El Gobierno anunció que durante el mes de marzo pretende despachar la Reforma Laboral para que entren en régimen cambios en la titularidad sindical, negociación colectiva y los reemplazos en huelga. Extensa discusión que ha generado debate tanto en el Congreso como en los gremios empresariales por los posibles efectos en la desaceleración económica, derechos de los trabajadores y el mismo desarrollo de las empresas.
Posiblemente los cambios propuestos se aprueben con ciertas modificaciones pero cabe preguntarse ¿cambiará realmente el panorama para aquellos grupos que hoy están excluidos del mercado laboral?
Lo más probable es que no, ya que políticas enfocadas a dichos grupos, que en Chile son principalmente las mujeres y los jóvenes de los primeros quintiles, no están contempladas en el diseño de la reforma enviada por el Ejecutivo. Y es este último grupo, el de los jóvenes, donde los niveles de desigualdad se dan con mayor fuerza.
Dadas estas condiciones, la probabilidad de que dichos grupos sigan permaneciendo en niveles de pobreza son altas y la inserción en el mercado laboral se vuelve cada vez más difícil.
Hoy, en nuestro país existen aproximadamente 600.000 jóvenes de entre 15 y 29 años, de estos un 15,8% de este segmento de la población chilena, integran el grupo de los llamados “NINIS”, personas que no trabajan ni estudian.
Frente a esto, se vuelve imprescindible que se creen políticas de mejores incentivos y capacitación para la empleabilidad juvenil. Dentro de las recomendaciones de la OCDE para Chile para generar un mercado laboral más inclusivo en el último informe de ¨Prioridades de políticas para un crecimiento más fuerte y equitativo¨ destacan el desarrollo de programas de capacitación para los jóvenes con un componente en el lugar de trabajo y programas especiales para facilitar la transición desde las instituciones educacionales hacia el mundo laboral.
Reconozco que el Gobierno ha tratado de hacer esfuerzos con programas sociales que buscan insertar a los jóvenes, principalmente de los primeros 2 quintiles, al mercado del trabajo, como los subsidios al empleo joven y el subsidio previsional a los trabajadores jóvenes, que ayudan a reducir costos a las empresas que optan por emplearlos.
En el ámbito de la capacitación también se destacan los programas MásCapaz y Yo Trabajo, que buscan darles herramientas más prácticas a los jóvenes que se encuentran desempleados.
Sin embargo, estos intentos no son suficientes, porque sigue existiendo una gran masa de jóvenes que hoy no tiene la posibilidad de poder acceder a mejores oportunidades a través de un trabajo que los dignifique y los haga sentirse valorados por la sociedad.
Aún falta una mejor conexión entre los colegios técnico-profesionales y la educación superior técnica, mejores programas de enseñanza de oficios, más flexibilidad laboral para los jóvenes para compatibilizar estudios y trabajo, mejores incentivos a las Pymes y más apoyo a las madres jóvenes solteras, que son el mayor grupo de desempleo juvenil, para que realmente podamos decir que creemos que los jóvenes son el futuro de nuestro país.