11 abr 2013

Huellas y Diálogos

2000 camisas desplegadas en el hall central del MNBA y otro millar de chaquetas colgadas en el Museo de la Memoria. “Sólo lo que no deja de herir permanece en la memoria”.

Quien visite por estos días el Museo de Bellas Artes o el Museo de la Memoria, se encontrará con una verdadera catarata de camisas o chaquetas que suben o bajan  por las alas sur y norte del MNBA y el MDLM en sus naves exteriores. Se trata de dos instalaciones  que, bajo un mismo concepto,  invitan a la reflexión.

Cada una de las prendas reunidas  bajo criterios que no son casuales, por ejemplo de los tonos más suaves en la parte superior y de colores más intensos en las dispuestas en el suelo, nos hablan de opciones que no obedecen a la arbitrariedad sino a criterios de selección  que organizan el cuerpo de la obra.

Se trata de prendas usadas, cargan con historias individuales, son prendas de segunda mano unidas todas por los puños, se trata de un “nosotros” representado, no son individualidades, piezas autónomas, por tanto, señalan un esfuerzo nostálgico,  de búsqueda de una experiencia común.

Las camisas comparecen por nosotros, a cambio de nosotros, hermanadas, conformando una totalidad tan fugaz como nuestros breves intentos de construir un proyecto común.

Puede parecer  arbitraria  o forzada la relación, pero desde que vi estas prendas  recordé ese botón blanco incrustado en el óxido de un trozo de riel ferroviario extraído del océano con vestigios humanos. Esa breve seña blanca de los cuerpos arrojados al mar, de nuestros detenidos -desaparecidos, que hoy se expone en Villa Grimaldi.

El capricho del mar hizo posible que en ese trozo de metal quedase  la huella  de una prenda humana, de una historia interrumpida por la fuerza. Fragmentos, breves episodios, dolores. En cierto sentido, es la memoria que comparece para abotonar los hechos.

Probablemente la artista finesa, no conozca la Villa Grimaldi, pero ese botón que se puede ver  en la vitrina, al interior del cubo de cobre no solo reclama la camisa de la cual se extravió sino  esos cuerpos arrojados a las profundidades.

A cuarenta años del golpe militar hay demasiada “ropa tendida” que reclama ser aclarada,  la obra de Kaarina Kaikkonen vino a poner el dedo en la llaga, no parece casual el nombre de sus dos propuestas: Huellas y Diálogos.

Justamente, las huellas están,  lo que brilla por su ausencia es un diálogo sincero que nos lleve a la verdad  sobre lo que aconteció con tantas víctimas.

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  • Polerón con RombosMaN

    La ropa tendida debería estar frente a la Moneda, el
    Mercurio, o en todas las calles de Santiago….

  • Valeria

    Muchas gracias por esta columna. Tuve la posibilidad de visitar la primera parte de la muestra, “Huellas”, y, sin duda, la disposición de las prendas y los colores no son arbitrarios. Kaikonnen nos invita a una reflexión profunda respecto a las ausencias, quiebres y diálogos
    necesarios para avanzar.

  • RodrigoQuintana

    40 años de soledad / Hay ropa tendida / Tejado de vidrio / Muerto en el clóset / e ídolos con pies de barro / Y en el mundo no pasa nada / Mar boba / Que sólo devuelve las prendas / De quienes arrojaron / desde un helicóptero.

  • JORGE VEGA

    Excelente … Felicitaciones !!!

  • juan jose guzman

    Exelente tirso!!! Aun hay ropa tendida….

  • Diego Andueza

    Como siempre estimado, un gusto leerte. Por cierto que hay mucha “ropa tendida”, y que hay mucho monologo de militar frente al espejo que tiene que ser develado. La juventud ya no se va a tragar cualquier cosa; eso en gran parte se lo debemos a personas como tú. Muchas gracias!.

  • anamaria

    Excelente! Un aporte y una motivación para ir a ver arte

  • Guest

    Las prendas que se exhiben en estos Museos, al igual que sus desaparecidos dueños, eran, en la óptica de seres irracionales, también de <>. La Naturaleza se encarga, de cuando en cuando, que no las olvidemos, esta vez nos da <> de muestra. La memoria y la verdad es el único ungüento que nos permitará restañar heridas tan profundas como las que estas prendas denuncian en forma tan silenciosa.

    Excelente columna señor Troncoso.

  • EDGARDO ROJAS SÁNCHEZ

    Las prendas que se exhiben en estos Museos, al igual que sus desaparecidos dueños, eran, en la óptica de seres irracionales, también de “segunda mano”. La Naturaleza se encarga, de cuando en cuando, que no las olvidemos, esta vez nos da “un botón” de muestra. La memoria y la verdad es el único ungüento que nos permitará restañar heridas tan profundas como las que estas prendas denuncian en forma tan silenciosa.

    Excelente columna señor Troncoso.