Estamos próximos a conmemorar un nuevo “aniversario” de la muerte del estadista Eduardo Frei Montalva, no nos cabe duda que ha sido uno de los políticos más brillantes del siglo XX y uno de los mejores Presidentes que ha tenido Chile.
Logró sortear estrecheces económicas, múltiples crisis políticas derivadas del complejo escenario nacional e internacional, en un contexto de Guerra Fría y así y todo, cumplir con un programa de gobierno reformista que devolvió la dignidad a miles de chilenos, especialmente a los campesinos los grandes excluidos del proceso de industrialización, que nació al alero de la Constitución de 1925[1].
Con Frei Montalva, el juicio de muchos historiadores, tanto de izquierda como de derecha, ha sido tendencioso y mal intencionado. Lo han tratado de golpista, han publicado de manera tergiversada la carta a Mariano Rumor y han omitido verdades sobre su actuar político que realmente son inexcusables.
La historiadora Olga Ulianova en un reciente artículo titulado,“El despliegue de un antagonismo: el expresidente Frei Montalva y el Dictador Pinochet en los Archivos Estadounidenses”, desmitifica uno de los más grandes mitos: el calificativo de “golpista”.
Olga Ulianova en sus investigaciones que publica en el libro, recuerda este hecho inédito. “Llama la atención que Frei aprovecha esta última reunión con el Embajador Davis para plantear con toda fuerza su primera denuncia internacional de las violaciones de los DD.HH. en el país. Ocurre a menos de dos meses del golpe. No son sus proyecciones personales en un ambiente más que incierto, ni las de su partido, son los problemas de DD.HH., el tema central que el ex Presidente quiere llevar al conocimiento de las autoridades norteamericanas, planteándoles con eso la necesidad de una acción al respecto”.
Evidentemente esta acción es la antítesis del golpismo.Golpista sería alguien que busque su recompensa en suelo nacional urgido por un deseo morboso del poder.
Es muy extraño expresar simpatía por un hecho tan brutal como un golpe de Estado y a menos de dos meses de ocurrida esta tragedia, estar denunciando las gravísimas violaciones a los Derechos Humanos que se estaban cometiendo. Sin embargo, es necesario precisar y dejar muy en claro, que el ex mandatario fue un duro opositor a la Unidad Popular, ejerciendo una posición política legítima en democracia.
Cuando en nuestro presente histórico, ciertos sectores de la coalición gobernante critican fuertemente a la DC, olvidan que éste líder demócrata cristiano y muchos otros militantes, defendieron el derecho a la vida. En el caso de Frei Montalva, desde los inicios de la Dictadura Militar como lo acreditan varios hechos rescatados en el artículo de la Dra. Ulianova.
Con su famoso discurso en el Caupolicán, Eduardo Frei Montalva, a raíz de su férrea defensa de los DDHH y de negarse una y otra vez a que nos impusieran la Constitución de 1980, selló su condena a muerte, a manos de los agentes de la Estado.
En este análisis es necesario tomar en cuenta que en esos años, 80-83, la guerra fría tenía su máxima expresión en Centroamérica con la revolución sandinista y la guerra en El Salvador. Es por esas razones, que había una mayor tolerancia (porque no decirlo, simpatía) hacia los crímenes de la Dictadura de Pinochet, por parte de la administración norteamericana de Ronald Reagan.
Para concluir, las últimas investigaciones del Juez Madrid han comprobado que el ex mandatario no murió de causas naturales, hoy su partido, el PDC tiene la exigencia moral de pedir verdad y justicia.
Los partidos políticos no solo sobreviven ganando elecciones, sino también en el terreno simbólico, la cual en este caso es la justa memoria y la justicia.
[1]Juan Carlos Gómez Leyton: La Frontera de la Democracia: el derecho de propiedad en Chile, 1925-1973, Ediciones Lom, 2004.