En la esquina sur-poniente de las calles Morandé con Rosas, centro de esta ciudad, existe desde el año 1924 un inmueble protegido oficialmente el 28 de mayo de 2008 por la Municipalidad de Santiago bajo la figura de “Conservación Histórica” y la semana pasada la alcaldesa de Santiago, Carolina Tohá, inició una campaña para evitar que el privado dueño de esta edificación lo demuela porque dispone de un permiso de edificación cursado por la Dirección de Obras Municipales el 25 de enero de 2008, es decir, cuatro meses antes de la protección patrimonial.
Para tan loable propósito la alcaldesa tiene el apoyo irrestricto de varios de los concejales, de organizaciones civiles y del Colegio de Arquitectos de Chile. Hubo una concurrida manifestación pública realizada frente al edificio rojo de 4 pisos, con un hermoso torreón rematado por un reloj : su arquitectura es ecléctica con influencia del neoclásico francés.
Esa actividad comunicacional fue profusamente cubierta por la prensa nacional, en donde Carolina Tohá recalcó que el municipio no tendría las herramientas legales para evitar su demolición porque primaría el permiso de edificación aludido.
Quien escribe, perplejo por lo que sucedía, ello porque sabe que este tipo de permisos caducan a los 3 años de emitidos, conforme al artículo 1.4.17 de la Ordenanza General de Urbanismo y Construcciones (OGUC), comenzó una investigación de los hechos en razón a que era impresentable que se arrasara con ese atractivo inmueble de valor arquitectónico para dar paso a una torre de 33 pisos. Para ello me acerqué, con dos profesionales versados en la normativa urbana, a dicha municipalidad con la idea de estar al tanto de las características de ese permiso otorgado hace más de 5 años.
Intenté hablar con el Director de Obras sustituto, ya que el titular estaba de vacaciones, con la Jefa de Edificaciones y con otros tantos funcionarios para obtener ese documento de carácter público, pero ello no fue posible por algún desconocido motivo. Gracias a los buenos oficios de uno de mis acompañantes, fuimos a conversar con otro funcionario municipal a quien le hicimos notar nuestro peregrinaje sin resultados.
Este atento y probo funcionario, muy distinto a los anteriores, escuchó con suma atención nuestra solicitud de información amparada en el artículo 1.1.7. de la OGUC y, como era su deber, después de recibir él un certificado por el pago de las fotocopias efectuado por uno de mis acompañantes, nos entregó copia de ese acto administrativo que otorga derechos a su titular en la medida que sea apegado a derecho.
Revisado dicho documento observamos que 2 empresas privadas, Nazareno S.A. y Comercial Cañaveral S.A., eran dueñas en el 2008 de los únicos 3 predios colindantes que enfrentan la calle Morandé entre Rosas y Santo Domingo, con una distancia de 105 metros de largo con fondos de 27 metros, los que forzosamente debían fusionarse para posibilitar el negocio.
El proyecto consta de 760 viviendas y 249 estacionamientos en 6 niveles bajo tierra y también se verificó que el Director de Obras, excediéndose en sus atribuciones, señaló en ese permiso que tal fusión se podía inscribir en el Conservador de Bienes de Raíces contra la recepción final (?) de las obras.
En la actualidad, en uno de esos 3 terrenos, el que está en la esquina de Morandé con Santo Domingo, se está levantado un edificio en altura que le pertenece a una nueva empresa, cuyo nombre entregamos más adelante, en otro hay una edificación de dos pisos que ocupa, en calidad de arrendataria, la Policía de Investigaciones y el tercero es el inmueble protegido por la Municipalidad de Santiago.
No sabemos si en la fecha -28/05/08- en que se publicó en el Diario Oficial la protección patrimonial para ese inmueble privado, la municipalidad informó formalmente a su dueño la consecuencia lógica y práctica de tal declaratoria, la que se refleja con el número 636 en el listado oficial de los Inmuebles de Conservación Histórica.
Hoy en día, de acuerdo a la información pública que aparece en la página web del Servicio de Impuestos Internos (SII) los 3 predios, con sus respectivas edificaciones, le pertenecen a la Inmobiliaria Morandé 2010 S.A. sucesora de las empresas que obtuvieron el permiso de edificación en enero del 2008, por los cuales su propietario le paga trimestralmente a la Tesorería General de la República, conforme a sus destinos, diferentes sumas de dinero, por concepto de contribuciones de bienes raíces.
Lo anterior es demostrativo de que el permiso no solo está caducado, sino que está mal otorgado y por lo tanto no genera ningún derecho a su titular, motivo por el cual el inmueble de Conservación Histórica se mantendrá en el tiempo con las restauraciones necesarias y la pretendida torre que se levantaría en reemplazo del anterior es solo una lucrativa aspiración comercial.
Para no aburrir a los lectores omitiremos otras irregularidades, pero a través de esta tribuna instamos a Carolina Tohá que ordene un sumario administrativo al interior de la Dirección de Obras para que ella conozca los motivos que tuvieron algunos de sus funcionarios para intentar “pasar gato por liebre” y en paralelo le proponemos que le haga un reconocimiento público al funcionario que hizo posible conocer el turbio desarrollo de los hechos.