Todos quienes formamos parte de la Comunidad Judía de Chile y que tenemos amigos, parientes y conocidos en Israel, sabemos que por estos días viven momentos extremadamente difíciles. Cada día sabemos de crueles y despiadados ataques a civiles inocentes que deben lidiar con el temor de salir a las calles y enfrentar la posibilidad de ser atacados y asesinados cobardemente por terroristas que apelando a una determinada causa, no trepidan en asesinar a cualquier ciudadano israelí, por el sólo hecho de ser judío.
Pero curiosamente, la prensa chilena presenta lo ocurrido de manera diametralmente opuesta, tergiversando abiertamente la información, haciéndome recordar la frase que acuñó el despiadado Joseph Goebles, jefe de la propaganda Nazi, aquella que dice “miente, miente, que algo quedará…”.
En aquella oportunidad, plena segunda guerra mundial, la propaganda nazi no trepidó en culpar a los judíos de todos los problemas que vivía Alemania, los problemas de la economía, los problemas sociales y de tanto repetirlo la población terminó por creerlo, sin detenerse un solo segundo a preguntarse o analizar si realmente era posible que un porcentaje tan pequeño de la población pudiese realmente ser culpable de todos sus males. Como decía el propio Goebbles, “Una mentira repetida mil veces se convierte en una realidad”.
Han pasado casi 70 años desde aquella espantosa filosofía propagandística y con temor, pero con impotencia y rabia a la vez, veo como nuestros propios medios de prensa tergiversan al informar sobre lo que sucede y presentan siempre al palestino como víctima y al israelí como agresor, sin importar si en la realidad ello es así o no.
Tengo el mayor respeto por el pueblo palestino y pido a Dios que ambos pueblos puedan alcanzar la paz y que nuestras comunidades en Chile tengan la sabiduría para no importar el conflicto y demostrar que ambos sectores sí pueden convivir en paz, pero de la misma manera creo que hay que tener la valentía para calificar al terrorista de terrorista, para condenar sin dobles discursos los crueles y viles asesinatos que se cometen día a día en Israel, y calificar al pueblo judío y al ciudadano israelí como víctima y no como agresor.
Lamentablemente nuestros medios parecen verlo de otra manera y en la escasa y liviana cobertura que se le brinda al conflicto en el medio oriente, insisten en poner como titular de prensa, sin importar qué motivó el desenlace, que ha muerto un joven palestino acribillado por soldados israelíes, presentando al joven palestino como víctima y al soldado como agresor, cuando lo realmente relevante de lo que está ocurriendo hoy en Israel es que terroristas palestinos atacan a mansalva, diariamente, y sin distinción alguna, a familias israelíes, a una joven o a un niño israelí, , hiriéndolos o matándolos, según el caso, pero al parecer de esa forma la noticia no vende tanto.
Los medios de prensa parecen olvidar la trascendencia y el impacto social que tienen y por ello deben saber que la forma de presentar un hecho noticioso determina la forma cómo éste será percibido por el destinario, por el pueblo chileno en este caso, y por ello deberían ser extremadamente cuidadosos, para no incitar al odio, para no predisponer a la población y para informar los hechos como suceden en la realidad.
La verdadera noticia es aquella que cubre el hecho noticioso en todas sus aristas y que informa y destaca lo más relevante y lamentablemente, eso se ha perdido en este conflicto que parece haber determinado de antemano, quién es la víctima y quién el agresor.