Cuando muy pocos creían, la “U “se recuperó de la desgastante exigencia ante Boca Juniors y goleó 4-0 a Colo Colo, pasando a la final del torneo Apertura, que disputarán el próximo jueves y lunes, buscando lograr inédito tricampeonato.
Después de la derrota ante Boca Juniors, muy pocos pensaron que la “U”, podía lograr la hazaña de revertir el 0-2 del estadio Monumental, ante Colo Colo. Los azules se entregaron por enteros ante los argentinos y el encuentro merecían haberlo ganado, pero el gol no le salió, por fallas propias y virtudes del rival.
Por eso, resultaba difícil, que en tres días hubiera una reacción física y anímica y más aún anotar tres goles o al menos dos, que eran los necesarios, para definir a penales, pensando que en los últimos tres encuentros no había anotado ninguno.
Y tenía bajas en el plantel, por lesiones de Osvaldo González y de Lorenzetti. Pero su fiel hinchada, que en número cercano a los 35 mil espectadores asistió al Estadio Nacional, confiaba en el equipo, que le había dado demostraciones de alcanzar milagros en el campeonato nacional y en la Copa Sudamericana, revirtiendo marcadores casi definitivos.
Y el conjunto se concentró en responderle. A los 2 minutos pasó un gran susto, cuando Bryan Rabello, el juvenil mediocampista albo, de promisorias condiciones, envió un disparo, que dio en la parte baja de un vertical, salvándose Herrera.
A partir de ese momento, volvió a ser la “U” de los mejores partidos, presionando a la zaga alba e incluso al arquero, anticipando, ganando en velocidad a los atacantes y yendo a la ofensiva con pases de primera al pié, buscando profundidad. Con Aránguiz nuevamente y Matías Rodríguez sumándose a los delanteros.
Colo Colo cedía tiros de esquina y se defendía con dificultad, y lamentaba la ausencia de Paredes pero un disparo de Díaz abrió el camino a los 8 minutos. Un mal despeje de Vilches fue recogido por Henríquez, quien con fuerte tiro bajo al lado derecho batió al excelente Renny Vega.
La “U” siguió su ritmo y la segunda conquista se avizoraba, pese a las pérdidas de balón de Cereceda, Rui Díaz y de Junior Fernandes, quien parecía decidido a llegar solo con el balón hasta el mismo arco. Un córner ejecutado por Díaz provocó una mala salida de Vega, quien quedó tapado por 3 jugadores y un cabezazo de Junior, lo rehabilitó y logró el gol de la tranquilidad.
Un gol de Colo Colo cambiaba totalmente el panorama, en tanto que uno de los azules, lo aseguraba. Herrera dio confianza al sacar al córner un disparo en el área de Muñoz a los 39 minutos
El segundo tiempo comenzó con la “U”, exageradamente tranquila, más aún con el ingreso de Marino por Rui Díaz. Y los albos advirtieron cual era su opción. Pases en profundidad a Rabello, Olivi, Muñoz o Gutiérrez y centros esperando un error en la zaga.
La “U” sufrió los primeros quince minutos del lapso final, transformando a José Rojas, Mena y Magalhaes en figuras, pese a que los albos para presionar dejaban espacios en defensa, donde fallaban reiteradamente, Junior y Henríquez.
A los 82 minutos vino la explosión del estadio, dos minutos después que Olivi fue expulsado por una patada al peroné a Díaz, cuando éste despejaba de cabeza.Instantes después, el mismo Díaz inició un contraataque, enviando el balón largo a la izquierda a Junior Fernandes, quien al entrar al área, envió un disparo al segundo palo de Vega. Fue el gol que otorgaba seguridad y Sampaoli reemplazó a José Rojas por Sebastián Martínez y a Henríquez por Felipe Gallegos.
Colo Colo sintió el impacto y a los 82 minutos Fierro golpeó fuerte a Gallegos, sancionado con una segunda amarilla y expulsión. El tiro libre de Marcelo Díaz fue enviado por bajo a Junior, quien levantó el balón y con un giro fulminante derrotó por cuarta vez a Vega.
Una victoria merecida de los azules, que ahora tienen la opción de desquitarse de uno de los pocos equipos que le ganó en el torneo, O’Higgins de Rancagua. Los de la ciudad minera acceden por primera vez a un final, en tanto que los universitarios en caso de tener mejores resultados en los dos partidos que deben disputar, uno el jueves en Rancagua y el segundo el lunes en el Estadio Nacional lograrían el título por tercera vez seguido, lo que no pudieron hacerlo en 1966, 1996 y 2001.
Azules y celestes fueron los dos mejores equipos del año, brindando siempre un juego agradable, veloz, con énfasis en el ataque, mostrando novedades en su juego, que hacía falta al fútbol chileno.