El transporte menor puede progresar y dar un salto sustantivo al futuro, con plena sustentabilidad, definiendo las bases de un sistema de transporte colectivo integrado y compatible con las transformaciones que experimentarán nuestras ciudades.Apostar al fortalecimiento del transporte menor, no sólo significa mejorar la calidad de vida de los habitantes, sino que también a través de ello, apoyar a miles de microempresarios y trabajadores del sector.
Específicamente, los taxis colectivos, pedimos hace tiempo ser parte de las políticas públicas de gobierno nacionales y locales y no seguir postergados y perjudicados con una política que sólo potencia y privilegia al transporte mayor.
No podemos ser vistos sólo como una actividad colchón de la cesantía y el autoempleo.La arrogancia, el poco compromiso y falta de voluntad política, por abordar con prontitud y diligencia estos temas centrales, no han contribuido a la unidad y consenso en un diálogo fructífero y ágil, el que considere las diferencias y particularidades.
Nuestra integración debiese concretarse con acciones tangibles y específicas, como la aplicación de fórmulas compensatorias permanentes para quienes usan el combustible como principal insumo de trabajo, considerando tanto las bencinas como el gas vehicular, implementando medidas de corto y mediano plazo.
Así mismo, prontamente debiese existir un subsidio al transporte público, a través de la ley 20.696, la que permitirá que los taxis colectivos a nivel nacional puedan acceder, a través de los gobiernos regionales, a un subsidio por renovación de vehículos, con especial preocupación de las zonas extremas.
Junto a ello, es primordial contar con programas de fomento dirigidos a la modernización del transporte menor, aplicando nuevas tecnologías e infraestructura.
Pero, no cabe la menor duda que la base de la integración es un reconocimiento efectivo, por parte de las autoridades, de que el taxi colectivo es un actor importante del transporte público a nivel nacional por la vía de una política de descentralización, que sea justa, sin discriminación, que fomente la igualdad, el desarrollo sustentable y la dignidad de sus trabajadores.