14 feb 2012

Arquitectura y ciudad en Chile neoliberal

En los últimos días hemos asistido a un debate en torno al impacto que poseen algunas obras de arquitectura en nuestras ciudades. Este debate ha sido animado principalmente por el edificio Costanera Center y por los impactos que traerá a un barrio que hace ya tiempo, se encuentra al borde del colapso.

En esta discusión, una vez más se enfrentan las distintas visiones de sociedad que se encuentran permanentemente en pugna y que se expresan, aunque no todos puedan percibirlo, en todas las actividades humanas.

La arquitectura y el urbanismo no son ni pueden ser una excepción en este escenario de permanente confrontación política e ideológica en el que se oponen una vez más como en la mejor de las síntesis, el egoísmo y la solidaridad, el desprecio por el otro y el respeto por la sociedad, el individualismo y la comunidad.

En este contexto, para algunos, la arquitectura se encuentra mucho más cerca del arte, entendido como actividad creadora del ser humano, mediante el cual se producen objetos que son singulares y cuya finalidad es principalmente estética o comunicativa.

Para otros, en cambio, es una disciplina al servicio de la sociedad en su conjunto, que implica la unión de tres elementos básicos que configuran la cultura humana: el arte, la ciencia y la técnica, lo que debiera permitir abordar y resolver, equilibradamente, los aspectos tecnológicos, humanos y medioambientales.

Ahora bien, en cuanto a la relación de la arquitectura con la ciudad, hay quienes piensan que esta es, solamente, un recipiente para la primera y otros que afirman que la ciudad es un texto inacabado en el que cada arquitecto que interviene aporta una palabra, un párrafo o un capítulo, dependiendo de la dimensión, pregnancia y relevancia de la obra ejecutada respecto de la ciudad en la que se inserta.

En la primera visión, la relación entre las distintas obras no existe y ellas se instalan en la ciudad como una simple extensión o reflejo de quienes las proyectan y construyen, sin considerar el impacto que tiene cada una sobre su entorno inmediato, sobre la calidad de vida de las personas y mucho menos, sobre la posibilidad de desarrollar ciudades sostenibles en equilibrio con el entorno natural en que se instalan.

En la segunda, se busca integración y coherencia que al igual que en los buenos textos, es asegurada porque cada parte de la obra habla un poco de aquello que la antecede y entrega las claves, para lo que la sucederá, respetando el patrimonio urbano y arquitectónico e integrándose sutilmente en ese todo mayor que es la ciudad.

En la primera escuela los protagonistas principales son los arquitectos, los dueños de las obras y los inversionistas inmobiliarios, que compiten entre ellos, llenando la ciudad de objetos sin más sentido que el de ser autores o propietarios del proyecto más grande, de la torre más alta o del gesto más audaz, buscando solamente sobresalir, obtener reconocimiento y diferenciarse del resto con el único fin de poner su obra al servicio de intereses o traumas personales que más tienen que ver con el estatus, el poder, la dominación o la propia inseguridad, que con la arquitectura propiamente tal.

En la segunda, el protagonista es el usuario, el destinatario final de la arquitectura y el arquitecto actúa solo como intérprete y profeta: Intérprete, pues busca representar de la mejor manera posible las expectativas de quienes vivirán la arquitectura y profeta porque define, en virtud de lo primero, la forma y sentido que ha de tener cada obra en el marco de una obra mayor que es la ciudad como un todo.

Para lograrlo, buscará una adecuada síntesis entre continuidad y transformación, de manera de valorizar la experiencia urbana y permitir o facilitar al ser humano la identificación con su entorno transformándose en parte de él y de su evolución, respetando los lazos entre el sujeto y el patrimonio natural, urbano y arquitectónico en que se desarrolla.

Consistentemente, para la primera escuela, el urbanismo y la planificación es un mal que hay que tratar de evitar a toda costa pues limita la libertad del artista y la del inversionista.

Mientras que para la segunda escuela, la planificación es la única herramienta que permite subordinar los intereses y afanes de protagonismos personales, al bien común y al interés superior de la sociedad.

Así las cosas, para la primera escuela, los problemas de la ciudad —congestión, contaminación y hacinamiento— no son de la arquitectura, por lo que deben solucionarse ampliando calles, instalando carreteras, destruyendo el patrimonio urbano y arquitectónico y avanzando de manera indiscriminada sobre el medio ambiente que, según ellos, no sirve más que para generar renta, transformando el suelo rural en urbano.

Para la segunda escuela, los problemas de la ciudad y de la arquitectura son dos caras de la misma moneda, y no existe posibilidad de abordar los primeros sin subordinar la arquitectura a la necesidad de desarrollar nuestras ciudades de manera sostenible, limitando esa libertad, mal entendida, que ni siquiera se detiene en los derechos de los otros.

Para colmo, la primera escuela siente un desprecio absoluto por el espacio público, el que solo es necesario como simple conector entre sus obras, por lo cual será de mejor o peor estándar dependiendo del nivel socioeconómico del público objetivo para el que se construyen las mismas.

La visión más comunitaria considera al espacio público como el alma de las ciudades y como su eje ordenador, por su vocación de encuentro e intercambio, de protección y reproducción de la cultura.

En este contexto resulta evidente cuál es la escuela que hoy prima en el desarrollo de nuestras ciudades, en donde a diario asistimos al surgimiento de una nueva obra más grande, más costosa y más alta que la anterior, como una búsqueda frenética por representar, a través de la arquitectura, el poder y la dominación, incluso mediante formas evidentemente falo céntricas que, parecen hablar más de una cultura obsoleta o de algún trauma psicológico —de sus diseñadores, dueños, moradores y admiradores— que de una aspiración de construir ciudad mediante la arquitectura.

No debemos extrañarnos entonces que los mismos actores que construyen estas obras pertenezcan a sectores políticos que buscan demostrar a toda costa su poder recordándole al ciudadano de a pié y a la sociedad en su conjunto, que pueden pasar por alto e incluso atentar contra la calidad de vida y los derechos de los otros con toda impunidad, sin importar, en este caso, el caos urbano, la congestión, el hacinamiento y mucho menos la pérdida de eficiencia y eficacia urbana que generen sus obras.

En este escenario, ¿puede alguien dudar que las ciudades sean fiel reflejo de las sociedades que las construyen y que en ellas se expresa, como en el mejor de los resúmenes, lo esencial de cada cultura?

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  • http://www.facebook.com/people/David-Pino-Palma/1251444991 David Pino Palma

    muy bueno que hayas puesto en discusión este punto.
    Yo soy arquitecto y te faltó un detalle. En esta sociedad no se concibe al arquitecto como proyectista de algo concreto, de algo que se construirá.
    Ingenieros y maestros son los llamados a realizar esto. Pero el Arquitecto pasa por un filtro universitario que combate con la primera visión que describes.

    El entorno, el Urbanismo, la ciudad entendida como una trama, un tejido, una piel y que es el espacio en función del humano y no al revés son las cosas que nos enseñan.

    Pero quienes de los que tienen los dineros tienen estos conceptos?. Claro , somos nosotros los llamados a educar a la sociedad y a estos inversionistas, pero si al momento de decidir ellos buscan ingenieros o constructores. A nosotros se nos invita en mega construcciones como el de la torre. O cuando ha quedado en evidencia el error técnico o hasta normativo.

    Un ejemplo de que no se piensa en la ciudad y el usuario es el MIM. Su ubicación no responde a ningún fundamente más que el valor del terreno.
    Su emplazamiento es un desperdicio y su aporte a la ciudad es casi nulo.
    Tienen más presencia los Malls y las universidades. Que si bien piensan en ellos si han cambiado la imagen de la ciudad y tarde o temprano el aporte de puede concebir como positivo.

    Me gustó que tocaras el tema, por que a los arquitectos no los oyen, algunos intelectuales los consideran menos por no poseer el mismo nivel técnico. Pero lo que no saben es que el Arquitecto es capaz de formar en su mente cualquier sueño de ciudad o habitat que se les pida y además concretarlo por que tiene una estructura de pensamiento para eso. El ingeniero responde a las leyes físicas y los materiales. El constructor a lo más barato. Es por eso que para el 2010 edificios relativamente nuevos cayeron. Ningún Arquitecto fue mencionado entre los responsables.!

  • http://www.facebook.com/people/David-Pino-Palma/1251444991 David Pino Palma

    muy bueno que hayas puesto en discusión este punto.
    Yo soy arquitecto y te faltó un detalle. En esta sociedad no se concibe al arquitecto como proyectista de algo concreto, de algo que se construirá.
    Ingenieros y maestros son los llamados a realizar esto. Pero el Arquitecto pasa por un filtro universitario que combate con la primera visión que describes.

    El entorno, el Urbanismo, la ciudad entendida como una trama, un tejido, una piel y que es el espacio en función del humano y no al revés son las cosas que nos enseñan.

    Pero quienes de los que tienen los dineros tienen estos conceptos?. Claro , somos nosotros los llamados a educar a la sociedad y a estos inversionistas, pero si al momento de decidir ellos buscan ingenieros o constructores. A nosotros se nos invita en mega construcciones como el de la torre. O cuando ha quedado en evidencia el error técnico o hasta normativo.

    Un ejemplo de que no se piensa en la ciudad y el usuario es el MIM. Su ubicación no responde a ningún fundamente más que el valor del terreno.
    Su emplazamiento es un desperdicio y su aporte a la ciudad es casi nulo.
    Tienen más presencia los Malls y las universidades. Que si bien piensan en ellos si han cambiado la imagen de la ciudad y tarde o temprano el aporte de puede concebir como positivo.

    Me gustó que tocaras el tema, por que a los arquitectos no los oyen, algunos intelectuales los consideran menos por no poseer el mismo nivel técnico. Pero lo que no saben es que el Arquitecto es capaz de formar en su mente cualquier sueño de ciudad o habitat que se les pida y además concretarlo por que tiene una estructura de pensamiento para eso. El ingeniero responde a las leyes físicas y los materiales. El constructor a lo más barato. Es por eso que para el 2010 edificios relativamente nuevos cayeron. Ningún Arquitecto fue mencionado entre los responsables.!

  • Anónimo

    Buenazo el artículo, poco se habla del tema, y hay mucho que decir los que vivimos en la ciudad nos damos  cuenta  de cuan mala es la planificación de  las construcciones. En una ciudad del sur construyó un hospital como agregado al  antiguo que ya existía desde comienzo del siglo pasado  En realidad fue un hospital nuevo en donde ya existía uno. El problema es que se saturó el espacio de tal manera que cuando llegan las ambulancias , que no son pocas  a los enfermos los sacan en camilla y por la calle los ingresan al recinto. Además llegan buses  cuatro a cinco buses con enfermos desde las cercanías para tener atención de un especialista, y todo en la calle no han dejado espacio para que estos enfermos ingresen en los vehículos al recinto hospitalario. ¿ Alguien pensó en ese problema?. al parecer no, es indigno que  a los enfermos en camillas los paseen por la calle y muy vergonzoso espectáculo. Ahora no hay buena planificación para espacios públicos, parques para que los habitantes salgan a pasear con las familias , todo se ha transformado en cemento y más cemento , que por las alturas que hoy tienen oscurecen demasiado la ciudad y no deja ver horizonte . Nuestra vista con el tiempo se irá acortando ya que la vista  no puede viajar por el horizonte porque se la corta la edificación. En  Europa se regula la altura de los edificios y las torres las hacen  fuera del radio  del centro de la ciudad , pero aquí pasa todo lo contrario.  Nos estamos transformando en un bosque de edificios que no dejan entrar la luz ni el sol  . De bonito esto no tiene nada, y me imagino que los arquitectos que tienen dotes y talento de artistas les debe tocar muy a fondo esta manera de construir. Pero como son profesionales creo que tienen todo el derecho y fuerza para que esto cambie y respetemos los espacios como corresponde. 

  • RuizMnica

    Buenazo el artículo, poco se habla del tema, y hay mucho que decir los que vivimos en la ciudad nos damos  cuenta  de cuan mala es la planificación de  las construcciones. En una ciudad del sur construyó un hospital como agregado al  antiguo que ya existía desde comienzo del siglo pasado  En realidad fue un hospital nuevo en donde ya existía uno. El problema es que se saturó el espacio de tal manera que cuando llegan las ambulancias , que no son pocas  a los enfermos los sacan en camilla y por la calle los ingresan al recinto. Además llegan buses  cuatro a cinco buses con enfermos desde las cercanías para tener atención de un especialista, y todo en la calle no han dejado espacio para que estos enfermos ingresen en los vehículos al recinto hospitalario. ¿ Alguien pensó en ese problema?. al parecer no, es indigno que  a los enfermos en camillas los paseen por la calle y muy vergonzoso espectáculo. Ahora no hay buena planificación para espacios públicos, parques para que los habitantes salgan a pasear con las familias , todo se ha transformado en cemento y más cemento , que por las alturas que hoy tienen oscurecen demasiado la ciudad y no deja ver horizonte . Nuestra vista con el tiempo se irá acortando ya que la vista  no puede viajar por el horizonte porque se la corta la edificación. En  Europa se regula la altura de los edificios y las torres las hacen  fuera del radio  del centro de la ciudad , pero aquí pasa todo lo contrario.  Nos estamos transformando en un bosque de edificios que no dejan entrar la luz ni el sol  . De bonito esto no tiene nada, y me imagino que los arquitectos que tienen dotes y talento de artistas les debe tocar muy a fondo esta manera de construir. Pero como son profesionales creo que tienen todo el derecho y fuerza para que esto cambie y respetemos los espacios como corresponde. 

  • Valeria Toledo Guiñez

    Me gustó imaginar una obra literaria en que cada escritor escribiera una palabra, sería un texto grotesco, que nadie podría entender. Y eso es lo que pasa con las ciudades y la obras de arquitectura. he trabajado en terreno como técnico dibujante y sobre todo en la región del Bio Bio, después del terremoto,(27 F.) las ciudades son laberintos totalmente faltos de armonía,con edificaciones que, en el afán de darles resistencia, incluyen elementos sobredimensionados y sin sentido práctico o de estética
    La arquitectura debe conectar arte, técnica y ciencias en plural, porque no basta con las ciencias físicas o matemáticas; las habilidades sociales son imprescindibles en el desarrollo urbano ya que es el hombre, como ser genérico, el que vive y trabaja en las urbes, así como la naturaleza es capaz de crear su propia y sabia armonía la obra arquitectónica debe ser también sustentable y respetuosa del entorno y del medio ambiente.
    Gracias por permitirme dar mi humilde opinión.