En año y medio, la crisis de deuda soberana se ha llevado por delante cinco Gobiernos (Reino Unido, Portugal, Irlanda, Grecia e Italia) o seis, si se tiene en cuenta el final de la era Zapatero en España que tiene elecciones este domingo 20. También ha provocado que tres países estén intervenidos por la UE y el FMI.
Italia, bajo el nuevo Ejecutivo de Mario Monti, trabaja a marchas forzadas para evitar la suspensión de pagos, mientras la tensión crece sobre España.
Y es que los planes de rescate pueden garantizar que se cumplen los compromisos con los acreedores, pero están muy lejos de facilitar un alivio en la presión del mercado sobre los países intervenidos. Ninguno de los Gobiernos rescatados está en condiciones de financiarse de forma sostenible con subastas de deuda.
Estos países por sí mismos no van a poder corregir la situación. El principal escollo es la coyuntura general del miedo en los mercados. El otro elemento es que aún es demasiado pronto para que las medidas de austeridad presenten un efecto de mejora. Lo cierto es algo que debiera empezar a percibirse el año que viene.
Hablamos de tiempo, que es justo lo que le falta a la eurozona, una evidencia de la situación son los países que están en el límite de la línea de fuego: España e Italia.
La verdad de fondo a la mirada de los expertos, es que los rescates solo garantizan el financiamiento de los países en apuros, pero no marcan el inicio de las soluciones legales y políticas, ni la senda del crecimiento. Situación delicada en un entorno muy exigente.
“Parece ser que la alegría en los mercados tienen una duración cada vez más escasa”, considerando la elevada presión que desembocan en una intervención más decisiva del BCE, algo a lo que Alemania, que es quién manda en Europa, ya ha expresado su más firme oposición.
Cifras más, cifras menos hoy los mercados en sus caídas bursátiles nos hablan que la cuerda sigue floja en credibilidad.
La directora del Fondo Monetario Internacional Christine Lagarde ha dado una señal y recomendado a las economías emergentes que preparen modificaciones estructurales en las economías locales
Chile debe preocuparse, porque somos una economía abierta y los bajos crecimientos en las grandes potencias, golpearían algunos sectores exportadores, dejando una incógnita en el mundo del trabajo. Tema que la ministra Evelyn Mathei no ha dejado de lado al estimular las contratas.
Ejemplo, la fábrica de contenedores marítimos en San Antonio inaugurada el fin de semana, permitiendo la contratación de 2000 puestos nuevos de trabajo.