Las frases dichas en la última semana, a raíz de la muerte de Osama Bin Laden merecen, a mi juicio, que reflexionemos un poco. Hemos escuchado: “Aunque tarde la justicia llega” también hubo alusión a ésta como una “buena noticia”, y “el mundo es hoy más seguro”. Estas frases no salieron de la boca de cualquier ciudadano, ni siquiera de los que celebraban fuera de la Casa Blanca. Fueron dichas por líderes y presidentes de occidente. Como Piñera, el ministro del Exterior alemán, Guido Westerwelle y el mismo Obama.
Efectivamente acá ha muerto un hombre, un terrorista, culpable de matar a miles, y seguramente, de planificar seguir matando otros tantos. Sus víctimas no sólo no portaban armas, sino que no tenían absolutamente nada que ver con la causa que él defendió. Iban a trabajar, habían tomado un avión ó simplemente estaban en el lugar equivocado, a la hora precisa.
Sin embargo, frente a su muerte, tal como la hemos conocido (y probablemente tampoco sabremos con exactitud qué pasó), no portaba armas y por lo tanto fue ajusticiado, ejecutado, o en el mejor de los casos, abatido.
Por otro lado, hacer justicia significaba apresarlo, y llevarlo frente a un tribunal. Estoy de acuerdo en que no era tarea nada fácil para ningún gobierno.
Sin embargo su muerte es lamentable igual. Y la forma cómo ocurrió, también. Por lo demás, la justicia no sólo se hace para las víctimas, sino con fines de construcción de una sociedad mejor, más sana, donde el delito en cuestión no se repita. Busca ejemplificar y sentar precedente. No vengar.
Finalmente me pregunto qué sentirá hoy un niño de diez, ó doce años, pakistaní, afgano, libio, palestino, judío. Un niño como tantos otros, frente al televisor viendo las celebraciones que la muerte de Osama Bin Laden provocó, escuchando todas estas frases, viendo los detalles de este hecho. Sinceramente espero que sus padres se levanten del sillón, y ojalá cambien el canal y sintonicen otro. Uno donde los tunecinos debatan como reconstruir su democracia, por ejemplo. Ojalá vean a senadores y diputados debatiendo un proyecto de ley, en cualquier país del mundo. Espero que vean cómo cedemos espacio a los que no piensan como nosotros, cómo pedimos perdón por nuestros errores, que nos vean organizando elecciones, y haciendo fila para votar, ó protestando tras nuestros líderes, por un medio ambiente más sano, por energías limpias, por más democracia ó por la libertad de expresarnos.
Sinceramente espero que no vea, la inmensa multitud de oriente, como en occidente pareciera imperar la Ley del Talión.