Sorprende la pasividad de la familia del fútbol, por llamarla de alguna forma, ante la pobre actuación de Chile en Copa América, en realidad un fracaso total, sin excusas.
Un desempeño paupérrimo, se ganó al equipo más débil del campeonato y a Perú con un autogol debiendo recurrir para ello de todos los titulares, se empató con Uruguay y se perdió con Venezuela y jugando permanentemente de locales.
Creo que falló todo, el fútbol y la motivación. La motivación porque Chile entró a disputar su paso a semifinales sabiendo que Argentina y Brasil estaban eliminados y por lo tanto se allanaba el camino a la final, no pareció que eso significara algo extra para el rendimiento futbolístico, por el contrario la baja fue casi generalizada.
En el fútbol, porque se planificó mal, se tuvo treinta días concentrados a los jugadores en Pinto Duran para que se adaptaran a un supuesto nuevo estilo que no se vio en ningún partido y que sigue siendo un enigma, ¿que se puede rescatar del trabajo diario? Nada.
Se planificó mal este partido y los anteriores, porque se entregó gratis la franja izquierda del ataque, porque no se vio trabajo para contrarrestar una de las principales cualidades del rival, los centros al área, de ahí salieron los dos goles; porque no hubo sociedades que provocaran grietas en la estructura rival, hubo oportunidades de gol, pero no hubo un planteamiento que fuera superior al de Venezuela, con esos jugadores lo que menos se puede esperar de Chile es que se cree oportunidades, hubo desorden igual que en los partidos anteriores: ¿de qué jugó Vidal?
Una pena porque como dijo el sapo Livingstone esta es la mejor selección en la historia de Chile y no fue capaz de alcanzar ni siquiera las semifinales del torneo.
La verdad es que esto no es más que el último coletazo de las desacertadas decisiones tomadas a fines del año pasado: con el apoyo de instancias gubernamentales y de los clubes grandes se eligió a la cabeza del fútbol a un personaje menor que se vio obligado a reemplazar al entrenador de clase mundial que Chile tenía por un hombre de categoría pero lejos de quien se iba. Para aquellos que crean que las decisiones que se toman no tienen costo, he aquí un rotundo mentís.
¿Habría elegido Bielsa los mismos jugadores, un año después del Mundial?
No lo sabemos, posiblemente nos habría sorprendido con algo nuevo, lo concreto es que volvimos a lo de antes, casi pasamos… un poquito de suerte y clasificamos: ¡que hastío!
Nadie podrá convencernos que si los dirigentes hubieran hecho bien las cosas, el mejor equipo de la historia acertadamente conducido, habría disputado con éxito la final de este torneo.
Lo peor de todo es que ahora el Sr. Jadue tiene razón al confirmar al actual DT, esto es lo que hay y no tenemos más.
Por lo menos esperamos que en la próxima convocatoria se incluya a los mejores jugadores vigentes, ya que en ésta los criterios fueron otros.