En enero de este año, varios recordaremos el atentado a la sede de la revista satírica francesa Charlie Hebdo, el cual fue reivindicado por la rama yemení de Al Qaeda, y que dejó un saldo de 12 víctimas fatales, conmocionando a toda Europa y la comunidad internacional.
Joachim Roncin, de 39 años, era el director artístico de la revista Stylist, quien a pocos días del incidente en Charlie Hebdo, se hizo famoso por acuñar un breve y convincente mensaje de solidaridad por lo ocurrido en la sede de la revista francesa. El mundialmente conocido mensaje “Je suis Charlie” (Yo soy Charle) ocupó portadas de periódicos, pancartas, e incluso el popular hashtag de la red social Twitter.
En nuestro país también respondieron a la oleada de solidaridad internacional, en la que numerosos transeúntes se dirigieron a la embajada francesa para dejar el popular mensaje de apoyo.
Pero hace días se ha hecho viral una imagen que probablemente refleja la magnitud de la crisis humanitaria que se vive en los países árabes azotados por la oleada de terrorismo, cuyos nacionales intentan desesperadamente alejarse de las zonas de combate.
Este sería el caso de Aylan Kurdi, un niño sirio de apenas 3 años, quien se hizo conocido por una foto que circula mundialmente, y que muestra su cadáver a la orilla de la playa turca de Ali Hoca.
Según la información preliminar, se sabe que los miembros de familia Kurdi eran residentes de la ciudad siria de Kobani, y buscaban refugio en Canadá, ya que allí contaban con un familiar que buscaba traerlos. La idea de la familia era viajar en dos botes hasta Grecia, ya que las solicitudes de recibir a los Kurdi hechas por el familiar residente en Canadá, fue denegada por las autoridades.
Ante la trágica necesidad de viajar en unos botes hasta Grecia, el hecho dejó como saldo 12 personas fallecidas, entre ellos 5 niños donde está el caso de Aylan, y su hermano Galib de 5 años. También falleció la madre de los pequeños, Rihan, de 35 años.
Un artículo de la BBC publicado este miércoles, detallaba que si las autoridades canadienses hubieran aceptado la petición, la familia Kurdi podría haber viajado directamente a Canadá, siempre y cuando hubieran demostrado que cinco ciudadanos canadienses podían patrocinarlos, proveyéndoles apoyo financiero y emocional.
También en el artículo se detallaba las complejidades por las que tienen que atravesar los desplazados sirios en los campamentos turcos del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), ya que en caso de no obtener el estatus de “refugiado”, Turquía tampoco les otorga una visa para salir del país.
Dentro de unas semanas, se realizará la Asamblea General de las Naciones Unidas, organización que cumple su 70° aniversario. A la luz de los hechos, la situación humanitaria en Siria volverá a ser puesta dentro de la agenda, pero ahora con un doloroso precedente que nos refleja la magnitud de lo que viven día a día los desplazados sirios.
Aunque también nos sumamos al dolor por lo acontecido en Charlie Hebdo, para el caso sirio no bastan las frases de solidaridad internacional, ya que Francia no se encuentra azotada por una oleada de terrorismo, ni por un conflicto de la magnitud que aqueja a la república árabe.El país galo tampoco cuenta con las cifras de desplazados internos, ni con la cantidad de muertos que ya llevan los cuatro años de conflicto en Siria.
La actitud reactiva de la comunidad internacional, frente a la crisis humanitaria que viven millones de sirios, iraquíes y ciudadanos de otras nacionalidades, debe ponerse a prueba en esta nueva Asamblea General. Esperemos que estén a la altura.