Son 7:00 am, los gatos lloran por comida y seguir durmiendo no es una opción. Tuiteas todo eso y le informas a todo el mundo sin querer (se supone) que tienes gatos y que sales muy temprano de casa. ¿Qué está pasando? Algunos – varios – somos parte de la generación sin intimidad.
Tengo sentimientos encontrados sobre esa “linda” acción de encasillar a las personas en un perfil o una grupo supuestamente homogéneo, pero la verdad es que con el pasar de los años es la forma más popular, en especial con la masificación de lo que hoy da trabajo a tantos: internet.
¿Para qué es todo este balbuceo? Para abordar uno de los temas más llamativos de The Be mobile Conference que organizó Blackberry en Miami hace unas semanas y que tuve el agrado de cubrir: El fin de la privacidad y la intimidad que nos deja estar “todo el día conectados”.
Alan Moore, autor de “No Straight Lines” (Sin Líneas Rectas), fue uno de los expositores invitados al evento; allí Alan explicó la existencia de “la nueva forma de comunicarnos” y como hoy un teléfono inteligente puede ser muy funcional a la hora de tener cercanía con alguien. “Una nueva suerte de conciencia global existe gracias a la interconexión digital, hoy potenciada gracias a los smartphones”, explicó.
¿Qué pasa acá en Chile? Ya son más 9 millones de chilenos que están registrados en Chile, es decir casi el 60% de los ciudadanos están conectados a la red social más importante del mundo.
Y es cuestión de mirar los muros de cientos de usuarios que cuentan con quiénes se comprometieron, anuncios de nacimientos, quiénes dejaron de ser sus parejas, su nuevo trabajo, etc. Antes, mucho antes del MSN era impensable que un espacio digital no sólo fuera público, de libre acceso y que albergue tantas emociones privadas como fotos tomadas frente a los espejos de ascensores. Pero aquí está todo, a un simple click.
Es entonces como hoy vivimos en una linda era que Alan Moore presentó y que de alguna forma todos estamos enriqueciendo. Pero, ¿estamos al tanto de las consecuencias? Primero es identificar si realmente como individuo se es parte de esta gran cruzada hiperventilada. En mi caso abiertamente lo reconozco, mi vida privada está tan presente en mis “amigos de internet” aunque ellos no lo necesiten. Segundo , ¿estamos al tanto de las consecuencia?
Para lo que estamos conectados hace años no es novedad, para que los que sumaron con la llegada de Facebook no estaría demás compartir estos lindos tips.
Tu identidad puede ser usurpada sin importar si eres un candidato presidencial o la profesora nueva recién titulada. No es una cosa de famosos, es una cuestión de seguridad, por lo mismo si vas a compartir tu vida te invito a revisar el estado de tu privacidad en facebook y lo que comunicas a través de otras redes sociales. No sólo proteger tu dirección, también a los menores del entorno.
También es importante diferenciar entre amigos de verdad o “los de internet”. Es cierto, ellos están tan cerca de tí como lo está tu compañero de puesto, pero sólo si tú así lo quieres. Mostrarle al mundo que hoy tuviste una mala mañana puede hacerse de muchas formas, pero no necesariamente a través de detalles como datos personales de cualquier índole. Porque sí, todos nos olvidamos que aunque se tenga 32 contactos en Facebook en común con alguien que no sepas su nombre, no quiere decir que sea de fiar.
No quiero ser el Padre Gatica (porque obviamente me cuesta aplicar “censura” en la red), pero créanme que aplicar filtros de privacidad con los compañeros de trabajo o con quien te cae bien en Twitter no es delito, es cuidarse y si vamos a contar nuestra vida porque hoy a la sociedad le acomoda que sea así, no seamos como el dicho “Pan con palta” con nuestra privacidad, sólo por moda.