Refiriéndose al fallo de la Corte Suprema que condenó a Cencosud por abusar de sus clientes, la Secretaria General de Gobierno hablando a título completamente oficial, ha incurrido en una enorme confusión que revela muy a las claras la forma como entienden el poder algunos de los miembros del gabinete.
Atendido que como se sabe los abusos condenados ocurrieron durante la época en que dirigía la empresa y era su principal ejecutivo Laurence Golborne, hecho que ocurrió hace siete años, la vocera dice que corresponde a él, es decir, al candidato y no al gobierno “pronunciarse por temas personales”.
Olvida la autoridad máxima de comunicaciones del gobierno que el demandante fue el Estado a través del Sernac, Estado que en la actualidad es gobernado por la coalición que ella representa.En consecuencia, no se trata de un asunto personal, se trata de que el Estado, apoye, celebre y congratule porque en uno de los pocos casos que en Chile se han ventilado con éxito abusos a los consumidores se les ha dado la razón y, por lo tanto, es un tema de interés del Estado y no es un problema personal del señor Golborne.
En lo que respecta a éste último resulta muy lamentable también la confusión conceptual que expresan sus opiniones en torno a esta materia.
Él sostuvo como gerente en su esfera privada una tesis errónea, abusiva y que forma parte de una lógica desgraciadamente muy generalizada de las grandes empresas respecto de muchos de sus propios clientes, a los que dado la asimetría de poderes en juego sólo el Estado puede defenderlos como hizo en su época un gobierno de otro signo en este caso y éste mismo en La Polar, en otro.
Conviene pues que tengamos claridad en esta materia y resulta muy sorprendente que el candidato y la vocera oficial aparezcan tan preocupados de bajarle el verdadero perfil a un asunto grave que daña las bases mismas de una sana economía social de mercado, que con razón cada vez aparece más desprestigiada.