Las estadísticas de crecimiento de Alemania o Francia en el primer trimestre permitieron respirar aliviados, pero el frenazo en el segundo trimestre ha disparado todas las alarmas.
La incertidumbre crece y durante el fin de semana los mercados esperaban repuesta a la interrogante por parte de la Reserva Federal y Bernanke.
El frenazo en seco de Europa y Estados Unidos en el segundo trimestre dispararon las alarmas y surge la pregunta que se hacen los especialistas.
¿Está la tan temida doble recesión- la W- a la vuelta de la esquina? Las probabilidades se miden como en nuestras ciudades satélites de juego que cuentan con casinos… quién da más.
Para el Nobel Michael Spence, las posibilidades de que la economía mundial entre en recesión están al 50%, según aseguraba hace unos días en una nada tranquilizadora entrevista en Hong Kong.
En los últimos años se ha culpado mucho a los economistas de no haber sabido predecir los acontecimientos, de no ser capaces de adelantar lo que va a pasar.
La respuesta está en su forma de trabajar que conjuga los datos y las cifras que hay sobre la mesa y no visualizan una recesión. El mejor indicador que está disponible para estos casos es el manufacturero que en el viejo continente muestra una clara ralentización de esas economías.
Volvemos a la interrogante de caer en recesión. Para varios hay probabilidades. La espantosa doble recesión, la posibilidad de una recaída cuando recién salimos del pozo, la temida double-dip (escalofriante) W, está en boca de todos, eso no lo niega ningún experto.
Pero ¿a qué apostar?
Las dudas surgen porque los datos tienen la capacidad de asustar o tranquilizar. El crecimiento de las economías en el primer semestre hizo lo segundo.
El PIB de Alemania creció a una tasa del 1.3 %, Francia avanzó un 0.9% y el de Estados Unidos (medido en tasa anual) se incrementó un 1.9%
Claro las cuentas del segundo trimestre son la verdad que hoy manejamos y es radical, Alemania ha caído hasta el 0.1% de crecimiento, Francia se ha quedado en nada, Estados Unidos dio la sorpresa el viernes y ha reducido su empuje incluso más de lo previsto.
Con estos datos la clave está en determinar si se trata de un susto de un trimestre estancado o de un punto de inflexión que marca el principio de la recaída.
Sobre esta última posibilidad, las reflexiones de otros premios Nobel como Bruman y Siglita o del economista jefe del FMI y profesor de Harvard, Kenneth Rogo pone los pelos de punta.
Todos ellos coinciden en las equivocaciones cometidas en el tratamiento para aplacar los mercados y reducir el déficit y en que los planes de austeridad llevarán al mundo directamente a una segunda gran contracción.
Los bancos centrales de primera fila no están de acuerdo, ni la FED de Estados Unidos, ni el Bundesbank alemán ven nada parecido a una recaída.
En las economías de los países emergentes la revisión a la baja del crecimiento es modesta.
Es posible que se produzca una moderación, pero Chile, por ejemplo, continúa con fuerza lo que permitirá que las exportaciones de los países del primer mundo puedan pasar la tormenta.
El panorama aun es incierto y más allá de los rebotes, mi duda es a quién creerle y si estamos preparados para sobre llevar una crisis mayor.
Solo comentar que el futuro será una travesía compleja… en el mejor de los casos.