La ley 19.795, estableció el año 2002 los multifondos en materia previsional. Se ampliaba así la experiencia de la creación, poco tiempo antes, en 1999, de un segundo fondo destinado a la protección de los ahorros de los pensionados y de quienes se encontraban próximos a ello.
Durante la discusión se sostuvo – y así consta en los informes legislativos – que la creación de estas alternativas sólo generaría resultados positivos. Se lograría una asignación más eficiente de los recursos, se mejoraría y especializaría el servicio que prestan las AFP de elección de cartera y se incentivaría a los cotizantes a buscar mayor información y sentirse partícipes en la administración, generando mayor conciencia y responsabilidad sobre el ahorro previsional.
Durante dicha discusión no se plantearon grandes dudas ni observaciones negativas sustantivas respecto de esta materia.
Sólo se expuso, sin ser objeto principal de debate, que los cambios reiterados podrían motivar incrementos de costos en la gestión, por lo que se estableció la posibilidad de cobrar una comisión a partir del tercer traspaso en un año. Las objeciones más frecuentes y reiteradas, eran más bien de escepticismo acerca de la real posibilidad de que los afiliados pudieran aprovechar estas opciones. Se sostenía que la única información disponible provenía de las propias administradoras. La experiencia del fondo dos, creado tres años antes era lapidaria. Sólo lo utilizaron doscientos cincuenta personas.
Pues bien. Diez años después a consecuencia de la inestabilidad de los mercados, que se prolonga desde la crisis del 2008, esta herramienta comienza a ser usada por los afiliados. Éstos empiezan a preocuparse y a analizar las posibilidades que el sistema les ofrece para precaverse de las caídas bursátiles y aprovechar de mejor modo los ciclos ascendentes en los mercados.Se crean, asimismo, entidades destinadas a proporcionar información y orientar a los usuarios.
Se estima que unas cien mil personas se cambiaron al Fondo E, en abril pasado. Una cifra algo menor lo hizo en enero, pero esa vez buscando mayor riesgo. El porcentaje de traspasos es relativamente bajo sobre el universo potencial. Hoy tenemos casi cinco millones de cotizantes y nueve y medio millones de afiliados.Vale decir los movimientos significan menos del 2% del total de cotizantes.
Sin embargo, se han encendido las alertas. Las administradoras, agentes económicos y organismos reguladores han expresado preocupación producto de los impactos de estas corridas en la rentabilidad de los instrumentos de inversión.
O sea, el mecanismo que todos aplaudieron era bueno mientras nadie lo utilizaba.Ahora que se ocupa, aún en forma tan residual, es casi el apocalipsis.
Curiosamente, entre las opciones que se analizan para evitar estas transferencias y sus efectos, está poner en funcionamiento la comisión por el tercer traspaso anual, que hasta ahora no se ha implementado. Ahí sí todo calza. Las AFP han visto por esta vía una interesante perspectiva.
Viendo como sus primas hermanas las Isapres empezaron a incrementar por la vía de la prima AUGE las utilidades que se han visto dificultadas de obtener por efectos de alzas en los planes, las administradoras han advertido que de incrementarse los traspasos hay acá un “emprendimiento” interesante.
Es necesario analizar con mayor perspectiva el funcionamiento de esta nueva realidad y tener prudencia en los anuncios de restricciones al mecanismo de modo de no caer en contradicciones con los mensajes que se entregaron antes de la implementación de esta ley.
Es muy poco serio promover reformas y desdecirse justo cuando éstas empiezan a ser utilizadas. Este tipo de advertencias y opiniones lo único que hacen es seguir sembrando desconfianza en el actual sistema previsional.