En medio de la gran tarea de hacer un país más equitativo, a través de asegurar algunos derechos básicos como educación y salud, entre otros, que sean iguales para todos, se nos plantea un tema de fondo: como se hace uso de esos derechos por parte de la población y como el Estado los otorga, en la idea de sacar el mejor provecho a los siempre escasos recursos económicos por un lado y con la mejor calidad posible en la prestación de estos servicios, por otro.
Me explico. Por lo general es el Estado quién otorga los beneficios de manera directa a través de instancias propias, o a través del sector privado vía subsidios. La población accede a ellos a través de los medios que éste le ofrece y bajo condiciones que el mismo establece.
Este sistema es el que se aplica en nuestro país. El mismo que también está algo cuestionado, dado que en definitiva se generan múltiples distorsiones. En efecto, al existir la obligatoriedad de utilizar los servicios que el Estado ofrece, primero no se asegura el eficiente manejo de los recursos que se asignan y por otro, tampoco se logra calidad en éstos servicios. Experiencia que en gran medida todos hemos podido experimentar.
Otra alternativa posible, es que el Estado entregue los beneficios sociales a través de bonos directos a quién corresponde, quién tiene la libertad de elegir al prestador que se lo entregue sin influencia alguna en ello del Estado. En este caso, se generan múltiples ofertas, incluso también del propio Estado, que aseguran la competencia y por lo mismo la generación de un mejor servicio y un manejo mucho más eficiente de los recursos. El monto del bono debe estar establecido y sin permitir copagos, para que sea igual para todos.
Suecia, una de las economías más competitivas del mundo, sin duda alguna es un país que tiene mucho que decirnos en este tema. Ha desarrollado un modelo de sociedad bastante igualitaria y con muchos beneficios sociales. Ellos han experimentado ambos modelos. El primero en definitiva lo llevó a una gran crisis, marcado también por la realidad de un mega Estado que en definitiva la sociedad no pudo sostener. Hoy se encuentra transitando en el segundo y con mucho éxito.
Esto es justamente lo que nos quiso decir Mauricio Rojas, un chileno radicado en Suecia ya por muchos años. Él es doctor en historia económica y llegó a ser miembro del parlamento sueco; escribió especialmente para nosotros los chilenos, un libro denominado Suecia el otro modelo. En éste desarrolla en detalle los dos momentos de la historia sueca que representan estas dos formas de entregar los beneficios sociales y hacer sociedad.
Siempre es bueno revisar experiencias comparadas y sacar lo mejor de ellas para poner en práctica, sin tener que repetir errores ya reparados por otros.
Más allá de las naturales diferencias que tenemos con dicho país, en muchos ámbitos, es bueno estudiar y evaluar esta experiencia y ver la forma de aplicarla, a nuestra manera y en nuestras condiciones. Creo que su esfuerzo vale la pena conocer.