Hace 25 años este país tuvo que comenzar de cero en lo que respecta a un política pública cultural. Así fue como se instaló un pequeño espacio en el Estado que reconociera a la cultura como una preocupación. Ese espacio que ha crecido sustancialmente, y ha “atendido” a creadores y artistas, hoy debe “atender“ a ciudadanas y ciudadanos, porque la cultura no es solamente el derecho a crear, sino a convivir con ella, en forma cotidiana y sobre todo vinculante.
Hoy, los desafíos son mayores, diversos y profundos porque el país debe elevar su nivel cultural.Sus logros dependerán en gran parte del trabajo que hagamos los ciudadanos y ciudadanas.Los desafíos de la cultura son desafíos de todos quienes componemos -y creamos- el tejido cultural de Chile.
La Ministra nos expuso, a través de los medios de comunicación, los principales ejes sobre la política cultural que tendrá que dirigir durante los próximos cuatro años, a modo de resumen.
• La cultura como un derecho ciudadano y ejerciendo un rol relevante en el debate de la educación.
• Una nueva institucionalidad cultural, con competencia sobre el Consejo Nacional de Televisión y un canal cultural de TV abierta.
• Mayor y mejor inversión pública para los museos, mayor apoyo a las salas de teatro y fortalecimiento en contenidos de los centros culturales.
• Cuota para la música nacional en radios y fomento a la producción nacional editorial.
Es decir, mucho por hacer. En este escenario, el componente ciudadano, a mi juicio, es y será el factor determinante en la nueva política cultural, trazada en un amplio ejercicio de participación elaborado al interior del comando de Michele Bachelet durante la pasada campaña electoral.
Ahora, es tarea de la Ministra liderar este desafío, al cual me siento convocada como ciudadana primero, pero también como creadora, representante sectorial y gestora cultural.
Para poder instalar a la cultura como un “derecho ciudadano” debemos primero fortalecer los espacios sociales que se destruyeron con la dictadura.Los espacios sociales, que nos constituyen como sociedad y nos permiten desarrollar una identidad cultural como comunidad.
Este esfuerzo, debemos hacerlo en conjunto, el Estado y la Sociedad. El Estado debe garantizar la existencia de estos espacios, tales como la sindicalización o la organización ciudadana. La Sociedad debe asumir estos espacios como herramientas de cohesión social, y ocuparlos. Es decir, si la política comprende que la cultura es un espacio social, la sociedad debe hacerse responsable de ese espacio social.
Es así que Estado y Sociedad tendrán que asociarse, para dar un paso cuantitativo hacia el desarrollo.
El Estado tendrá que diseñar mejores espacios de participación, en todos los estamentos de la cultura, tales como el rol que ejercen los consejeros sectoriales, los objetivos y alcances de las convenciones anuales de cultura y, por supuesto, la nueva institucionalidad.
Quienes trabajamos por y para la cultura de este país, en diferentes ámbitos, nos vemos convocados a ser responsables de este pacto, convocados a conseguir que se cumplan estos desafíos, convocados a darles curso pues sabemos, producto del diálogo, que son sustantivos para el desarrollo social de Chile, pero también, nos sentimos convocados a exigir que se realicen de acuerdo a lo planteado tanto por la Presidenta, como por la nueva Ministra, con participación ciudadana.
Todos los desafíos nombrados por la Ministra son relevantes, pero este es el fundamental. El encargo por tanto es a trabajar, cada uno en su lugar.