¿Quién resulta más beneficiado con el crédito con aval del Estado (CAE)? ¡Acertó!
Desde que fue engendrado el 2006, este perverso mecanismo para endeudar estudiantes a favor de instituciones de educación superior privadas con fines de lucro, ha reportado ganancias brutas por no menos 400 millones de dólares ¡a los bancos intermediarios!
Éstas provienen de intereses devengados por los estudiantes y “recarga” pagada al contado por el Fisco, más o menos en partes iguales.
Sin riesgo alguno y sin moverse de su escritorio, por cierto.
Además del aval de las instituciones receptoras y del Estado, los bancos adquirieron el derecho a embargar sueldos y devoluciones de impuestos de los futuros profesionales. Como si fuera poco, el Estado les ha recomprado el 41 por ciento de los créditos colocados.
Dichas ganancias brutas equivalen al veinte por ciento de los aproximadamente dos mil millones de dólares colocados a los estudiantes en CAE hasta el momento.
Sin embargo, considerando la recompra por parte del Estado, la banca ha aportado solo unos 1.200 millones de dólares. Por lo tanto, las ganancias brutas hasta el momento equivalen a ¡un tercio del capital aportado por la banca! No está mal.
A lo anterior hay que agregar que aparte de endeudar a los estudiantes en 800 millones de dólares anuales y consumir un 30 por ciento del presupuesto de educación superior del 2012, casi todos los CAE van a parar a instituciones de educación superior privadas y la mitad a sólo tres de ellas, con fines de lucro.
Por estos motivos hay que terminar con el CAE ahora, redestinando esta partida presupuestaria a financiamiento basal de las instituciones públicas, crédito solidario y becas.
Éste es el primer paso hacia la gratuidad de la educación superior.
Las ganancias brutas de los bancos han sido estimadas por Cenda en base a los antecedentes publicados por la Dirección de Presupuestos, DIPRES. Se calculan sumando año a año desde el 2006 al 2011 las “recargas” pagadas por Fisco a los bancos por la cartera recomprada, más los intereses devengados por el capital neto aportado por la banca, una vez descontada la recompra por parte del Estado del total de CAE colocados.
Las “recargas” pagadas por el fisco a la banca suman un total de 106,257 millones de pesos entre el 2006 y 2011.
Llama la atención que los promedios de recarga pagados a la banca entre el 2006 y el 2010 promediaron más de 40 por ciento de la cartera recomprada, proporción que se redujo violentamente el 2011 a sólo 6 por ciento.
Ello resulta escandaloso, puesto que evidencia que durante los años precedentes se pagó de más a la banca una suma de más de ochenta mil millones de pesos ¡cinco veces el escándalo de Kodama! Por cierto, nadie ha respondido por ello.
Los intereses devengados por los CAE todavía en poder de la banca, es decir, descontada la recompra por parte del Estado, suman un total de 90.452 millones de pesos desde el 2006.
Sólo el 2011 suman 36.732 millones de pesos, cifra que crece año a año.
El cálculo supone que toda la cartera colocada continúa devengando intereses corrientes.
En realidad la suma es mayor, puesto que los créditos morosos son cerca de la mitad y devengan adicionalmente intereses penales y multas.
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