A diferencia del Rey Juan Carlos que sufrió muchas críticas desde todas partes del mundo por su cacería de elefantes en África, el rey del tenis español Rafael Nadal sólo ha recibido elogios con su última conquista en Roland Garros, en París, la competencia más importante del mundo sobre arcilla.
El zurdo jugador nacido en la localidad de Manacor, en Mallorca, el 3 de junio de 1986, a lo largo de dos semanas en las canchas de Roland Garros fue la gran figura a través de los 7 partidos que disputó en los que fue ampliamente superior, perdiendo un sólo set en toda la competencia, pese a jugar con dos top ten, batiendo además el record histórico de este campeonato.
Este lunes 11, excepcionalmente debido a la lluvia primaveral parisina, en la cancha principal de Roland Garros llamada Philippe Chatrier, Nadal cerró su última jornada venciendo al número 1 del ranking mundial el serbio Novak Djokovic 6-4 6-3 2-6 y 7-5.
Con esta victoria Nadal se convierte en el primer jugador a lo largo de 83 años de esta competencia de carácter internacional, que se inició en 1891 sólo con jugadores franceses, que conquista 7 veces la victoria.Levantó en sus manos e inscribió su nombre en la cotizada Copa de Los Mosqueteros, mientras los asistentes y el mundo escuchaban en el aire el himno de España.
A propósito de mosqueteros, en la historia de la competencia francesa, desde que se convirtió en internacional en 1925, dos de los legendarios mosqueteros franceses René Lacoste y Henri Cochet(los tenistas que dieron los primeros triunfos históricos a Francia) ganaron 3 y 4 veces el trofeo, respectivamente.
En los últimos veinte años el sueco Mats Wilander y el brasileño Gustavo Kuerten vencieron en 3 oportunidades en Roland Garros. Pero quien poseía hasta hora el dominio histórico era el sueco Bjorn Borg que triunfó 6 veces entre 1974 y 1981.
Ahora Nadal completó 7 triunfos, en los 8 últimos años, sólo con la interrupción en 2010 donde fue subcampeón.
El triunfo de Nadal sobre la arcilla francesa a los chilenos nos toca cerca. La arcilla o tierra batida, es la superficie mas popular en las canchas de tenis de nuestro país y en Sudamérica, en la que se han forjado nuestras figuras más importantes, varias de las cuales destacaron en París como el legendario Luis Ayala, dos veces finalista en 1958 y 1960, Jaime Fillol y Patricio Cornejo,finalistas en dobles en 1972 al igual que Hans Gildemeister con Belus Prajoux en 1982 y entre los últimos astros, Marcelo Ríos, cuarto finalista en 1998 y Fernando González ganador del junior ese mismo año y también cuarto finalista en 2003 y semifinalista en 2009.
Nadal con esta actuación viene a ratificar la continuidad de su gran momento tenístico, el gran trabajo de su equipo y su adaptación a la superficie en la que comenzó su trayectoria tenística y la que le ha dado sus más grandes logros.
Estas dos semanas ni Simone Bollelli, ni Denis Istimin, ni Eduardo Schwank, ni Juan Mónaco ni Nicolás Almagro, como tampoco Davis Ferrer lograron arrebatarle un solo set. Y sólo en la final Djokovic, tras perder los dos primeros sets y estar 0-2 en el tercero, y casi derrotado, en un notable esfuerzo logró dar vuelta la historia y ganarle los 6 juegos seguidos para arrebatarle un único set, pero ese fue su máximo esfuerzo.
No obstanteRafael Nadal, que fuera número uno del mundo durante dos periodos, la primera vez entre agosto de 2008 y junio de 2009 y luego de junio de 2010 a junio de 2011,además de dominar a la plenitud la arcilla, ha sabido adaptarse a todas las otras superficies utilizadas.
Recordemos que el zurdo mallorquín llevó al tenis español a ganar en 2 oportunidades en la aristocrática Catedral de Wimbledon sobre la superficie más complicada que es el césped inglés y también triunfó en los otros 2 campeonatos que conforman el Gran Slam, el colosal cemento del Abierto de Estados Unidos en Nueva York y el ardiente cemento del Abierto de Australia en Melbourne.
Si bien para otros no tiene méritos suficientes para ser el mejor, por sobre su talento, el rey Nadal pone el trabajo, el espíritu de lucha, la potencia, el sudor y el esfuerzo, con los que ha sabido alcanzar el reconocimiento del mundo del tenis que lo aclama traspasando fronteras como el rey de la arcilla.