En esta Copa América, que felizmente se quedó en casa, el país se jugó muchas cosas y en todas ellas el balance es positivo, considerando organización y hechos conexos que representan un estímulo para seguir en esta senda.
El camino para llegar, en tiempo y forma, con los nueve estadios en los plazos establecidos, contó con el trabajo y aporte mancomunado del ministerio del Deporte, los Gobiernos Regionales y en algunos casos, de los municipios, como Viña Del Mar y Concepción.Sumemos que la Comisión de Deportes de la Cámara de Diputados fiscalizó y supervisó los trabajos que se realizaron para la Copa América, verificando el cumplimiento de plazos establecidos y la utilización de los recursos desplegados.
Este esfuerzo nacional merece un reconocimiento a la organización de éste evento de talla mundial. El cumplimiento, en general, de las expectativas que se generaron en torno a la Copa América hoy nos hacen incluso soñar con organizar otros importantes eventos deportivos, como los Juegos Panamericanos y Parapanamericanos 2023.
Además, los números indican que Chile no sólo ganó en la cancha. Según las cifras entregadas por la División de Estudios de la Subsecretaría de Turismo, entre el 1 de junio y el 4 de julio ingresaron a Chile 328 mil 445 turistas extranjeros, lo que representa un 47% de aumento respecto al mismo periodo de 2014. Del total, se estima que 88 mil 500 llegadas fueron motivadas por la Copa América, lo que se tradujo en un gasto en el país que alcanzó los US$70 millones.
Pero la fiesta de América ya culminó, y nuestro país quedó con un importante legado y varios desafíos, que valen la pena destacar, para proyectar el triunfo en el futuro.
Primero, el ejemplo que nuestros futbolistas les entregaron a nuestros niños y jóvenes.Resiliencia, esfuerzo, coraje y garra, desbordaron en cada uno de los encuentros que disputó Chile. Jóvenes que le ganaron a la vida, en una mezcla de talento y superación, se convierten en los nuevos referentes para miles de niños en nuestro país, por lo que, disciplina, responsabilidad y humildad deberán ser reforzados ya que son claves para obtener el éxito.
Segundo, más de 110 mil millones de pesos se invirtieron en la modernización, remodelación y construcción de nuevos estadios, lo que significa que Chile contará con una red de estadios de primer nivel. El desafío que se nos plantea es abrir dichos estadios a la comunidad para que se puedan desarrollar planes y programas que fomenten la práctica deportiva de los vecinos y vecinas de las comunidades. Hay que aprovechar y canalizar las inquietudes deportivas que éste torneo despertó en nuestros niños, niñas y adolescentes.
Tercero, la Copa motivó la modernización de la antigua ley de violencia en los estadios, hoy Ley de Derechos y Deberes en los Espectáculos del Fútbol Profesional, en la que los diputados que integramos la Comisión de Deportes tuvimos una importante participación para establecer un nuevo ámbito de aplicación, ampliándose a los hechos conexos; un régimen efectivo de sanciones, que prohíbe el ingreso a los estadios a quienes se aparten de la comunidad futbolística; y nuevas obligaciones para los organizadores de los eventos deportivos, como guardias de seguridad o accesos preferentes. El pronto inicio del torneo nacional comprobará la efectividad y consolidación de las medidas que adopta esta ley para alejar la violencia de las galerías y las celebraciones.
A Chile se le abrió el apetito de triunfos y eso no es casualidad. En octubre de este año se iniciará un nuevo torneo futbolístico, menos mediático, pero tan o más importante. El Mundial Masculino Sub 17 se presenta como una nueva oportunidad para volver a dar una lección tanto dentro como fuera de la cancha.
Y como el deporte no es sólo fútbol, no podemos dejar ausente la participación del Team Chile en los Juegos Panamericanos y Parapanamericanos de Toronto, en los que una delegación de atletas chilenos de diversas disciplinas defiende nuestros colores con garra y mucho esfuerzo. Ya tenemos la Copa, ahora vamos por las medallas.
En definitiva, poco a poco, el deporte se convierte en un tema importante en nuestro país. El gran legado y desafío que se presenta para Chile, es convertirse en una sociedad verdaderamente deportiva, en la que niños, jóvenes, adultos y adultos mayores puedan desarrollar actividades deportivas sin importar condiciones geográficas, económicas, culturales o sociales.