Cuando presentamos nuestra ciudad a los diferentes fondos inmobiliarios extranjeros que vienen a explorar y después invertir en edificios de oficinas en Chile, lo primero que señalamos es que Santiago es una ciudad que camina.Su desarrollo parte al igual que todas las grandes capitales latinoamericanas, alrededor de la Plaza de Armas.
Algunos terratenientes instalaron sus casas en calle República por la cercanía a la Estación Central (trenes hacia los campos del sur chileno) y los muy buenos colegios de esa zona.
Posteriormente avanzaron hacia la calle Santa Lucía y los alrededores del Parque Forestal.A continuación se movilizaron hacia Providencia, dónde se instalaron con muy buenas casas para terminar en el barrio El Golf, donde ahí se construyeron las mejores casas de Santiago. Después se desplazaron por Avenida Las Condes hacia Los Domínicos para finalizar este avance en La Dehesa.
Claramente, ha sido un camino con dirección oriente, el que se topa con la famosa cota 1.000. Esta cota ha hecho que el avance gire hacia el Norte, en dirección al Valle de Chicureo, Colina.
Cuando mapeamos este avance, los extranjeros se miran incrédulos, especialmente los europeos. Explicamos que, si bien es cierto que en Chile la inmigración europea hasta los años 50 fue predominante, nuestro país ha seguido la cultura americana, esto es, abandonar los centros cívicos o dowtown, como los americanos lo nombran.
Ojo que esto pasa en Talca (hacia Las Rastras, también sector Oriente), en La Serena (hacia Cerro Grande, también hacia el Oriente), y así sucesivamente.
Los inversionistas extranjeros nos preguntan por qué Chile tiene esa movilidad y les explicamos que en Chile no existe la cultura del reciclaje.Así de simple, lo viejo no sirve y lo abandonamos.¿Qué tal? parece que hay cierta similitud entre las propiedades y las personas.
¿Tenemos esperanzas que esto se revierta? Claro que sí. Hoy los Fondos Inmobiliarios chilenos y extranjeros, las Compañías de Seguros de vida chilenas y extranjeras y los desarrolladores inmobiliarios locales y mundiales, están tomando posiciones en edificios de oficinas completos, lo que hará que sus mantenciones, diseños originales y vida útil serán cuidadas ya que al estar en una sola mano habrá mas preocupación en que no se deprecie la inversión inicial.
Podríamos concluir que el reciclaje en los edificios de oficinas será una nueva industria en Chile, por lo que llamamos a los emprendedores jóvenes a evaluar esta nueva y gran oportunidad, para lo cual les sugiero que partan pidiendo permiso para ingresar al Edificio Palacio Ariztía (Calle Nueva York, esquina calle La Bolsa en Santiago), propiedad que inició el proceso de reciclaje.