Chile entró a defenderse y atacar con sólo un delantero y el resultado no podía ser otro. Perdió 1-3 ante Ecuador y la derrota pudo ser más amplia. Oscuro panorama para el encuentro con Argentina y clasificar al Mundial.
Borghi estuvo toda la semana con su cuerpo técnico, preparando el partido con Ecuador. Según las informaciones de Quito lo hizo con una “meticulosidad impresionante, analizando los aspectos tácticos, físicos y motivacionales. Al final optó por jugar con tres defensas (González, Contreras, y Jara), cuatro mediocampistas (Isla, Seymour, Díaz y Beausejour), dos volantes ofensivos (Fernández y Vidal) y un solo delantero (“Batman” Sánchez).
Las instrucciones al parecer eran retener el balón, jugarlo corto y esperar un espacio libre de Sánchez para habilitarlo y confiar en su destreza y pericia.
Su estrategia le sirvió doce minutos, hasta que Ecuador se dio cuenta que tenía toda la cancha, o la mayor parte de ella libre para avanzar y los centros o corners eran un sufrimiento para la defensa chilena, superada casi siempre. Empezaron a sucederse cabezazos al palo del arco de Pinto, despejes de la defensa a cualquier parte, principalmente a los pies ecuatorianos. El gol de los dueños de casa se veía venir.
Pero, en la única ocasión que los chilenos llegaron a la defensa de Ecuador, vino el gol de Chile. Un centro bajo al área del arquero Domínguez, fue desviado directamente al arco de su equipo por el defensa Paredes. Un espectacular autogol. Chile se puso en ventaja impensadamente y sin méritos a los 25 minutos del primer tiempo. Nada más hizo en ataque en el primer tiempo y en todo el partido .
Los ecuatorianos se habían dado cuenta hacía rato que la fórmula ofensiva era habilitar a Sánchez y además de tener éste siempre un defensa encima (Achillier o Castillo) había otro que lo anticipaba.
Pero lo peor de Chile, como ante Colombia y tal como había sucedido en Nueva York en agosto, fue la defensa. Decididamente, Borghi y sus ayudantes no saben en qué consiste una buena defensa. Desde luego, no se trata de poner a todo el equipo en esa posición y dejar todos los demás espacios libres, porque siempre la pelota será del rival y avanzará repetidamente.
Y eso sucedió después del autogol, Matías Fernández pierde el balón en mitad de cancha ante Caicedo, quien avanza sin ser obstaculizado y supera la salida de Pinto para igualar a los 32 minutos.
Ecuador no cejó de efectuar centros, por la izquierda o la derecha. La posición de los defensas chilenos era zonal, sin nadie que saliera a jugar con el balón, que es lo que corresponde en ese sistema. Buenas intervenciones de Pinto, quien pese a no ser hábil y ágil en las salidas, pero con ayuda de los zagueros se defendía, hasta que a los 5 minutos del segundo tiempo, una entrada al área de Ibarra, sin ser molestado fue víctima de una claro penal de Contreras, a quien por segunda amarilla, le costó la expulsión. Pinto atajó el disparo de Caicedo, pero dejó el balón a sus pies, para insistir y anotar la segunda conquista de Ecuador.
Para justificar que es un técnico que le gusta el ataque, Borghi y sus ayudantes, hicieron ingresar a Junior Fernandes, después a Eduardo Vargas y finalmente a Mark González. De nada o muy poco sirvió tener cinco delanteros, ya que la defensa, con uno menos, no lograba habilitarlos. Las esperanzas del empate se terminaron cuando a los 85 minutos Vidal fue expulsado al dar un codazo violento. El mejor volante ofensivo del fútbol italiano, al igual que Sánchez jadeaba ahogado por la altura .Chile quedó con nueve.
Ecuador jugó a placer el segundo tiempo, insistiendo en los centros y perdiendo propicias ocasiones. La defensa zonal chilena los dejaba llegar hasta Pinto. En los últimos segundos del partido, un tiro de esquina, significó el tercer gol ecuatoriano, al ganar de cabeza Castillo, la débil oposición de González.
Al parecer, Borghi y sus ayudantes no han hecho un curso de capacitación y aprendizaje de defensas, ni han visto ni les ha servido ver el fútbol italiano, a Real Madrid o Barcelona, ni han sabido cómo juegan Serbia y Suiza, para aprender esa parte básica de un DT. Una desgracia para la selección y las esperanzas de clasificar.
Cuando se encuentre con otro equipo ignorante de sistemas defensivos, como Bolivia, puede ganar o cuando sus atacantes anden con puntería pueden defender una ventaja, como ante Perú, Paraguay o Venezuela.
Queda un partido, con Argentina, para terminar la primera ronda. Si otra vez, renuncia a atacar y su defensa es tan pasiva como anoche, lo más probable será una lamentable nueva caída.