La Cámara de Comercio de Santiago (CCS) calcula que las ventas del comercio online crecerán entre un 15% a un 20% durante este año, llegando a transacciones por más de US$ 2.300 millones.
Sin embargo, al mismo tiempo, se presenta como un canal cada día más desafiante, con mayor competencia y clientes cada vez más informados y exigentes. El nuevo consumidor es un consumidor empoderado; son hombres y mujeres conscientes de su poder y del colectivo, sabe que puede influenciar su entorno y usa la tecnología como principal herramienta, para iniciar o apoyar estos cambios. Esto significa para las marcas una exigencia sumamente alta por parte de sus diferentes públicos.
Bajo estas condiciones ¿por qué la publicidad no es capaz de comunicar y construir una relación relevante con sus públicos? La respuesta es simple, el ambiente publicitario es caótico y ruidoso, irrelevante e impertinente la mayoría del tiempo.
Para un gran porcentaje de los chilenos, una de las principales quejas al exponerse a un aviso o campaña publicitaria, es el acoso al que las compañías los someten. Sólo entre abril y mayo de 2015, más de siete mil personas han manifestado sus quejas ante el Servicio Nacional del Consumidor (Sernac).
La publicidad es invasiva o poco acorde a sus intereses. Las marcas en mucha ocasiones no logran comprender las verdaderas necesidades de las personas, lo que esperan de ellas o en el peor de los casos, cómo se atenderán sus requerimientos.
Es imprescindible establecer y repensar canales de comunicación con nuestras audiencias. Una alternativa es la que ofrece la tecnología – a través del Social Media y dispositivos móviles – donde a partir de la liberación de la información, podemos balancear la ecuación de poder entre marcas y personas, convirtiendo esta relación en un gana-gana de verdad.
A toda persona debemos ofrecerle un trato justo, simple y transparente donde pueda acceder a información de su interés, cuando y donde ella lo desee, reconociendo el tiempo que invierta en oír y ver, lo que las marcas tienen para contarle. Por ello proponemos que los consumidores tengan acceso a contenidos de su interés, con propuestas concretas especialmente diseñadas para ellos.
El 86% de las personas que asisten a un Focus Group terminan siendo consumidores de la marca que evaluaron. Por ello las marcas deben asegurarse de llevar a su mensaje al público que realmente buscan, para obtener insights relevantes que hagan eficiente su publicidad y que le permitan mejorar su oferta de valor hacia su mercado. Para ello se debe generar un lugar de encuentro real entre marcas y personas en donde ambos interactúan, siendo el usuario final quien elige cuándo y dónde ver los contenidos.
Queremos romper el paradigma clásico de la publicidad, haciendo recobrar la importancia del mensaje sobre la imagen, de la experiencia sobre el producto y de la conversación sobre la interrupción, a fin de volver al centro de toda comunicación: las personas.