23 may 2013

La indiferencia.

Solo hay una cosa más repugnante que el racismo: la indiferencia. Y es indiferencia lo que hay detrás del supuesto “chiste” del actor Elías Escobedo dicho a través de su personaje el Largarto Murdock en un programa de televisión del canal Chilevisión.

Que la muerte de millones de personas perpetrada por el nazismo deje de inspirar horror y respeto a solo 68 años del término de la Segunda Guerra Mundial da cuenta de la enfermedad grave que padece la sociedad en que vivimos.

Ya era inaceptable el chiste mismo, que no solamente ha de ser calificado como de “mal gusto”, como se ha hecho, sino como una verdadera ofensa al espíritu humanista que es la base misma de la única forma de convivencia posible entre nosotros.

Pero a eso se unió además la forma de dar esta noticia en los medios, que sindicaba la repulsa de este hecho a la “comunidad judía”, como si la indignación provocada tuviera que ver únicamente con la pertenencia a un grupo determinado dentro de nuestra sociedad y no a ella en su conjunto, como si el Holocausto fuera un tema que compete solamente a los judíos y por lo tanto fuese únicamente su reacción indignada la que pudiera esperarse frente a actos como este.

Pero, como si todo esto fuera poco, vinieron además las “explicaciones” del “hombre tras el títere”, que bien podría ser títere de su títere dada la falta de sensibilidad, cultura e inteligencia que demuestra.

Si en general la televisión abierta en Chile es una vergüenza, debido a la precariedad intelectual que exhiben casi todos sus programas, cuando estos incluyen a este tipo de payasos ignorantes la cosa sobrepasa todos los límites aceptables.

Y lo que trasunta este tipo de comicidad es la semi-barbarie en la que los organizadores de esta farándula suponen que vive el chileno medio, al que le están destinados estos programas, que son un verdadero resumen de todo lo intelectualmente despreciable que se puede encontrar en nuestro país: homofobia, racismo, machismo, hipocresía moral, chovinismo, etc.

Pero lo peor de todo es la indiferencia. Un país irresponsable, que se siente a salvo de las desgracias y que ya no tiene oídos para escuchar los alaridos de dolor de las víctimas de la violencia que ha ensangrentado la historia humana, los gritos de quienes han sufrido la represión, los quejidos de los torturados, los llantos de los asesinados por el fanatismo, está preparado para comenzar de nuevo con estas lacras, está listo para repetir una vez más los mismos crímenes que ya se creen superados. Y es que únicamente la memoria puede exorcizar la barbarie humana.

Es injusto olvidar a las víctimas de un acción tan despiadada como el Holocausto. Pero sobretodo, es peligroso. Es quizás el más grande peligro que se cierne hoy día sobre las cabezas humanas. En el olvido duerme el huevo de la serpiente, es ahí donde ella anida y se prepara para reiniciar una vez más su macabro renacimiento.

Hacer chistes con la muerte de millones de judíos es una muestra de que hay gente en nuestra sociedad que se siente ya a salvo de estas tragedias, imaginan que son cosas que le sucedieron a otros en un tiempo ya remoto y que en Chile esas cosas ya se han superado. Pues bien, son ellos mismos, con sus chistes macabros y sus comentarios irresponsables los agentes de estos demonios.

El humor es muy sano, pero cuando no se sabe poner límites es un síntoma de una grave enfermedad.

Hay cosas que no se tocan, no solo porque con ellas se ofende a muchas personas gratuitamente, sino porque con ellas se horadan los cimientos mismos de la hermandad, la solidaridad, la libertad y la justicia, sobre las cuales debe edificarse nuestra existencia común.

Nunca hay que olvidar que la risa también es destructiva y es peligroso que caiga en manos de irresponsables. La vida ha sido para muchos una broma muy pesada y olvidarlo es inhumano.

A este comiquillo habría que obligarlo a leer uno por uno los nombres de las víctimas del Holocausto. Al final, tal vez se habrá curado de su indiferencia y se pondrá a inventar “chistes” mas ingeniosos y acordes con lo que necesita nuestro Chile para recuperar su alma medio perdida por causa de la televisión.

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  • Inti Målai Perdurabo

    Reírse de algo no es lo mismo que burlarse de algo. En el humor se actualiza la compenetración del espíritu con aquello que permanece afuera, ajeno, intocable. “Indiferencia” sería no reír; y “ofenderse” es mostrar la incapacidad de sobreponerse al dolor y seguir adelante, de curar los traumas. Es poco serio polemizar acerca de rutinas cómicas, y es fascismo encubierto denunciar y perseguir al comediante que hace ataques personales o colectivos; ¿no es ese acaso el fuero del que gozan los hombres de risa, desde los más tempranos tiempos del teatro griego?
    Más triste es ver la cantidad de pantalla que le dan a cosas tan pequeñas, cuando la verdadera discriminación está afuera, en la calle, perpetrando ofensas mucho más serias (“ofensas” de verdad) contra hombres y mujeres que no tienen los medios para hacer escándalo público por el abajamiento de su dignidad.

    • Sergio Teran

      Espero que usted no se ría de los detenidos desaparecidos, ni de la muerte de algún vecino, ni de la zaña con que se asesinó a Zamudio, ni de los niños violados por Zacarach. ¿Entiende la diferencia?

      • Inti Målai Perdurabo

        Es que ése es precisamente el punto: El humor es una forma de expresión, no una burla. La rutina del lagarto Murdock era ACERCA DE la discriminación; apareció la marioneta de lagarto disfrazada de conejo, “porque la gente adora a los conejitos y desprecia a los lagartos”. Más adelante dice el personaje: “yo no río de los negros, me río de los racistas”. Él mismo, el lagarto, el personaje, encarna la figura grotesca de aquello que quiere convertir en el objeto de nuestra risa; él se ríe de los judíos y nosotros nos reímos de él. Es un gesto similar al del humorista “Palta” Meléndez, cuando salió a pasearse por la Alameda con una máscara de Pinochet, y los transeúntes lo lincharon. Tal ha sido el trabajo de los comediantes desde tiempos de la antigua Grecia, donde el Tirano y el Filósofo aparecen detrás de una máscara para ser avergonzados frente a la multitud. El comediante detrás de la marioneta ha fabricado a un ser despreciable, y es de él de quien nosotros reímos.

        No soy antisemita y lamento el holocausto. Pero de la misma forma como no lincharía a Anthony Hopkins por lo despreciable de Hannibal Lecter, tampoco me enzañaría contra el humorista detrás de un viejo y gastado chiste sobre el holocausto.

  • Sergio Luis Arenas Benavides

    Muchos, ante la desubicación de Murdock, reclaman con toda razón el doble estándar de la comunidad judía, que calla ante el abuso israelí cometido contra la población árabe palestina. Pero también no faltan los que aprovechan este tema para lanzar diatribas e incluso negar o minimizar el Holocausto. Eso es no darse cuenta de que fue ese espeluznante hecho el que hoy nos permite juzgar lo que hace un estado contra personas inocentes (no incluyo aquí a los extremistas que no ayudan a la población civil que paga los costos de la guerra). Es justamente por el sufrimiento y la muerte sufrida por los prisioneros del nazismo que podemos reclamar contra el trato que se le da a la población palestina. El legado de horror de ese régimen y de otros del es la lección que nos impulsa a reclamar y a pedir paz.

    Por otro lado, lo de Murdock fue sólo uno más de muchos errores cometidos por nuestro pueblo. Nuestra fama de racistas es proverbial. Nuestro trato a los mapuches, a los extranjeros, a las minorías, ha sido más duro y más dañoso que el chiste de mal gusto contado por un títere. Murdock hizo mucho menos daño del que hemos hecho como sociedad de forma más soterrada, pero más efectiva.

    • Leon belinko

      ¿Por que sera que la gente es tan obtusa?, a pesar de vivir en Israel, no voy a defender lo que sucede en este momento, entre Palestina e Israel, pero no puedo dejar de pasar por alto, este comentario tan fuera de lugar.
      Le pidiria a ud. Sr. Sergio, a quien tengo la alegria de no conocer, que me dijese coln que bases hace la comparacion que hace, pues al hacer la comparacion que hace, demuestra una falta de conocimientos totales, de lo que fue el Holocausto, y de lo que realmente sucede en este pequeño pedazo de terreno, y si dije pequeño por que asi es, un total de 22 mil Km. cuadrados que incluyen, tambien Cisjordania, La Franja de Gaza y los Altos del Golan.
      Ya lo dije en un principio, no voy a defender o no defender, lo que hace Israel, pero le diria, Sr. Sergio, que lea un poco de historia y podra ver, que la situacion en que Israel, recibio lo que ud. llama territorios ocupados, no tiene ninguna clase de comparacion, en lo que devolvio, cuando decidio salir de la Franja de Gaza, Universidad, escuelas, hospitales, carreteras, calles, centros comerciales, industrias y podria seguir con la lista sin fin, cosas que en 1967, los llamados palestinos, no se animaban ni a soñar, a cambio, recibimos, hombres y mujeres suicidas, misiles y ataques de mil formas distintas.
      Ya lo dije, Israel es un pais como cualquier otro, tiene sus cosas buenas y malas, como cualquier, cometio errores, lo sigue cometiendo y los cometera en el futuro, con las minorias que viven aca, pero al lado de eso, se han hecho cosas increibles, de cuales nadie habla, por la sencilla, razon que si hablan de ellas, el diablo no es tan diablo, y la gente puede cambiar su forma de pensar.
      Mi nombre es Leon Belinko, nacido en Argentina, ciudadano israeli desde hace 48 años, de profesion guia de turismo, y he tenido el agrado de dirigir grupos chilenos, tanto de peregrinos, como de politicos chilenos, por lo cual puedo decir que gracias a Dios, los que yo conozco, no son como ud. y saben muy bien cuales son las diferencias, y le hablo de gente, que llego aca como antiisraeli, fijese que puse antiisraeli y no antisemita, como muestra ud. la hilacha, y salio de aca, con otras ideas, no totalmente distintas, pero si reconociendo, que no son las cosas exactamente como se las imaginaba, a traves de las noticias que vio o leyo o le contaron, en Chile.
      Desde ya me pongo a sus ordenes, para poder ayudarlo, a ampliar sus conocimientos.

  • Daniel Alberto Bolzman Melnick

    Primero se llevaron a los judíos, pero como yo no era judío, no me importó.
    Después se llevaron a los comunistas, pero como yo no era comunista, tampoco me importó.
    Luego se llevaron a los obreros, pero como yo no era obrero tampoco me importó.

    Más tarde se llevaron a los intelectuales, pero como yo no era intelectual, tampoco me importó.
    Después siguieron con los curas, pero como yo no era cura, tampoco me importó.
    Ahora vienen a por mí, pero ya es demasiado tarde.

  • Jorge Cisternas Z.

    “lo que necesita nuestro Chile para recuperar su alma medio perdida por causa de la televisión”. Con ésta frase, Edo. Carrasco cierra su artículo. Creo que ése es el problema de fondo.

    El humorista Elías Escobedo -el titiritero detrás del personaje Murdock- y Ariel Galindo, guionista del programa de Chilevisión Hazme reír, conducido por Antonio Vodanovic, son funcionarios de CHILEVISION. Al igual que las otras Empresas Comerciales titulares de concesión de señales de emisión televisiva, el objetivo central de su programación, es la maximización de rating, ya que eso es lo que determina el monto de ingresos por ventas de avisaje publicitario, por ende las utilidades de la Empresa concesionaria.

    Para ello, las concesionarias de TV, definen una parrilla programática, en la cual uno de los ingredientes, son los contenidos programáticos trasgresores, los que emiten contenidos que exploten lo que podríamos llamar ese lado B de bajos instintos, que unos u otros tienen en mayor o menor medida.
    Es decir, a Escobedo, Galindo y Vodanovic, al igual que los actores, guionistas y directores de los realitis, las telenovelas, los paneles de farándula y otros, se les contrata para que jueguen con fuego, en éste Gran Circo que es la TV abierta de nuestro País. En ésta ocasión se quemaron, y el canal, en un gesto de “lavado de manos”, han despedido a dos de ellos.

    Con tanto circo TV; nuestro Chile, nuestro Chile ha llegado
    a tener “su alma medio perdida”.

    ¿Cuánta culpa tiene el Chancho?; ¿Cuánta culpa tiene quien le
    da el afrecho?; ¿Quién le da el afrecho a las Concesionarias de señales de un espacio radioelectrico que es un bien común de todos los Chileno?

  • Ivette Grunwald B

    Asi es.

  • Yasmin Castro

    Y mire con lo que se vino a dar cuenta de la indiferencia nacional, con un “chiste” tan viejo y repetido. Podria ser que es indiferencia que se digan cosas igualmente despiadadas de otras minorias y nadie ponga el grito en el cielo, o cuando las personas todavia intenten comprar bienes a precios “increiblemente baratos” en la calle, eligiendo ignorar que seguro son robados, o cuando hoy luchan los ciudadanos de clase media para que la infertilidad se les reconozca como “enfermedad bonificable”, para tratamientos carisimos, en vez de rescatar niños abandonados adoptandolos. El pais y la vida esta lleno de miseria a la que nos acostumbramos a ser indiferentes, que son mas urgentes de solventar que el malestar que le pudiera provocar a una glamorosa minoría que busca dejar cesante a un humorista emergente porque no les tiene suficiente reverencia a ellos.