29 mar 2014

¿El derecho a elegir o el derecho a ser elegido?

Fin al lucro, copago y selección, son los tres grandes temas que encabezan la agenda programática del gobierno. Si se quiere hablar de uno, inevitablemente se termina abordando los tres porque están irremediablemente vinculados al afectar negativamente la calidad de la educación.

Sin lugar a dudas la educación es un bien social. ¿O usted es de los que piensa que también puede ser vista como un bien de consumo?

Si usted tiene una pequeña empresa, su objetivo principal es obtener ganancias del producto o servicio que provee. Tendrá un conocimiento acabado de cada detalle de su proceso productivo y siempre estará evaluando de que forma es posible abaratar los costos sin que varíe mucho, a ojos del consumidor, cómo se percibe el producto final.

Si usted tiene un colegio y lo concibe como un negocio, puede buscar la mejor forma de abaratar sus costos.

El dueño de una fábrica de calcetines usará más poliéster que algodón en su producción, usted en cambio, podría no contratar a los mejores profesionales, porque son muy caros, también podría evitar invertir en una buena biblioteca, porque basta con los textos que entrega el ministerio – que por cierto son gratis- , y la infraestructura ¡qué decir!, una manito de pintura una vez al año, basta y sobra.

La otra estrategia que tal vez utilice para seguir disminuyendo los gastos y aumentando las ganancias de su negocio, es el de la selección en su proceso de admisión, ¡claro! es mucho más rentable educar a niños que tienen mayor capital cultural y social y si además se les cobra arancel (copago) el negocio es redondo.

Además, al pedir exigentes requisitos de admisión en su colegio, tales como los antecedentes académicos de los estudiantes, piensa que tendrá resultados garantizados en el Simce y de pasadita publicidad gratuita gracias al buen desempeño de sus alumnos.

Finalmente, todo contribuirá al aumento de la matrícula y esto al consiguiente aumento de sus utilidades, que podrá retirar y guardar en su bolsillo cada año escolar.

Muchos de los colegios particular subvencionados que hoy en día figuran como sociedades con fines de lucro, se constituyeron como tal sólo por el hecho que el trámite era más simple y menos engorroso que constituirse como corporación o fundación, sin embargo otros cuantos,conciben la educación como un negocio.

Es un contrasentido que actualmente la ley prohíba el lucro en la educación superior y no en la educación escolar que es un derecho que está garantizado constitucionalmente, y que además es obligatoria y gratuita.

Si todos los sectores coinciden en que queremos que todos los niños, niñas y jóvenes tengan acceso a una educación de calidad, también deben concordar en que el copago y la selección rema en contra de ese objetivo.

Ambas son prácticas que segregan por nivel socioeconómico, y la segunda además por una serie de factores que sólo dependen del criterio de cada establecimiento como antecedentes académicos, conductuales y culturales, que más que requisitos de admisión, como defienden los colegios, son prácticas abiertamente discriminatorias.

Con todo, nadie pone en discusión la existencia de los colegios particular-subvencionados, al contrario, es bueno contar con una oferta educativa amplia y diversa, que cuente con distintos proyectos educativos y que además la gente pueda elegir con libertad dónde quiere que vayan sus niños.

Aunque déjeme preguntarle, ¿usted piensa que existiendo el copago y la selección realmente puede ejercer su derecho a elegir? o es que finalmente ¿son los colegios los que lo eligen a usted y sus niños?

Una cosa es segura, existe talento en todas partes. Un colegio inclusivo, que integra a niños y niñas de distintas realidades sociales, económicas, y culturales favorece en gran medida a mejorar la calidad de la educación que entrega, tal como lo explica el ya conocido efecto par, pero principalmente contribuye a la formación de personas integrales con la capacidad de vivir la otredad no sólo desde la postura de la tolerancia, sino desde la admiración de la diversidad.

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  • C.bercovich

    falta más gente como tú trabajando para para y por este país. lástima que ni la derecha y la izquierda bajarán del olimpo a pedir opinion a la gente , confiando en que con sus “amigos” harán el mejor gobierno de la vida. sl2

  • Emanuel Carvallo Tapia

    A mi parecer falta un cambio de cultura en Chile ahora ya!! no puede ser que en un canal a las 15 horas esten dando teleseries despues a las 20 horas y luego a las 23 horas, la television es un arma de manipulación.
    La gente no sabe lo que pasa alrededor suyo porque la television muestra lo que quiere mostrar.
    Pero si hubiera un cambio de mentalidad y cultura en Chile la gente tendría mas opinión, no la pasarian a llevar y no habria tanto analfabetismo funcional entre tantos otros problemas que existe en la sociedad chilena

  • Jose

    La subvención tiene 2 caras: la del prestador del servicio que lucra con tal, paro también está la del estado, que con su aporte ayuda a entregar una educación de una calidad tal que no puede entregar por sí solo.
    Si la analogía, basada en sistemas de producción de productos (valga la redundancia), fuese correcta, no se produciría la migración de alumnos del sistema público al subvencionado, pues en educación las personas buscan calidad y si pueden evitar “educación con mucho polyester” lo hacen.
    Mientras el sistema subvencionado preste un mejor servicio que el estatal debe existir, si el estado quiere eliminar eso, debe hacerlo a través de una mejor gestión, fruto de la cual la educación estatal pase a ser mejor que la cuestionada y así, de manera natural se producirá una migración en sentido inverso, sin necesidad de hacer las cosas por decreto … al estilo “bolivariano” …

    ¿Acaso los alumnos que están en el sistema subvencionado están ahí por la fuerza?

    • Víctor Marcelo Vergara Verdugo

      José, los papás sacan a sus hijos de los colegios municipales y los ponen en subvencionados no porque la gestión privada sea mejor que la pública, sino porque con el sistema de copago en los colegios subvencionados hay más recursos por niño que en los municipales, redundando en una mejor calidad. El tema es que si el estado pusiera esa diferencia, habría que ver qué podrían hacer los colegios municipales con ese dinero (sobre todo considerando que los subvencionados recortan las utilidades del dueño, cosa que no ocurriría en el sistema municipal). Otro motivo para la migración es de índole publicitario. Una vez pauperizada la educación municipal en la época de Pinochet (intencionadamente, por cierto), la idea de que los colegios municipales son malos lleva a cualquier papá con algún grado de preocupación por la educación de sus hijos a hacer el gasto. El efecto de estar gastando en la educación de los hijos en el sistema subvencionado ya es un marcador de selección entre unas y otras familias.

      • Jose

        Mientras el estado no ofrezca nada mejor … ¿Por qué habría de eliminarse lo que funciona bien ?

        • Julio Morales

          No funciona mejor. Los datos indican que hacen mucho menos (deficiente educación para alumnos con mucho mayor capital cultural) con mucho más. Por lo demás el Estado es el que pone la plata para la educación subvencionada, es decir, tiene una pésima educación propia, tanto porque pone poca plata como por trabas legales y reglamentarias, y por otra parte financia un sistema privado que sólo lucra con el capital cultural de los padres sin aportar de verdad. Los padres de clase media venden día a día sus almas sociales al diablo, pues exigen que el Estado los ayude a hacer sobresalir sus hijos por sobre los pobres, en vez de que cumpla su verdadero rol: Asegurar educación de calidad para todos, meta que lo han hecho paises con menos plata que con la que cuenta hoy Chile, pero el clasismo y arribismo social tiene ciego a los padres de clase media. Yo creo que es mejor asegurarles a nuestros hijos un País potente socialmente, con una población educada de verdad, que ofrecerles contactos en el colegio pagado con plata del Estado en desmedro del esfuerzo que ese mismo Estado debe hacer para dar educación de calidad para todos (con discriminación positiva para los más pobres incluida)

  • Patricio Valenzuela Ormeno

    Decir que el colegio elija al alumno tiene algo de falacia, porque antes que el alumno haya sido seleccionado por el colegio, ha sido él o sus padres quienes eligieron en qué colegio postular.

    Por otra parte, no todos los colegios subvencionados piden copago, y el promedio de monto pedido es relativamente bajo, menos que una suscripción a la TV por cable con CDF, por ejemplo.

    Si una parte no menor de los colegios particulares subvencionados tiene fines de lucro, es razonable pensar que si el lucro se prohibe éstos tendrán un incentivo para cerrar sus “negocios”. Luego el Estado tendrá que expropiar e indemnizar a los sostenedores que no quieran seguir en el tema.

    ¿Hay suficientes gestores educacionales debidamente preparados para entregar educación mejor a igual costo?…¿o por contratar el Estado gente menos interesada en los resultados económicos va a resultar a la larga una educación de menor calidad y más cara a pesar de que ya no se corte la “tajada” de utilidades?

    Creo se está poniendo demasiada atención en temas de transferencia de propiedad, dependencia y poder en la educación, y muy poco en el proceso que se desarrolla en las aulas y hogares.

    • Julio Morales

      El proceso que se desarrolla en las aulas (y también en los hogares) tiene TODO que ver con la forma en que se organiza un establecimiento en particular y el sistema educativo nacional en general. No argumentaré eso, pero si agregaré que los niños de padres mal educados o desatinados no tienen la culpa de serlo, y el Estado tienen el deber de contrarrestrarlo poniendo más plata, recursos y energías en esos niños que en los que no sufren haber nacido en esas cunas. Un país serio logra que el hijo de una nana obtenga tan buena educación como el hijo de su patrón médico. En Chile la plata para eso, como nación, está y hace desde mucho tiempo, pero hemos caído en la trampa del ‘sálvense quien pueda’, del ‘que el Estado me ayuda con unas lucas a darle una mejor oportunidad a mi hijo en esta sociedad cavernícola, aunque le reste plata al hijo del padre desatinado que lo necesita más’.

  • Milton Bertin

    El efecto pares existe, pero para todos. Los alumnos de menor rendimiento se benefician de tener compañeros de mejor rendimiento, pero éstos se perjudican al tener compañeros porros, que atrasan la clase….

    Es sintomático que esta desafortunada polí´tica no se proponga para los colegios de la élite…. ¿será porque los hijos de los ministros y actores políticos van a esos colegios???