Y se salvó el DT Darío Franco. Los azules consiguen por cuarta vez la Copa Chile. La última vez la habían logrado el 2000. En emocionante y buen partido, ganaron con un gol en el último minuto a Universidad Católica por 2-1. La expulsión en el primer tiempo del defensa cruzado Gonzalo Sepúlveda desequilibró el encuentro.
Además de la disputa de la Copa Chile, el partido entre los azules y los cruzados tenía especial importancia para los jugadores de ambos equipos, los técnicos Lasarte y Franco y los dirigentes.
Para estos últimos el triunfo les permitía acceder a la Copa Sudamericana y a una ganancia en dólares cercana, por lo menos a los 400.000 mil.A los jugadores, aparte del honor, llegar a la vitrina internacional otra vez y repartirse 50 a 70 millones de pesos entre ellos. Para los entrenadores la opción de prolongar sus contratos, lo que se les había exigido en caso de no conseguir uno de los títulos del año.
El encuentro programado para jugarlo en Temuco enloqueció a la afición de esa ciudad, que repletó los 17.000 asientos, ya antes del mediodía de ayer y que en su mayor parte se inclinaron por aplaudir al conjunto azul.
Los técnicos jugaban un rol fundamental. Y tenían que haber estudiado con anticipo todas las eventualidades. Desgraciadamente lo hicieron en parte, porque fallaron en cosas importantes.
Una final y entre clásicos rivales, se juega “ a muerte”, exigiéndose al máximo todo el partido, marcando y defendiendo desde el inicio hasta el último segundo, arriesgando en las áreas con cabezazos y disparos, e intentando en los momentos difíciles aquietar el juego, cometiendo los menos errores posibles. Poco de eso se vio durante el partido normal y cuando se jugó de la manera que debía hacerlo, fue por circunstancias contingentes e inesperadas.
La “U” pareció al comienzo que iba a presionar a la defensa católica, pero solo fueron destellos.Los cruzados tenían que imponerse con su buen ataque a una floja defensa de la “U” y en ese papel lo hicieron bien, no obstante que a los 3 minutos un despeje corto de la defensa católica lo tomó Lorenzetti quien desde el comienzo mostró calidad y las ganas necesarias para este encuentro y con un pase profundo al área de la UC,dejó con ventaja a Isaac Díaz, el que con una habilidad superior a la que muestra normalmente anotó el primer gol al lado contrario por donde salió Toselli a impedirlo.
Increible.La ventaja de los azules entusiasmó más a sus rivales que a ellos.Bajo la dirección de Meneses quien jugó un gran partido, bien secundado por Villanueva y Sosa pusieron en aprietos a la defensa azul. Rojas, Acevedo y Lichnovsky eran superados repetidamente y a los 13 minutos Sosa combina muy bien con Bueno y habilita al costado izquierdo a Villanueva, quien hace un medido centro al área chica de la “U”, sin ser obstaculizado por Lichnovsky ni por Herrera, permitiendo a Sosa en la boca del arco lograr la igualdad.
La UC Se animó más después del gol. Hans Martínez detenía sin problemas a Díaz, mientras Andía hacía lo propio con Cortés y Mena, en tanto que Parot detenía al hábil Duma. El encuentro estaba equilibrado y la UC era más peligrosa en ataque y parecía que estaba más cerca de anotar el segundo gol, cuando surge un imponderable.
A los 27 minutos, Lorenzetti que movía los hilos ofensivos de la “U” fue derribado con un puntapié que le propinó el mediocampista Gonzalo Sepúlveda, superado constantemente por su rival. Al cabecear un balón el azul, Sepúlveda le dio un puntapié en pleno mentón el que afortunadamente no tuvo consecuencias inmediatas, pero lo hizo decaer en su ritmo y no arriesgó más. Sepúlveda fue expulsado de inmediato y Católica quedó con 10 jugadores. El juez Gamboa estuvo muy bien y siempre cerca de la jugada.
Jugar con 10 jugadores es mucha ventaja para el rival y Lasarte recordó de inmediato lo que le había ocurrido en los octavos de final de la Copa Libertadores frente a Independiente en circunstancias similares en Buenos Aires. Hizo ingresar a Costa por Bueno y retrocedió al equipo a la defensa. Pudo detener así los repetidos ataques azules y terminar igualado el primer tiempo.
La “U” hizo ingresar a Civelli por Lichnovsky, daba ventajas por su sector el argentino pasó al ataque por la punta izquierda y con sus malos centros y pésimos pases no constituyó ningún aporte.
La “U” atacaba sin claridad solo con centros y uno que otro disparo de distancia. Dominaba, tenía el balón más tiempo en su poder, pero no lograba el gol. Por lo menos, Franco hizo cambios. Uno obligado, la salida de Lorenzetti, disminuido por el golpe en el mentón y por un codazo casual que le dio un compañero en el área e ingresó en su reemplazo Marino.
También incorporó a Velásquez por Sebastián Martínez quien tenía amarilla. Velásquez fue poco aporte, ya que no jugaba en el equipo hace un par de meses. Los centros y córneres a favor de la “U” se repetían. Lasarte optó por reforzar más su defensa e incorporó a Álvarez por Villanueva y después a Castillo por Sosa, éste muy agotado. La UC despejaba a cualquier parte o entregaba el balón a Meneses quien era el único que podía soportarlo.
Una de las cosas que correspondía hacer al elenco de Aránguiz, estando en mayoría de jugadores era presionar a la defensa de la UC y aprovechar alguno de sus desaciertos. La “U” seguía con los centros y córneres. A los 72 le anularon un gol a Mena tras un pase de Duma por estar adelantado.
Toselli se interpuso a buenos disparos del mismo Duma quien levantaba su juego y animaba al equipo azul. Alos 89 un tiro libre de distancia de Aránguiz dio en el vertical estando vencido Toselli.
Pero a los 90 minutos y ya con pocas esperanzas vino lo mejor del ataque de la “U”. Un pase de Velásquez a Aránguiz, quien siguió en busca de la pelota. Aránguiz se la devuelve y éste hace un centro rasante que conecta Duma tirándose al suelo anticipándose a Toselli y a Martínez, ante el regocijo de la hinchada.
La UC no tuvo tiempo ni fuerzas para algo más y la “U” se quedó con el triunfo y la Copa, para satisfacción del equipo, de los dirigentes y en especial del DT Darío Franco, a quien se le había dado la extremaunción, le llegó el milagro divino. Ya con la Copa Chile y el paso a la Sudamericana se asegura quedarse hasta fines de año aunque no gane el título del torneo de Transición. Pero es un hombre de suerte y le quedan tres fechas en que puede alcanzar a los punteros.
La Católica tiene la opción de mantener la punta exigiéndose como lo hizo anoche en los partidos que le restan y lograr el título del torneo y el paso a la Copas Libertadores y Sudamericana, un botín más importante que el de anoche y que recompensaría a sus jugadores, dirigentes, hinchas y entrenador.