamente capital cultural de la familia, consiguen un mayor desarrollo gracias a los buenos profesores que los acogen y tratan de llevarlos tan lejos como sea posible.

¿Quiere decir que estos liceos pertenecen en los hechos a otra categoría? Así es, y quizás hay que reconocerlo legalmente. Son los que mejor habilitan para continuar estudios superiores, y existen también en otros países.

Hay que procurar que todos los liceos públicos sean de buen nivel, pero ya está dicho que ello exige una genuina reforma educativa, que signifique por ejemplo que los directores ejerzan un claro liderazgo pedagógico y puedan contratar profesores meritorios.La buena educación no caerá del cielo.

A los profesores que no cumplan los requerimientos, habrá que ofrecerles perfeccionamiento, pero los alumnos no pueden esperar: necesitan que les enseñen bien biología o historia ahora mismo. Un profesor sin las competencias exigidas puede causar mucho daño en la sala de clases. No sabemos si en el ministerio de Educación se analizan también estos asuntos.

Hasta el momento, las señales de la reforma educacional son contradictorias. Es indispensable acotar sus metas. Hay que evitar un nuevo Transantiago, dijo con realismo la propia Presidenta.Se requiere, pues, una hoja de ruta coherente, que permita mostrar progresos concretos al cabo de 4 años. Se trata, parece obvio, de mejorar lo que existe.

“Si funciona, no lo cambies”, dice el sentido común.Hay que proteger el Instituto Nacional y los liceos de excelencia, no empujarlos a una crisis.Carece de sentido desestabilizar los mejores colegios públicos con que cuenta nuestro país.

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  • julio espinoza

    Estimado Sergio Creo que tu razonamiento es tan errado como cliché,
    La experiencia de países con altos índices de educación no se manifiesta en la selección
    sino en la Integración , ejemplos Suecia, Francia o Alemania, los dos únicos
    premios Nobel que tiene el País no provienen de los liceos de excelencia y bajo
    tu crisol jamás hubiesen sido admitidos en estos, Humberto Maturana una
    lumbrera proveniente del Instituto Nacional esta contra la selección basados en
    sus experimentos de neurociencia y la base de la elasticidad del conocimiento,
    en mi carrera universitaria conocí muchos compañeros de liceos de comunas
    que tu denostas, con igual y algunas veces mejor capacidad de aprendizaje que
    alumnos del instituto y liceos particulares y ¿que modelo pedagogico que
    seleccione a los mejores no va a ser exitoso?, es como jactarse de tener el
    mejor hospital y solo recibir pacientes sanos

    Aparte de esto estoy de acuerdo que los liceos de excelencia se han ganado el
    derecho a selccionar por ser los baluartes de la educación, pública y permitir
    la movilidad social, pero no creo que sean un modelo a seguir las autoridades
    deben gestar nuevas formas pedagógicas relacionadas con tecnología e inclusión
    ahora es cuando para esta revolución, los liceos deben dejar de pretender ser
    preuniversitarios y convertirse en entes educativos, hay que cambiar los parámetros
    para que de aquí a 50 años mas los liceos emblemáticos sean un recuerdo
    decimononico, pero ambos modelos pueden coexistir perfectamente, la innovación
    y lo emblematico debiéndose respetar los dos ámbitos pensando en que educamos
    personas no productos ni puntajes y que existen diversos tipos de inteligencia
    y capacidades racionales y emocionales que deben coexistir por que el
    aprendizaje emocional deriva de conocer diversos tipos de personas y ambientes
    o sino iremos segregando cada vez mas a esta ya resquebrajada sociedad.

    Saludos y Suerte

    • Feño

      Si bien los liceos públicos de excelencia son muy estrictos en el ingreso de sus estudiantes en cuanto a condiciones académicas, son bastante cosmopolitas por la procedencia de sus estudiantes, hoy gran parte de su alumnado se constituye de jóvenes humildes de distintos rincones del Gran Santiago (¡Incluso de lugares fuera de la capital como Colina, San Antonio o Rancagua!) que en muchos casos corresponden a realidades de escasos recursos. Con mucho esfuerzo y estudio, lograron destacarse en sus colegios (en muchos casos públicos o subvencionados) durante la educación Básica temprana, y posteriormente acudieron a los colegios públicos de excelencia del centro de Santiago. No pocos de ellos partieron de sus colegios previos, dejando a sus compañeros de la infancia, para conseguir un posible boleto a ser el primer profesional de la familia.
      Hoy en día, los colegios emblemáticos ya no educan sólo a las élites acaudaladas como fue hasta los albores del siglo veinte, ya que ahora prefieren los colegios particulares pagados donde hoy “no se pierde clases por estar en paros”.

      En los colegios emblemáticos se enseñan cosas que van más allá de lo que entra en la PSU, muchos profesores inculcan por medio de sus palabras verdadera conciencia social a sus estudiantes, y el cosmopolitismo permite un intercambio constante de perspectivas desde diferentes realidades sociales, culturales o internacionales (incluso hay niños de familias cuyas raíces están en otras latitudes y que han venido a nuestro país en busca de oportunidades).

      La razón de la selección de los estudiantes en estos colegios va más allá de un motivo segregacionista social, pues en la admisión no se discrimina por la procedencia social o geográfica de los pupilos.

      Si bien para acceder a estudiar a un colegio público emblemático hay que superar un riguroso examen, es el libre acceso al mismo proceso selectivo por parte de los interesados, el que refleja el interés por pertenecer a una institución GRATUITA Y DE CALIDAD (donde sólo se paga la matrícula y la cuota del centro de padres), que tiene como tradición el enaltecimiento del esfuerzo y la valoración por aprender (no por nada el lema del más característico de estos liceos de excelencia, el Instituto Nacional, es “Labor Omnia Vincit”, en latín “el trabajo lo vence todo”).

      El querer formar parte de un colegio emblemático es una decisión fuerte, que considera el dejar otra comunidad escolar a una edad donde esto es bastante temerario, como es la pubertad… ¡con lo importante que son las amistades durante la infancia! para formar parte de una nueva comunidad en donde lo más peculiar, es que al comienzo se ingresa a un curso grande, de aproximadamente 45, donde todos son del mismo género que el o la estudiante, y donde nadie termina llamándose por su propio nombre debido a la gran cantidad de compañer@s, todos con el mismo desafío.

      En una realidad chilena como la de hoy, donde el chileno promedio está a merced del gran alcance de los medios masivos de comunicación y la publicidad del modelo capitalista imperante, que con tal de generar ganancias, imponen tendencias envasadas a los jóvenes basadas en su apariencia y modas, que ridiculizan el estudio (y a los estudiosos) y que fomentan anti-valores como el nihilismo, la infancia sexual (con énfasis en INFANCIA), y la heroización del criminal (sí, un delincuente se ve a si mismo como un real prócer de la “choreza” si aparece en la prensa sensacionalista siendo detenido por “trabajar” –lo que para los ciudadanos honrados como nosotros quiere decir cometer algún crimen violento– para luego irse becado a hacer un “postgrado” con todos los gastos pagados a algún centro penitenciario… –así de retorcidos tienen los valores ellos–) entre otras cosas, si los jóvenes promedio, que siguen estas tendencias, y que carecen de buena base educativa académica o valórica (que incluye el interés por el estudio), son expuestos a un ritmo de estudio estricto e intensivo como es el que caracteriza al Instituto Nacional, al Lastarria, al Carmela, entre otros, terminarían en una espiral de inadaptabilidad, que conlleva a una segregación peor que cualquier otra… la segregación a uno mismo producto de la sensación del fracaso.

      ¿Qué le ocurriría a un chiquillo o chiquilla que, entrando a la pubertad, realmente sabe más de farándula o de letras de canciones de moda, que de geometría o de la historia de nuestro país, en medio de cursos de 45 compañeros, guiados por profesores que suponen de antemano que están tratando con jóvenes inteligentes y ávidos de ser enseñados, capaces de asimilar los contenidos, interesados por aprender, y que si les cuesta aprender algo, le preguntan?… los conocimientos que posee su pobre bagaje educativo no podrían tan siquiera servir para plantear la pregunta necesaria ante el problema que le su incomprensión les genera, y por consiguiente, se frustrarían y/o no preguntarían nada. Probablemente tendrían una conducta discordante con el ámbito de una sala de clases (ocurre en muchos casos que los docentes sufren de estrés por intentar enseñar en cursos compuestos principalmente de jóvenes desinteresados que piensan que deberían estar en cualquier otro lugar menos en la sala de clases, y que hacen cosas contrarias y en algunos casos hasta hostiles al contexto educativo, cometiendo graves faltas de respeto hacia los profesores en caso de que ellos intenten imponer orden en la sala de clases… nadie estudió cinco años en la universidad para eso). En ese caso, a corto plazo se estaría negando a un chico humilde y aplicado que daría todo por estudiar ahí, la posibilidad de hacerlo; y a largo plazo se destruiría la educación pública de excelencia.

      Lo que realmente se necesita es mejorar la calidad de los colegios no-emblemáticos, siendo los emblemáticos un ejemplo, o mas bien un estándar, de lo que debería lograrse en un colegio público cualquiera (hoy no cualquier colegio enseña a niños de cuarto medio cosas tan complejas como por ejemplo, resolver ejercicios de integrales o derivadas, cosas que en las universidades son la guillotina de muchos estudiantes de pregrado).

      Lo más pintorezco de esto es que hay muchas personas que resaltan la idea de apuntar a destruir de veras la desigualdad que tanto acongoja a nuestro país, por medio de manipular los principales colegios públicos, pero que rechazarían en forma ROTUNDA un eventual fomento de la inclusión porcentual en el plantel estudiantil, de alumnos becados procedentes de familias de escasos recursos en colegios particulares pagados de excelencia, como pasó hace muchos años en algunos colegios… no sé si les suena la película “Machuca”.

      Saludos.

      • Son Pearl

        Estimado partes de la premisa de un mundo lleno de delincuentes q hay q borrar a priori yo no creo q sea así los sectores q han inculcado esta

        idea por años lo ha logrado en gente como tu aun así cuidos a los emblemáticos pero no con fácil sino con respeto y te tengo una noticia el mundo es grande a leer maturana chomsky blake abrirán tu mente
        Saludos

        • Feño

          Nadie ha hablado de erradicar a los delincuentes… yo solo hablé de que A) tienen los valores distorsionados y B) los medios los motivan a cometer más actos ilícitos, mientras el actual sistema de justicia no es suficiente para mantenerlos a raya.
          Saludos, y por favor me gustaría saber a qué se refiere con “no con fácil”.

  • Rodrigo

    Absolutamente de acuerdo con sus planteamientos, del todo lógicos y coherentes…
    Quizás las respuestas que busca creo son que la propuesta de reforma es objetivamente nivelar para abajo… De educación no se ha hablado nada, y con pena creo que no se hablará nada…
    Solo hemos hablado de recursos que, me huele, solo “afirmar” el trabajo de los actuales profesores, sin un plan tampoco de hacerles un upgrade en función de un programa de desarrollo educativo enfocado en el siglo XXI.
    Una pena, desperdicio de recursos y oportunidades

  • Joseito

    Año a año las escuelas de esas comunas que ud. señala, se desangran al ver partir a sus “mejores alumnos” hacia los liceos emblemáticos,quedando en una situación desmejorada los niños que allí quedan,pues han de saber que la educación,entre otras cosas,es parental,es decir, el buen alumno ayuda al que no lo es,pero al partir los “mejores”,los menos favorecidos académicamente pierden esa ayuda.Por eso creo que la selección debe ir disminuyendo gradualmente hasta llegar a cero.Soy testigo del sacrificio sobrehumano que deben hacer alumnos de 12 años que viven en Puente Alto(por ejemplo) por llegar al Instituto a las 14 hrs. y salir a las 20:30hrs.Imagínense a la hora que deben salir de sus casas y a la hora que llegan en las noche de invierno,sin contar con las horas de reforzamiento que se imparten los sábados.Tema aparte es la tortura sicólogica a que se ven enfrentados a la hora de dar el examen de admisión(antes,durante y después ).El año pasado vimos por TVN reportajes en que familias quedan destruidas al no quedar sus hijos seleccionados,todos sus sueños de”movilidad social” al tarro de la basura pues sólo 600 de miles postulantes son aceptados.Y esto se repite con los demás Liceos emblemáticos.Creo que ha llegado la hora de un cambio.Y para terminar es vox populi que todos los años en el Instituto alrededor del 10% de la matrícula es para niños que ingresan no por méritos sino por amistades y otras “virtudes” que los chilenos conocemos muy bien,son los llamados “pitutanos”.

    • Ignacio Fuentes

      La tarea del estudiante no es enseñarle al compañero. Esa es tarea fundamental del profesor. Está bien que se promueva el compañerismo, pero es absurdo derivar de ello que los alumnos aventajados deban permanecer si o si junto a los menos aventajados, impidiendo que los primeros tengan la oportunidad de sobresalir más estudiando en un nivel de mayor exigencia. Como dice Muñoz eso es igualar hacia abajo.

      Creo que es irresponsable que Ud. suscriba que es la hora de un cambio sin dimensionar apropiadamente las consecuencias que éste tendrá. Se necesita mejorar la educación publica de forma general y eso no pasa sólo por defender el principio de la no selección. Yo también aspiro a que algún día no haya selección para entrar a estudiar en la educación pública, pero por ahora atengámonos a ésta realidad con todas sus variantes.

      Saludos.

      • Feño

        Lamentablemente nuestro actual sistema educativo en su última versión es producto de la iniciativa que tuvo en su tiempo el gobierno del Pdte. Frei de imitar una reforma española que fracasó.
        Posterior a eso, los planteles que sobresalieron en niveles de SIMCE, PAA y luego PSU, fueron aquellos que se mantuvieron indemnes o poco afectados en sus programas educativos, entre éstos, los emblemáticos.

        • Joseito

          Una buena misión para los “emblemáticos” sería ponerlosa prueba y, que sin llevarles los mejores alumnos de las comunas,siguieran siendo :”emblemas”.

          • Ignacio Fuentes

            O sea, sigues sin entender lo principal. Los establecimientos emblemáticos son lo que son tanto por la enseñanza que imparten como por los alumnos que ingresan. Lo que planteas es absurdo. Tan absurdo como que el resto de la enseñanza pública mejorará porque aquellos alumnos aventajados van a continuar en la misma sala con los no aventajados. No dedicas una palabra a hablar del rol de los profesores. Que conozcan sus materias y las sepan enseñar.

            Y no me vengas con eso del “gatopardismo”. Ni estudie en el Instituto Nacional, ni tengo familia que lo haya hecho. Realmente, me importa que las cosas cambien para bien en mi país. Esta defensa de principios puros y abstractos que haces peca de facilista. El asunto educacional es complejo, hay que abordarlo como tal.

          • Joseito

            Fila A para los “aplicados”,fila B para los regulares y fila C para los porros?

          • Ignacio Fuentes

            Sigues hablando desde lo general porque te acomoda. No quieres ver el problema educacional chileno con todos sus matices.

            Los alumnos aventajados se han visto beneficiados porque a corta edad recibieron estímulos, sea a través de la sala cuna que desarrollo sus habilidades cognitivas o su entorno familiar que les aporto cultura, etc. Por lo tanto, están más preparados para enfrentar la exigencia de la educación que imparten los establecimientos emblemáticos.

            Los alumnos que arrastran desventajas necesitan una muy buena educación, pero con un ritmo que no los hostilice. No podemos obviar que si su ambiente familiar/vecinal es/fue malo o si no contó con una buena sala cuna/jardín infantil no les va a ser tan fácil salir adelante o acceder a mayores oportunidades. Si a eso le sumas ciertos profesores malos que se rehúsan a ser evaluados o que se van constantemente a huelgas prolongadas, entonces más perjudicados estarán. Por eso es muy importante concentrar los recursos económicos en mejorar cualitativamente la enseñanza parvularia y escolar para favorecer considerablemente a nuevas generaciones. Y eso implica una labor docente comprometida y de calidad que debe ser evaluada constantemente.

            Por todo lo dicho, lo que tu planteas de mantener a los aventajados con los menos aventajados es la solución mediocre, la que impide que nadie destaque a pesar de tener las cualidades.

      • Joseito

        Gatopardismo;cambiar para que todo siga igual.