Que bien le viene al fútbol chileno la buena producción, en este caso específico la de un equipo de primera división como es la Universidad de Chile. Cuando se habla tanto a nivel sudamericano del momento que vive la U, esto sin duda que repercute de buena forma en el entorno y desarrollo de nuestra actividad deportiva.
Universidad de Chile, en el curso de esta semana reeditó gran parte de los méritos vividos a través de esta última temporada. Consiguiendo un muy buen resultado en Río de Janeiro frente al Vasco da Gama -un equipo de tradición y tremendo respeto- el cual defendió su proyección en un terreno como el Estadio Sao Januario, que es la cancha tal vez con las dimensiones máximas en el fútbol sudamericano.
Pese a todas estas situaciones, Universidad de Chile sacó adelante el encuentro, aunque con esfuerzo y sin la brillantez de otros partidos, y consiguió un nuevo resultado positivo como el empate 1-1.
Pero lo más importante es que esto avala una campaña pletórica de buenos éxitos, 29 partidos sin conocer la derrota, no solo en la competencia local sino que también en la trayectoria internacional. Esto reafirma que el nivel alcanzado sobrepasa el terreno nacional y lo puede ubicar frente a calificados rivales como han sido uruguayos, argentinos y brasileños.
Un momento muy especial del fútbol y de una entrega sin límites de este equipo que dirige con tanto acierto Jorge Sampaoli, está demostrando que hay una disposición, una aplicación y una tremenda responsabilidad avalada por las condiciones futbolísticas de la mayoría de sus jóvenes integrantes. Se pueden esperar, entonces, buenas actuaciones y mejores resultados.