El único Felipe que me cae bien es el amigo de Mafalda, pero considerando que a partir del próximo jueves todos los espacios informativos serán ocupados por la coronación de Felipe VI (Felipe “uve” “i” para joyas del periodismo televisivo público español) vale la pena saber algo de los otros cinco Felipes.
Al rey Felipe I lo llamaban “el hermoso” y padeció la tiranía de una enferma de celos y obsesa sexual llamada Juana La Loca, su dignísima cónyuge.Al parecer murió envenenado por su suegro.
A Felipe II lo llamaban “el prudente”, un eufemismo para dar otro nombre a una locura que casi termina en una supuesta conquista de China. Murió tras agonizar 58 días víctima de todas las enfermedades que se conocían en la época.
A Felipe III lo llamaban ” el piadoso” y a su reinado se deben muchas de las nefastas formas de ser que caracterizan a la España moderna. A este rey se debe la figura del “válido”, una especie de tesorero del Partido Popular que actuaba en nombre del rey para beneficio personal y del rey cuando algo quedaba en la caja.
El “Válido” más conocido fue el duque de Lerma. Felipe III es responsable del más brutal empobrecimiento cultural de España con la expulsión de los moriscos y judíos y, al mismo tiempo, fue el fundador de la especulación inmobiliaria todavía vigente en España. En 1601 decidió trasladar la corte de Madrid a Valladolid, los precios de las propiedades se hundieron en Madrid y, qué extraño, los cercanos a la corte compraron a precio de huevo, confiados en que la corte volvería a Madrid, como ocurrió en 1606.
Por entonces y en sólo cinco años, el valor de las propiedades en Madrid se había multiplicado por mil. Para saber más de esto no dejen de leer “El Reino de los Hombres Sin Amor” la extraordinaria novela de Alfonso Mateo Sagasta, de reciente publicación.
Felipe III murió atacado por “extrañas fiebres”, asunto que hasta ahora huele muy mal, tiene un tufillo a mafia que te cagas. Lo mejor del Siglo de Oro pasó por frente a sus regias narices y no se enteró.
A Felipe IV lo llamaban “el milagroso”, aunque sus milagros, por más que se esfuercen los historiadores monárquicos, no convencen. Como mérito se puede decir que fue mecenas de Velázquez y que a él se le debe la firma de la Paz de Westfalia, que significó la pérdida definitiva de la influencia española en Europa.
Pero lo más meritorio fue su intento de normar – no de terminar con la corrupción de la corte. Apresó a los duques de Uceda, Osuna y Lerma y requisó sus bienes.Murió tras una agonía marcada -según los historiadores monárquicos vengativos- tras “una larga agonía en la que soltaba heces sanguinolentas”. Fue el último “rey Felipe” de la casa de Austria.
A Felipe V lo llamaban ” el animoso” y es el primer Borbón que se sienta en el trono español. Fue un rey curioso por sus cagadas.Por ejemplo, fue el primer monarca o político que hizo saltar por los aires la sacrosanta “unidad de España” cuando, con la caja de Castilla vacía, le dio por cobrar impuestos excesivos a los otros reinos, logrando que aragoneses, valencianos, catalanes y andaluces clamaran por el regreso de un monarca de la casa de Austria.
Además fue el primer Borbón que abdicó en beneficio de su hijo Luis, de diecisiete años y que reinó brevemente, sólo ocho meses. Abdicó luego de hacer un cálculo que consistía en la siguiente ecuación; “como mi hijo Luis está casado con la francesa Luisa Isabel de Orleans, a la muerte del suegro de mi hijo y consuegro mío, el rey Luis XIV, puedo reclamar para esta regia cabezota mía las coronas de España y Francia”.
Pero ya se sabe como son los franceses, y un notario gabacho le recordó el tratado de Utrecht, que prohibía a una misma cabeza el uso de las dos coronas.
Y ahora nos toca Felipe VI. ¿Cómo se le llamará? ¿”El Breve”? En todo caso repito que el único Felipe que me simpatiza es el amigo inigualable de Mafalda.