Uno de los focos noticiosos mundiales durante estos días ha estado en China, país anfitrión del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), que este año celebra 25 años de existencia. Altos funcionarios, ministros y líderes de las 21 economías que integran esta instancia, han tenido una intensa y productiva agenda de reuniones.
El Foro APEC, creado en 1989, tiene como sus principales objetivos promover el crecimiento, eliminar barreras comerciales y facilitar las inversiones, así como estimular la cooperación técnica dentro de la región.
Los actuales miembros representan un 57% de la producción global, un 49% del comercio y el 40% de la población mundial. Además, dado su carácter no vinculante, la APEC facilita la discusión informal de temas emergentes en el ámbito comercial. De hecho, se podría decir que se ha transformado en una interesante incubadora de iniciativas en favor del libre comercio, muchas de las cuales se han visto replicadas en otras instancias vinculantes.
Por esto, la realización de estos encuentros ha sido fundamental para nuestro país, que este año cumple dos décadas participando en APEC.
En efecto, desde la mirada de las cifras hoy el 65% de las exportaciones chilenas tiene como destino las economías de APEC, que representan el 49% del comercio global, mientras el 58% de las importaciones provienen de ellas.
La inversión extranjera directa materializada en Chile proveniente de la APEC alcanzó los US$ 62.114 millones a junio de 2014, representando un 60% del total invertido. En tanto, la inversión chilena en APEC alcanzó los US$ 24.259 millones (26% del total de la inversión de Chile en el mundo).
Desde otra mirada, esta relación ha sido clave para aumentar nuestra red de acuerdos comerciales, que tienen un claro efecto en la economía, en el empleo, en la adquisición de bienes a precios más convenientes y accesibles, como por ejemplo, celulares, computadores, automóviles, zapatos, juguetes, que muchos llegan a Chile provenientes de economías de la APEC.
Un claro ejemplo de ello es el Tratado de Libre Comercio (TLC) entre Chile y China, cuyo lanzamiento de las tratativas se llevó a cabo justamente en una Cumbre de Líderes de APEC, realizada en Santiago, en 2004.
Chile ha sido un activo miembro del Foro desde su inclusión, participando en cada uno de los grupos y presentando iniciativas, tales como los talleres de responsabilidad social empresarial, anticorrupción y lavado de dinero, procedimientos aduaneros, excepciones y limitaciones en materia de derecho de autor, etc.
Un logro importante de las reuniones APEC de este año, es que el Presidente de China Xi Jinping consiguió el apoyo de los miembros del bloque para iniciar una “hoja de ruta”, con miras a crear un Área de Libre Comercio del Asia-Pacífico (FTAAP), que Chile ha empujado con mucho interés.Ante las debilidades de la Ronda Doha, de la OMC, esta podría ser una instancia muy relevante.
Finalmente, es preciso recordar que Chile está interesado en ser un país puente entre América Latina y el Asia-Pacífico, para nuestro beneficio económico y de toda la región.
Hemos construido la Alianza del Pacífico y, ahora, estamos empeñados en concretar una convergencia de ésta con el Mercosur. Si logramos ese propósito, los países de América Latina podrán integrarse más efectivamente y toda nuestra región obtendrá mayores beneficios de los mercados de APEC.