23 abr 2012

Plebiscito en Castro, ¿un “mall” resultado?

En estos últimos días se han vivido interesantes procesos de participación democrática en Castro. Hace unas semanas con las Primarias de la Concertación, y el pasado fin de semana, con un plebiscito ciudadano.En ambos ejercicios participativos los resultados fueron contundentes. Casi el 80% de los participantes de las primarias respaldó al actual Alcalde Águila, férreo defensor de la construcción del polémico mall, lo que ya permitía proyectar el resultado del plebiscito, en donde se incluiría una pregunta sobre la construcción del centro comercial.

Nuevamente los resultados fueron abrumadores: el 95% de los habitantes de Castro se pronunció a favor de su construcción.¿Qué lectura cultural podemos hacer de este resultado?¿Estamos tan equivocados los académicos y ciudadanos defensores de nuestro patrimonio?

En primer lugar parece incuestionable y de total legitimidad la victoria del actual edil en ambos procesos democráticos, lo que nos lleva a una segunda pregunta ¿la mayoría de los habitantes de Castro está por destruir su patrimonio?

Por eso, más allá, de cómo se permitió la construcción de invasión arquitectónica y cultural de esta magnitud, el problema desde la perspectiva antropológica se traslada a la respuesta de la comunidad frente a este hecho. Hace unas semanas  escribí un primer artículo en relación al “Mall de Castro”, y me di el trabajo de leer los comentarios de los distintos ciudadanos que ejercían su legítimo derecho a la expresión.

En primera instancia – reconozco – lo que más me sorprendió fue el hecho que la mayoría de los habitantes de la zona defendía la construcción del centro comercial. Pero fueron definitivamente sus argumentos los que despertaron mi inquietud científica.

Recuerdo nítidamente dos de ellos. El primero hacía referencia a que cómo no comprendíamos los santiaguinos (dando por hecho esa condición) que para ir al cine debían desembolsar $40.000, y el segundo a que nosotros los forasteros (extranjeros en nuestro propio país) no comprendíamos lo que era aburrirse todo el invierno encerrados en torno a una estufa.

Estas expresiones me conectan con la afirmación de Stuart Hall cuando señala que “la cultura produce los cambios en los estilos de vida, en las prácticas cotidianas, en los comportamientos. Si por medio de los discursos uno crea subjetividades empresariales, tendrá sujetos que se comportarán socialmente como empresarios. La cultura dentro de la cual obrarán será una cultural empresarial”.

Por lo tanto, comprensible sería que después de casi treinta años de ideologizarnos culturalmente en pro del mercado, el emprendimiento y el consumo, la gente no conciba ir al cine si no es dentro de un mall, ¿por qué ese ciudadano no exige la construcción de un centro cultural público que contenga una sala de cine? o ¿por qué la gente de Castro desprecia la tradición de conversar en torno al calor de un hogar y prefiera el encierro en un centro comercial induciendo al consumo como mecanismo de diversión?

Sencillamente porque el dios Mercado lo hace soñar con comer una hamburguesa en Mc Donald’s junto a su familia o amigos, mientras el curanto languidece en una casa vacía.

Por eso, cuando un destacado arquitecto panelista de un medio radial planteaba que nadie se oponía a la construcción del centro comercial, sino al cómo se hizo,permítanme disentir; el problema no es sólo de forma o de ubicación.

Desde la perspectiva antropológica el problema va más allá, es cómo afecta las relaciones sociales, la economía local, el paisaje cultural, es decir la vida a escala humana. La pregunta es ¿toda ciudad debe tener un mall? ¿Todas deben ser como La Florida rodeada de tres centros comerciales y ningún parque público?

Y aquí volvemos a nuestra clase política ¿Qué responsabilidad le cabe? La respuesta es simple: toda.

¿Por qué no existe un plan serio de educación de valorización de patrimonios locales?

¿Por qué esta legislación es tan débil y no fomenta la existencia de ningún instrumento público que permita demoler si se atenta contra nuestro patrimonio?

¿Por qué los planes reguladores no son visados por el Consejo de Monumentos si ponen en riesgo zonas patrimoniales?

¿Y qué pasa con nuestras autoridades locales dispuestas a destruir nuestro legado cultural si eso le granjea votos?

Alguien se puede imaginar al Jefe de Gobierno de Ciudad de México autorizar la construcción de un mall entre la Catedral y el Templo Mayor Azteca en pleno zócalo capitalino. O a la autoridad local de Roma poner en riesgo el Coliseo Romano ante los problemas de congestión que provoca.

La respuesta, ni vale la pena mencionarla, es tan evidente que el cuestionamiento surge más bien por la ceguera de nuestros políticos, por su mirada cortoplacista y atrapada en un paradigma modernizador brutal y destructor de nuestras tradiciones y memoria social.

De esta manera, parece preocupante, si vemos que el ministro de Obras Públicas opina como si estuviera en el living de su casa, que encuentra un despropósito la construcción del mall, pero no entregue ni una sola opinión política de cómo va a resolver el problema desde la óptica del estado o de las políticas públicas. Podemos constatar la pobreza de ideas y la anomia absoluta frente al poder del mercado de nuestras autoridades gubernamentales.

Entonces si no son los políticos, ni los empresarios, ni los técnicos, y ni siquiera los lugareños, emulando al Chapulín ¿quién podrá defender el patrimonio?

El panorama se ve sombrío, pero me siento optimista cuando veo a agentes sociales organizándose por defender barrios capitalinos, el puerto de Valparaíso, nuestra gastronomía, nuestra artesanía, recursos naturales asociados a la vida de Pueblos Originarios o comunidades agrícolas, o rechazar un mall en La Reina.Quizás todavía son minoría, pero están adquiriendo tal consistencia que ya disputan la hegemonía cultural del libre mercado.

Son movimientos socioculturales con una visión solidaria e igualitaria que no restringen su accionar a su metro cuadrado sino que comprenden que nuestra riqueza como país se basa en nuestra diversidad cultural.Somos un mosaico de prácticas y tradiciones culturales, que si las vivimos como comunidad será el mejor patrimonio que podemos heredar a futuras generaciones y nuestros hijos, si realmente queremos alcanzar un desarrollo sustentable.

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  • http://www.facebook.com/profile.php?id=100000117129253 Ernesto Eolea

    Efectivamente, la responsabilidad de la clase política es TODA.

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    Efectivamente, la responsabilidad de la clase política es TODA.

  • Reneenrique

    Cada pueblo tiene su afan. Aquellos que vemos de afuera algunos procesos nos guiamos por nuestras concepciones personales. Que fácil es mirar desde una ciudad llena de novedades diarias, por su tamaño y por lo convulsionada de la vida en ella hacia un lugar donde la quietud nos parece una virtud, sin pensar que quienes habitan ese lugar, desean salir de la quietud y disfrutar aquello que nosotros despreciamos porque ya nos cansa.
    Los discursos protecccionistas del habitat de los demás, chocan acá con los deseos de esos “protegidos a la fuerza”.
    Querer que todos sigan conversando alrededor del fogón, es tratar de detener el progreso, por un deseo personal nada más.

  • Reneenrique

    Cada pueblo tiene su afan. Aquellos que vemos de afuera algunos procesos nos guiamos por nuestras concepciones personales. Que fácil es mirar desde una ciudad llena de novedades diarias, por su tamaño y por lo convulsionada de la vida en ella hacia un lugar donde la quietud nos parece una virtud, sin pensar que quienes habitan ese lugar, desean salir de la quietud y disfrutar aquello que nosotros despreciamos porque ya nos cansa.
    Los discursos protecccionistas del habitat de los demás, chocan acá con los deseos de esos “protegidos a la fuerza”.
    Querer que todos sigan conversando alrededor del fogón, es tratar de detener el progreso, por un deseo personal nada más.

  • Reneenrique

    Creo que toda visión externa es sesgada. Cada pueblo tiene su afan. Mencartilista o no, la gente de Castro se aburrió de pasar jornadas en torno al fogón o la estufa, mientras siente llover afuera. Los citadinos de más al centro añoran esas cosas y por ello les recriminan modernizarse. No se puede imponer un inmovilismo solo para ir de visita en verano y sentirse en el pasado. Bien por la gente de Castro que decide lo que quiere tener o hacer.

  • Reneenrique

    Creo que toda visión externa es sesgada. Cada pueblo tiene su afan. Mencartilista o no, la gente de Castro se aburrió de pasar jornadas en torno al fogón o la estufa, mientras siente llover afuera. Los citadinos de más al centro añoran esas cosas y por ello les recriminan modernizarse. No se puede imponer un inmovilismo solo para ir de visita en verano y sentirse en el pasado. Bien por la gente de Castro que decide lo que quiere tener o hacer.

  • http://www.facebook.com/cristobalyo Cristóbal Adolfo Núñez Astudil

    Hay varios puntos en la reflexión que merecen una revisión o
    encontrar otras ópticas de análisis.
    En primer lugar, en cuanto a cantidad de población.  ¿cuál fue el
    porcentaje de participación en ambas votaciones? ¿cuál fue el nivel de
    propaganda para llamar a las personas a votar?.
    ¿cuál es el nivel de educación ciudadana y cívica para participar en dichas
    consultas?.
    ¿la gente iría a votar sabiendo que su voto no es resolutivo?
     
    Las respuestas a esas interrogantes hacen sin duda alguna cuestionar y restar
    validez al proceso.

    Pero también me surgen  otras interrogantes.
    En caso de que las personas voten que si desean el objeto en disputa. 
    Nuevamente caeremos en argumentos que dicen  ¿”toda la gente esta
    mal”?
    ¿Es culpa del sistema que las personas quieran mall?.   Por supuesto
    que si.  El sistema capitalista  les crea necesidades
    “ficticias” y triunfa cuando un objeto se hace ver como
    imprescindible.

    pero.   incluso,,, invadiendo el espacio
    arquitectónico,     no valorando o poniéndolo en otra
    prioridad el patrimonio como puede estar ocurriendo, fomentando el
    “consumismo”.   a pesar de todo lo anterior.  ¿No
    consideraremos lo que las personas de un determinado lugar desean?
    ¿Hasta que punto no se caería en una imposición?
    Hasta que punto no se cae en la misma lógica del sistema capitalista que impone
    una ideología.
    El sobreconsumo capitalista  y la valoración del patrimonio son conceptos
    que surgen casi de la mano. 
    Tal vez, la mejor manera de valorar el patrimonio vaya por dejar que los
    grupos  locales tomen sus decisiones a lo que ellos consideren como
    necesidades. 
    El cambio o la lucha debe ir contra el sistema, desde el punto de vista de la
    educación y de la familia, no en contra de las decisiones de los grupos
    locales, ya que ellos son víctimas de la ideologización.

    ¿Si los mexicanos votaran y pidieran un mall entre la catedral y el
    templo?         ¿Que deberían hacer las
    autoridades?
     Decirles que NO porque va contra el patrimonio, a pesar que es algo que
    esta pidiendo la población?
    ¿Caeremos en argumentos del Porfiriato, cuando el presidente trataba a los
    habitantes de México como sus hijos y como hijos no podían decidir eso porque
    “NO SABIAN”  o “NO SABIAN LO QUE QUERÍAN”?
    Cuando un arbitraje sale negativo a nuestro punto de vista.   ¿Cuestionaré
    el arbitraje y cuando salga positivo  no lo cuestionare? 
    ¿Usaremos el argumento cristiano que se basa en la frase “padre,
    perdónalos porque no saben lo que hacen”?
    La reflexión y cambios en las sociedades requieren y demandan una constante
    revisión de los conceptos que defendemos y sin duda hay que reflexionar de
    forma mas profunda sobre lo que pide, necesita, requiere o se impone a un grupo
    local

     

  • http://www.facebook.com/cristobalyo Cristóbal Adolfo Núñez Astudil

    Hay varios puntos en la reflexión que merecen una revisión o
    encontrar otras ópticas de análisis.
    En primer lugar, en cuanto a cantidad de población.  ¿cuál fue el
    porcentaje de participación en ambas votaciones? ¿cuál fue el nivel de
    propaganda para llamar a las personas a votar?.
    ¿cuál es el nivel de educación ciudadana y cívica para participar en dichas
    consultas?.
    ¿la gente iría a votar sabiendo que su voto no es resolutivo?
     
    Las respuestas a esas interrogantes hacen sin duda alguna cuestionar y restar
    validez al proceso.

    Pero también me surgen  otras interrogantes.
    En caso de que las personas voten que si desean el objeto en disputa. 
    Nuevamente caeremos en argumentos que dicen  ¿”toda la gente esta
    mal”?
    ¿Es culpa del sistema que las personas quieran mall?.   Por supuesto
    que si.  El sistema capitalista  les crea necesidades
    “ficticias” y triunfa cuando un objeto se hace ver como
    imprescindible.

    pero.   incluso,,, invadiendo el espacio
    arquitectónico,     no valorando o poniéndolo en otra
    prioridad el patrimonio como puede estar ocurriendo, fomentando el
    “consumismo”.   a pesar de todo lo anterior.  ¿No
    consideraremos lo que las personas de un determinado lugar desean?
    ¿Hasta que punto no se caería en una imposición?
    Hasta que punto no se cae en la misma lógica del sistema capitalista que impone
    una ideología.
    El sobreconsumo capitalista  y la valoración del patrimonio son conceptos
    que surgen casi de la mano. 
    Tal vez, la mejor manera de valorar el patrimonio vaya por dejar que los
    grupos  locales tomen sus decisiones a lo que ellos consideren como
    necesidades. 
    El cambio o la lucha debe ir contra el sistema, desde el punto de vista de la
    educación y de la familia, no en contra de las decisiones de los grupos
    locales, ya que ellos son víctimas de la ideologización.

    ¿Si los mexicanos votaran y pidieran un mall entre la catedral y el
    templo?         ¿Que deberían hacer las
    autoridades?
     Decirles que NO porque va contra el patrimonio, a pesar que es algo que
    esta pidiendo la población?
    ¿Caeremos en argumentos del Porfiriato, cuando el presidente trataba a los
    habitantes de México como sus hijos y como hijos no podían decidir eso porque
    “NO SABIAN”  o “NO SABIAN LO QUE QUERÍAN”?
    Cuando un arbitraje sale negativo a nuestro punto de vista.   ¿Cuestionaré
    el arbitraje y cuando salga positivo  no lo cuestionare? 
    ¿Usaremos el argumento cristiano que se basa en la frase “padre,
    perdónalos porque no saben lo que hacen”?
    La reflexión y cambios en las sociedades requieren y demandan una constante
    revisión de los conceptos que defendemos y sin duda hay que reflexionar de
    forma mas profunda sobre lo que pide, necesita, requiere o se impone a un grupo
    local

     

  • http://twitter.com/JuanGodoyF JUAN GODOY

    No olvidar que los llamados patrimonios de la humanidad son de todos, no sólo, en este caso, de los isleños.

    Si bien la analogía del fogón puede ser limitada cuando de expresión cultural hablamos, y en el entendidio que la gente de Castro puede consumir MacPulmay si lo desea y puede trucar los paseos en los frontis de las iglesias por  los pasillos iluminados y calefaccionados del mall, los sentidos culturales, que luego se expresan en acciones y estilos de vida, deben ser protegidos por el  Estado y por la comunidad. Si la preservación de la cultura se ve afectada por la construcción de un edificio o por los efectos de este, se debe evitar dicha afectación.

    Finalmente, este hecho social, que tensiona la cultura del territorio insular, es tal vez el inicio de un sincretismo cultural (a mi parecer espúreo e involutivo) propio de los cambios sociales que han marcado a la humanidad.

  • http://twitter.com/JuanGodoyF JUAN GODOY

    No olvidar que los llamados patrimonios de la humanidad son de todos, no sólo, en este caso, de los isleños.

    Si bien la analogía del fogón puede ser limitada cuando de expresión cultural hablamos, y en el entendidio que la gente de Castro puede consumir MacPulmay si lo desea y puede trucar los paseos en los frontis de las iglesias por  los pasillos iluminados y calefaccionados del mall, los sentidos culturales, que luego se expresan en acciones y estilos de vida, deben ser protegidos por el  Estado y por la comunidad. Si la preservación de la cultura se ve afectada por la construcción de un edificio o por los efectos de este, se debe evitar dicha afectación.

    Finalmente, este hecho social, que tensiona la cultura del territorio insular, es tal vez el inicio de un sincretismo cultural (a mi parecer espúreo e involutivo) propio de los cambios sociales que han marcado a la humanidad.

  • http://profile.yahoo.com/35G7T7QSE52OPVIJUMZX3WJ25Y Lorena

    Omnia mutantur, nos et mutamur in ellis …
    Todas las cosas estan cambiando, nosotros cambiamos con ellas… 

  • http://profile.yahoo.com/35G7T7QSE52OPVIJUMZX3WJ25Y Lorena

    Omnia mutantur, nos et mutamur in ellis …
    Todas las cosas estan cambiando, nosotros cambiamos con ellas… 

  • Sergio Teran

    Desde Roma, la idea siempre fue que al pueblo hay que darle pan y circo… Quebrar esto es la exigencia de los estudiantes del año pasado. La (buena) educación es clave para ampliar nuestro horizonte y hará inevitable que vayamos teniendo opinión fundada, para votar con conocimiento de causa. Lo mismo vale para las elecciones de nuestras autoridades y un largo etcétera…

  • Sergio Teran

    Desde Roma, la idea siempre fue que al pueblo hay que darle pan y circo… Quebrar esto es la exigencia de los estudiantes del año pasado. La (buena) educación es clave para ampliar nuestro horizonte y hará inevitable que vayamos teniendo opinión fundada, para votar con conocimiento de causa. Lo mismo vale para las elecciones de nuestras autoridades y un largo etcétera…

  • http://www.facebook.com/profile.php?id=1222088759 Aarón Enrique Sthioul Sandoval

     Debo decir que como chilote estoy de acuerdo con el mall, y debo decir tambien que porque se construya un mall no se perderan las tradiciones chilotas. Normalmente las tradiciones chilotas se encuentran en el campo chilote (a excepcion del festival costumbriste que se realiza en Castro). Me parece que es un error pensar que por un mall se pierdan tradiciones de cientos de años. Las personas de Castro seguiran disfrutando de un rico curanto, asados, etcc pero tambien tendran la oportunidad de ir al cine o de comer un big mac. Asi que me parece que las  personas  que no son ni viven en Chiloe no tienen nada que decir sobre esto SI AL MALL!!!!!

    • http://www.facebook.com/nelson.gallardo.alvarez Nelson Antonio Gallardo Álvare

      También soy chilote y creo que no entendiste el artículo. Mala comprensión de lectura amigo. Segundo, quien te arroga el derecho a callar a otros.

  • http://www.facebook.com/profile.php?id=1222088759 Aarón Enrique Sthioul Sandoval

     Debo decir que como chilote estoy de acuerdo con el mall, y debo decir tambien que porque se construya un mall no se perderan las tradiciones chilotas. Normalmente las tradiciones chilotas se encuentran en el campo chilote (a excepcion del festival costumbriste que se realiza en Castro). Me parece que es un error pensar que por un mall se pierdan tradiciones de cientos de años. Las personas de Castro seguiran disfrutando de un rico curanto, asados, etcc pero tambien tendran la oportunidad de ir al cine o de comer un big mac. Asi que me parece que las  personas  que no son ni viven en Chiloe no tienen nada que decir sobre esto SI AL MALL!!!!!

    • http://www.facebook.com/nelson.gallardo.alvarez Nelson Antonio Gallardo Álvare

      También soy chilote y creo que no entendiste el artículo. Mala comprensión de lectura amigo. Segundo, quien te arroga el derecho a callar a otros.

  • http://www.facebook.com/andreslfr Andrés Fernández Rodríguez

    Viví mi infancia en Castro hasta que los estudios me forzaron a partir como a muchos otros quienes -gracias a Dios y al esfuerzo de nuestros padres- tenemos la oportunidad. 

    El rechazo a mi parecer, hablando desde la capital y desconociendo la atmósfera actual de Castro, radica en 2 puntos importantes:

    1) La unilateralidad con la que se ha desarrollado el proyecto. No se han respetado fechas, conductos regulares, límites y acuerdos. Es difícil aceptar un proyecto -de por si polémico- donde los responsables de su edificación y posterior administración muestran faltas de tal magnitud a la ética y la moral, cualidades contrastantes con la idiosincrasia chilota.

    2) La geolocalización de la construcción. Nadie duda que un mall puede traer muchos beneficios a la comunidad -que no es necesario nombrarlos-, pero edificarlo cercano al centro de la ciudad, rompe con todos los parámetros arquitectónicos. Es como colocar fauna de mar en agua dulce. Si el mall estuviese ubicado en las afueras o alrededores, sería todo muy distinto. Será nostálgico caminar por aquellas calles refugiándose de la lluvia, pasar a comprar un milcao y ver algo que no pertenece ahí.

    Respecto a la cultura, se está perdiendo cada vez más. Gente llega y cambia el paradigma. Hace muchos años que ya no se puede dejar la casa o el auto sin llave.

    Saludos.

  • http://www.facebook.com/andreslfr Andrés Fernández Rodríguez

    Viví mi infancia en Castro hasta que los estudios me forzaron a partir como a muchos otros quienes -gracias a Dios y al esfuerzo de nuestros padres- tenemos la oportunidad. 

    El rechazo a mi parecer, hablando desde la capital y desconociendo la atmósfera actual de Castro, radica en 2 puntos importantes:

    1) La unilateralidad con la que se ha desarrollado el proyecto. No se han respetado fechas, conductos regulares, límites y acuerdos. Es difícil aceptar un proyecto -de por si polémico- donde los responsables de su edificación y posterior administración muestran faltas de tal magnitud a la ética y la moral, cualidades contrastantes con la idiosincrasia chilota.

    2) La geolocalización de la construcción. Nadie duda que un mall puede traer muchos beneficios a la comunidad -que no es necesario nombrarlos-, pero edificarlo cercano al centro de la ciudad, rompe con todos los parámetros arquitectónicos. Es como colocar fauna de mar en agua dulce. Si el mall estuviese ubicado en las afueras o alrededores, sería todo muy distinto. Será nostálgico caminar por aquellas calles refugiándose de la lluvia, pasar a comprar un milcao y ver algo que no pertenece ahí.

    Respecto a la cultura, esta mutando cada vez más. Gente llega y cambia el paradigma. Hace muchos años que ya no se puede dejar la casa o el auto sin llave.

    Saludos.

  • Miguel Ossandón Durán

    No soy chilote , pero su encanto,  por un tiempo, se mete en el espíritu.

    Creo que todos tienen la razón. Los de allá, porque  debe ser terrible estar encerrados todo el invierno sin mucho qué hacer.

    También los que critican el mall, que es un asco, feo,desproporcionado,como instantánea fuera de foco.

    El problema es de los responsables, los que autorizaron hacerlo… se podía haber construido uno respetando el entorno, incluso tipo palafito, pequeño, porque la población es de baja densidad…no destruyendo el paisaje… Eso es lo imperdonable.

    Que los chilotes quieran comer más que curanto con chapalele, están en su derecho… pero el patrimonio  cultural  no es sólo de ellos, es de todos.

    Por eso, mall proporcionado.

    Un dato nada que ver… el mall Quilín, el único que soporto  era una joyita, un piso, jardines interiores, puentes y agua corriendo,  pocas tiendas, las indispensables, ( la librería cerro, así es este país) Bueno, ahora hay cuatro gigantezcas escalas mecánicas, que apenas caben en la superficie, verdaderos monstruos aterradores de niños y adultos…

    Están chiflados…. y nadie manda parar.

  • Miguel Ossandón Durán

    No soy chilote , pero su encanto,  por un tiempo, se mete en el espíritu.

    Creo que todos tienen la razón. Los de allá, porque  debe ser terrible estar encerrados todo el invierno sin mucho qué hacer.

    También los que critican el mall, que es un asco, feo,desproporcionado,como instantánea fuera de foco.

    El problema es de los responsables, los que autorizaron hacerlo… se podía haber construido uno respetando el entorno, incluso tipo palafito, pequeño, porque la población es de baja densidad…no destruyendo el paisaje… Eso es lo imperdonable.

    Que los chilotes quieran comer más que curanto con chapalele, están en su derecho… pero el patrimonio  cultural  no es sólo de ellos, es de todos.

    Por eso, mall proporcionado.

    Un dato nada que ver… el mall Quilín, el único que soporto  era una joyita, un piso, jardines interiores, puentes y agua corriendo,  pocas tiendas, las indispensables, ( la librería cerro, así es este país) Bueno, ahora hay cuatro gigantezcas escalas mecánicas, que apenas caben en la superficie, verdaderos monstruos aterradores de niños y adultos…

    Están chiflados…. y nadie manda parar.

  • Pablo Peña

    Hola a todos
    Primero que todo, felicito a Mauricio por poner el tema sobre la mesa, y por colocar el énfasis del análisis donde debe estar: En los efectos socioculturales del proyecto, no en los arquitectónicos (que siendo importantes son secundarios).
    En segundo lugar, con respecto al proyecto entiendo la desilusión de muchos académicos y capitalinos, pero claramente no comparto su perspectiva. 
    En primer lugar a priori suponer que toda votación ciudadana debiese responder al ideario de una determinada élite intelectual, cuando esta élite rara vez aparece en los territorios o realiza acciones concretas de desarrollo local me parece equivocado, poco realista y además éticamente cuestionable toda vez que supone cierta superioridad moral. Esto en el siglo XVIII se conocía como “Despotismo Ilustrado”.
    En segundo lugar, y aunque nos pese a todos quienes decimos proteger el patrimonio cultural, creo que la acción (nuevamente de la academia) se encuentra demasiado cerca del discurso y lejos de la acción, y además demasiado cerca del “No a” (“No al mall, “no a la inversión privada”, “no al este” o “al este otro”) que de las verdaderas propuestas alternativas (los mismos ejemplos que menciona Mauricio como el Centro cultural, el cine o la oferta cultural). En este sentido, es nuestro deber (quienes defendemos el patrimonio) de no quedarnos en el discurso sino ofrecer propuestas viables a la población. Remarco que esta es una función de TODOS, y no exclusivamente un rol del Estado (que por cierto sí debe hacer mucho más de lo que actualmente hace)
    En tercer lugar, creo que el discurso del “Mercado” y el “Capitalismo” más que una verdadera razón detrás de la votación me parece un argumento más cercano a la izquierda academicista de los 70′ que un discurso realmente válido hoy. Como contraejemplo vemos que las economías capitalistas (E.E.U.U. y Europa) el respecto y cuidado del patrimonio son mucho más fuertes que en muchos países no capitalistas (Venezuela, Bolivia, etc). De hecho, creo que lo relevante no es este punto, sino el capital social de cada país, región o localidad, y la educación ciudadana (con más o menos “Mercado” o “Estado”).  
    En cuarto lugar y final, toda mi solidaridad con los que vivimos en regiones, que más encima de tener que tributar y depender de Santiago, tenemos que acostumbrarnos a que las élites de la capital tengan que venir a indicarnos “lo correcto” e “incorrecto”. La descentralización implica respecto a la toma de decisiones local, y respecto intelectual con nuestras gente. 

  • Pablo Peña

    Hola a todos
    Primero que todo, felicito a Mauricio por poner el tema sobre la mesa, y por colocar el énfasis del análisis donde debe estar: En los efectos socioculturales del proyecto, no en los arquitectónicos (que siendo importantes son secundarios).
    En segundo lugar, con respecto al proyecto entiendo la desilusión de muchos académicos y capitalinos, pero claramente no comparto su perspectiva. 
    En primer lugar a priori suponer que toda votación ciudadana debiese responder al ideario de una determinada élite intelectual, cuando esta élite rara vez aparece en los territorios o realiza acciones concretas de desarrollo local me parece equivocado, poco realista y además éticamente cuestionable toda vez que supone cierta superioridad moral. Esto en el siglo XVIII se conocía como “Despotismo Ilustrado”.
    En segundo lugar, y aunque nos pese a todos quienes decimos proteger el patrimonio cultural, creo que la acción (nuevamente de la academia) se encuentra demasiado cerca del discurso y lejos de la acción, y además demasiado cerca del “No a” (“No al mall, “no a la inversión privada”, “no al este” o “al este otro”) que de las verdaderas propuestas alternativas (los mismos ejemplos que menciona Mauricio como el Centro cultural, el cine o la oferta cultural). En este sentido, es nuestro deber (quienes defendemos el patrimonio) de no quedarnos en el discurso sino ofrecer propuestas viables a la población. Remarco que esta es una función de TODOS, y no exclusivamente un rol del Estado (que por cierto sí debe hacer mucho más de lo que actualmente hace)
    En tercer lugar, creo que el discurso del “Mercado” y el “Capitalismo” más que una verdadera razón detrás de la votación me parece un argumento más cercano a la izquierda academicista de los 70′ que un discurso realmente válido hoy. Como contraejemplo vemos que las economías capitalistas (E.E.U.U. y Europa) el respecto y cuidado del patrimonio son mucho más fuertes que en muchos países no capitalistas (Venezuela, Bolivia, etc). De hecho, creo que lo relevante no es este punto, sino el capital social de cada país, región o localidad, y la educación ciudadana (con más o menos “Mercado” o “Estado”).  
    En cuarto lugar y final, toda mi solidaridad con los que vivimos en regiones, que más encima de tener que tributar y depender de Santiago, tenemos que acostumbrarnos a que las élites de la capital tengan que venir a indicarnos “lo correcto” e “incorrecto”. La descentralización implica respecto a la toma de decisiones local, y respecto intelectual con nuestras gente. 

  • Jorge Maltrain

    Soy santiaguino y jamás se me ocurriría criticar a los habitantes de Castro por querer un mall en su ciudad. Si alguno de los “iluminados” quiere hacerlo, que se vaya a vivir allá primero un año y que después opine. O que tome las banderas de lucha contra los malls en Santiago o edificios como el Costanera Center que saturarán aún más la ciudad. Aquí sólo pueden opinar los chilotes y no personas que, estoy seguro, con suerte irán una vez en la vida a Castro… si es que… 

  • Jorge Maltrain

    Soy santiaguino y jamás se me ocurriría criticar a los habitantes de Castro por querer un mall en su ciudad. Si alguno de los “iluminados” quiere hacerlo, que se vaya a vivir allá primero un año y que después opine. O que tome las banderas de lucha contra los malls en Santiago o edificios como el Costanera Center que saturarán aún más la ciudad. Aquí sólo pueden opinar los chilotes y no personas que, estoy seguro, con suerte irán una vez en la vida a Castro… si es que… 

  • http://www.facebook.com/profile.php?id=100003584294967 James Meade

    El problema también es de forma y ubicación. Y de hacer un plebiscito mañoso (moda introducida por la dictadura), combinando varias preguntas en una. El de Castro decía:
    ¿ESTÁ DE ACUERDO CON LA CONSTRUCCIÓN DEL MALL DE CASTRO, en las condiciones que se está levando a cabo (ubicación, arquitectura, tamaño)? 

    Lo lógico hubiese sido hacer un plebiscito ANTES DE INICIAR LA CONSTRUCCION (no cuando está está en el 5º piso) con simples preguntas:

    1) ¿Está Ud de acuerdo con que se construya un mall en Castro?
    SI —–         NO ——
    2) Si su respuesta anterior es afirmativa, ¿preferiría que estuviera ubicado en pleno centro a un par de cuadras de la Catedral, o en el sector XXX con el fin de no afectar el valor patrimonial de ésta?
    EN CENTRO —–          EN SECTOR XXX ——

    ¿Cuál hubiese sido el resultado?
    Se me ocurre que estaríamos en otra si se hubiese hecho un plebiscito como la gente y a tiempo.

  • http://www.facebook.com/profile.php?id=100003584294967 James Meade

    El problema también es de forma y ubicación. Y de hacer un plebiscito mañoso (moda introducida por la dictadura), combinando varias preguntas en una. El de Castro decía:
    ¿ESTÁ DE ACUERDO CON LA CONSTRUCCIÓN DEL MALL DE CASTRO, en las condiciones que se está levando a cabo (ubicación, arquitectura, tamaño)? 

    Lo lógico hubiese sido hacer un plebiscito ANTES DE INICIAR LA CONSTRUCCION (no cuando está está en el 5º piso) con simples preguntas:

    1) ¿Está Ud de acuerdo con que se construya un mall en Castro?
    SI —–         NO ——
    2) Si su respuesta anterior es afirmativa, ¿preferiría que estuviera ubicado en pleno centro a un par de cuadras de la Catedral, o en el sector XXX con el fin de no afectar el valor patrimonial de ésta?
    EN CENTRO —–          EN SECTOR XXX ——

    ¿Cuál hubiese sido el resultado?
    Se me ocurre que estaríamos en otra si se hubiese hecho un plebiscito como la gente y a tiempo.

  • http://www.facebook.com/profile.php?id=1093466491 Xime Galleguillos

    A todos nos ha onnubilado alguna vez la ilusión del desarrollo disfrazada de Mall o centro comercial. El tema es, que el verdadero desarrollo, las comunicaciones, las vías, los lugares de abastecimiento, los servicios, la tecnología televisiva etc. pueden perfectamente existir sin destruir la imagen patrimonial (que es de todos) de una localidad. Les dejo como ejemplo La Provence (Francia) con sus pueblitos perdidos en las montañas, patrimonio de la humanidad, y dotados de todos los artefactos del denominado desarrollo…Sí se puede disfrutar de los avances sin perder el patrimonio! Buen día!

  • http://www.facebook.com/profile.php?id=1093466491 Xime Galleguillos

    A todos nos ha onnubilado alguna vez la ilusión del desarrollo disfrazada de Mall o centro comercial. El tema es, que el verdadero desarrollo, las comunicaciones, las vías, los lugares de abastecimiento, los servicios, la tecnología televisiva etc. pueden perfectamente existir sin destruir la imagen patrimonial (que es de todos) de una localidad. Les dejo como ejemplo La Provence (Francia) con sus pueblitos perdidos en las montañas, patrimonio de la humanidad, y dotados de todos los artefactos del denominado desarrollo…Sí se puede disfrutar de los avances sin perder el patrimonio! Buen día!