En la esquina de El Vergel con Los Leones, existía el Colegio Latinoamericano de Integración. Una mañana, el 29 de marzo de 1985, José Manuel Parada fue a dejar a su hija al colegio y se detuvo a conversar con el profesor Manuel Guerrero en la puerta. En medio de esa escena cotidiana se desarrolló un operativo que terminó con ellos secuestrados y con otro profesor herido. A Santiago Nattino lo secuestraron antes.Transcurrieron varias horas hasta que el 30 de marzo se supiera el cruel desenlace.
Hoy en esa misma esquina existe un edificio residencial, pero cada 29 de marzo ese lugar se llena de Memoria.
A 30 años de aquellos hechos, el Concejo de la municipalidad de Providencia votó por 5 votos a 3 a favor el proyecto presentado por la organización Ciudad Elefante que quiere recordar con un memorial a Parada, Guerrero y Nattino en aquella esquina. Se trata de una intervención urbana con tres bancas que tendrán grabados los nombres de los tres profesionales comunistas que fueron degollados en marzo de 1985 por agentes de la Dirección de Comunicaciones de Carabineros (DICOMCAR).
Los vecinos han sido informados del proyecto y por cierto, legítimamente pueden estar o no de acuerdo con una marca de Memoria como la que se instalará en esa calle.
Más allá de las visiones personales, lo que ha logrado el municipio de Providencia es generar un precedente de cómo la ciudad debe aprender a convivir con su historia, con los hechos del pasado, con su verdad. Una política pública de Memoria debe considerar acciones de este tipo donde los gobiernos locales y la comunidad puedan involucrarse.
No solo son gestos urbanos, son demostraciones que permiten escribir una historia más genuina para el país. Sobre todo, esta marca de Memoria es necesaria para las nuevas generaciones porque nos ayuda a tener presente lo que no debiera volver a ocurrir.