La especulación se ha apoderado de la escena nacional.Los polos han comenzado a movilizar a las personas a pronunciarse a favor o en contra de la reforma tributaria.
El elemento central en juicio es el crecimiento (con o sin justicia) del país y, por consecuencia, el empleo. Desde este panorama incierto, el 99% de las personas que no están en la vida política deben juzgar y asumir una posición… o al menos eso es lo que esperan los actores políticos.
Dejando de lado la discusión ideológica y central de la reforma ¿Qué ocurre con la vida de un trabajador que es despedido en cada crisis? Siempre hay escenarios desfavorables, siempre han existido las crisis, la cosa es cíclica, esto no cambia, así es la vida. Si es o no la reforma tributaria, no es el punto. Siempre existirán actores que están esperando la luz para manipular las sensaciones de las personas, sobre todo desde el miedo.
¿Qué le pasa a una persona despedida? La respuesta más evidente es “la vida continúa”.
Si uno anda bajoneado porque perdió el trabajo o una propuesta importante, una de las cosas que muchos amigos y familiares le dicen es precisamente que la vida continúa y lo que hay que hacer es moverse rápidamente para ocuparse y —por qué no— para reinventarse.
El ideal sería tomarse esto con alegría y además ver todas las oportunidades que esto significa, pero probablemente por nuestra idiosincrasia sea al contrario: más triste y enfocado en vernos como víctimas.
El emprendimiento es una forma de ver la vida, una forma de crear oportunidades donde el resto no las ve. No hay culpables, no hay resentimiento, no hay víctimas. Tampoco hay tiempo para quedarse en el ejercicio de “podría haber sido distinto”. El emprendedor nace del dolor, tal como el ave fénix, reinventa su camino y sigue adelante enfrentando nuevos desafíos.
¿Cómo saber si uno es un emprendedor? Si bien puede haber personas con más alma o talentos para emprender, las crisis son como las olas a la orilla del mar, cuando azotan más fuerte, descubren o hacen brillar sus tesoros.
Si una persona se ve amenazada por una crisis, tiene dos opciones: o patalea y busca obtener resultados por esta vía, o bien emprende sin resentimiento mirando la nueva oportunidad de reinventarse a sí mismo. Una mezcla de ambas se podría dar en algún grado, pero perder mucho tiempo en el duelo, provocado por la pérdida, solo abre más la herida y por lo general trae consecuencias.
Tengo una certeza al escribir este artículo.Haya o no haya reforma tributaria las personas deberán seguir trabajando y buscando formas de reinventarse.
Si no lo hacen, será una u otra de estas crisis las que los amenazará. Por lo tanto el mensaje es a no temer, muy por el contrario, la invitación es a convertirse en un actor protagonista de su futuro, a no depender de “lados políticos” o “ideologías”, sino a emprender.