Está bien calificar este negocio de Codelco de adquirir el 49% de Anglo American como un negocio histórico. Primero porque lo es.
Es por primera vez, desde la nacionalización del cobre en 1971, que Codelco adquiere el 49% de una mina privada y que no está desarrollando un proyecto por si mismo.
Antes se asoció con privados para desarrollar algunos proyectos, pero es primera vez que adquiere propiedad en un negocio en marcha.
Algunos dicen que es histórico por el volumen de recursos comprometidos.
Tal vez sea así, seguramente es un buen negocio ya que los ejecutivos de Codelco que han estado a cargo de esta operación llevan muchos años trabajando en la empresa nacional.
Pero es un negocio histórico porque en el gobierno de la derecha privatizadora se decide adquirir una empresa privada para que en un 49% esté en manos del Estado de Chile. Esto es un hecho histórico.
Y hay que felicitarlo por dos razones.
La primera es porque se está rompiendo la filosofía del estado empresario impuesta por la Constitución de Pinochet y tan arduamente defendida por la derecha y los poderes fácticos, desde el parlamento en el pasado y el gobierno ahora y desde el mundo empresarial financiero, siempre.
Esta vez esas voces no se están escuchando, y enhorabuena que así sea.
La segunda razón es porque Codelco debe ser la empresa líder del país, no solo en el ámbito minero, sino la empresa que crezca y desarrolle proyectos de envergadura mundial, como lo hace Petrobras para Brasil.
De hecho es la única empresa chilena que puede adjudicarse ese liderazgo que Chile necesita, y hoy lo está asumiendo con esta nueva forma de entender su rol.
De alguna forma también, al crecer la participación del Estado en la propiedad minera, se está retomando la senda de que los recursos naturales deben tener una función social prioritaria, aunque esto sea de manera tímida todavía.
Y de alguna forma también se está recuperando la idea de la “chilenización” del cobre impulsada por Frei Montalva, que haríamos bien en reinstalar como política nacional.
Entre pequeños pasos no estaría mal retomar el impuesto a las ganancias excesivas de la minería también establecido por Frei Montalva.
Seguro que el negociador de entonces, ese gran empresario que fue don Pepe Claro nos aplaudiría.