Las vacaciones son sinónimo de relajo, tranquilidad, olvidarse de los tacos y en general de un ambiente más relajado. En todo el país comienzan los preparativos para este merecido descanso en familia, con amigos o bien, en soledad, pero cualquiera sea el caso, por lo general, no nos despegamos de nuestros artículos electrónicos y sus beneficios, y el hecho de que salgamos de vacaciones, no significa que los ciberdelincuentes también se tomen su tiempo libre. Lamentablemente, no es así.
En los últimos años el número de personas que realiza transacciones por internet creció considerablemente debido al cambio de hábitos de los consumidores, además de la facilidad y comodidad que este sistema ofrece.
Esto genera que las empresas de diversos rubros ofrezcan cada día más este servicio.Según cifras que maneja la industria en Chile el comercio por Internet está alcanzando los USD$ 1.700 MM anuales y se proyecta que este monto se triplicará para el 2015.
Números positivos para el e-commerce, pero que sin las medidas adecuadas por parte de los usuarios y de las empresas, ésta cómoda forma de adquirir productos y servicios puede transformarse en el fin de las vacaciones de manera abrupta y sin previo aviso.
El mercado on-line y sus transacciones electrónicas no son intocables y pueden ser fácilmente permeables ante intentos de hackeo y desarrollo de códigos maliciosos presentes en la red. Por ello, las empresas deben trabajar intensamente en brindar el mejor de los servicios aumentando las medidas de seguridad para crear sitios confiables que hagan frente a las amenazas del ciberespacio. Del mismo modo, los usuarios deben instruirse para utilizar métodos seguros que no expongan su privacidad.
En vacaciones es común que las transacciones on-line aumenten ya que están ligadas con la compra de pasajes, reserva de hoteles, pago de cuentas, transferencias a terceros, entre otras, por lo que los delitos ligados a este método de transacciones en línea también aumentan.
Una de las estafas más comunes en estas fechas está asociada a los arriendos de propiedades fraudulentas, las que son publicadas en portales públicos y que es muy difícil comprobar la autenticidad del oferente. Dadas las atractivas ofertas es fácil caer en la tentación y hacer un adelanto del arriendo, el cual al momento de iniciar las vacaciones resulta ser falso.
Otro sistema que nos hace vulnerables frente a estafas cibernéticas es el uso de WiFi en lugares públicos (Hotspot) como hoteles, cafés, restaurantes, centros de veraneo.
Gran parte de los turistas se conecta a estas redes inalámbricas sin cerciorarse de su nivel de seguridad, dejándoles el camino libre a los ciberdelincuentes para robar información sensible como datos bancarios, claves de acceso y rutas que ha hecho el usuario desde su smatphone o tablet.
¿Cómo cuidarnos entonces de no caer en las redes negativas?
Debemos mantener la confidencialidad de las passwords, componerlas con dígitos alfanuméricos y evitar utilizar fechas importantes o fáciles de adivinar por terceros, como aniversarios y cumpleaños.
Evitar acceder a servicios privados como bancos, webmail, compras online, etc. desde lugares públicos y en ningún caso utilizar equipos que tengan otros usuarios desconocidos como en un cibercafé o equipos en los que se desconozcan sus niveles de seguridad.
Digitar uno mismo la dirección web y nunca hacerlo a través de la dirección recibida en un correo electrónico o en un link desde otra página.
Cuidar la segunda clave de seguridad entregada por su institución financiera ya sea token o tarjeta de coordenadas.
Mantener el equipo protegido con un buen antivirus y preocuparse de actualizarlo constantemente.
Las medidas de seguridad no solo dependen del actuar del usuario, sino que también de las compañías. Al momento de entregar un servicio vía internet es fundamental identificar las vulnerabilidades que éste presenta.
En algunos casos, una empresa por querer entregar una plataforma en línea, puede dejar brechas de seguridad abiertas que dejen expuesta su información y la de sus clientes.