Desde la promulgación de la ley ambiental el año 1994, en forma creciente los temas ambientales son parte de las preocupaciones de las personas y de la agenda pública, los políticos para bien o para mal hacen referencia a ello. Diversos temas relacionados con el ambiente forman parte de los programas de gobierno, los discursos presidenciales del 21 de mayo, y sin lugar a duda, inquietan a los habitantes del país.
Pero esto no tiene ninguna relación con las cifras que presenta el estudio elaborado por el Gobierno de Chile y CEPAL, denominado “Estimación del gasto público ambiental”. Este representa un cable a tierra entre el discurso político y la realidad de las cifras. Según el estudio antes mencionado, el gasto público estimado para el año 2012 fue de 145.042 millones de pesos, lo que equivale a 260 millones de dólares y representa el 0,1% del PIB para ese año, el más bajo de los países OCDE.
Según se señala en el documento para su elaboración se analizó y utilizó la ejecución presupuestaria del año 2012, considerando el gasto en materia ambiental efectuado por 30 servicios públicos, pertenecientes a los ministerios de Medio Ambiente, Interior, Agricultura, Educación, Defensa, Obras Públicas, Salud, Minería, Vivienda y Transporte.
Al revisar el estudio constatamos con incredulidad que pese a la gran cantidad de Servicios Públicos considerados para hacerlo y que la cifra total puede parecer baja, la situación es más dramática cuando se llega al monto gastado por habitante durante el año 2012, pues es la magra cifra de $ 8900 por persona durante todo un año, lo que equivale a 24,3 pesos diarios o sea la nada misma. Este es un duro golpe a la realidad, pues refleja claramente la importancia que le han asignado y le asignan las autoridades, particularmente el ministerio de Hacienda, al cuidado del medio ambiente.
El informe detalla ciertas áreas de gastos y dada la contingencia país, donde la contaminación atmosférica parece ser un problema sin solución que año a año aumenta en las ciudades del sur de Chile y en la Región Metropolitana, lo que sin duda merece una seria revisión.
Para que usted sepa el informe en cuestión no dice si las normas son suficientes, o si son buenas o malas, o si están bien o mal aplicadas, sólo hace referencia a plata del gasto público. Por ello, pese a lo que digan las autoridades, el informe es concreto nos dice cuanto es el gasto público y para saber la cifra sugiero que se prepare.
El Estado de Chile estima su gasto público en calidad de aire y cuidado del clima en 4,2 % de 8.900 pesos habitante/año; ahora saque su cuenta, pues son 373,8 pesos por persona al año, aproximadamente la mitad de un pasaje de Transantiago.
Saque sus conclusiones, si el gasto público es de $8.900 por habitante al año y 378 pesos son para temas de calidad de aire y cambio climático por habitante al año, la explicación es casi innecesaria, está claro por qué la contaminación del aire en muchas ciudades cada año es peor, los planes de descontaminación son poco eficientes, las empresas son poco fiscalizadas y multadas; también las razones de la existencia de zonas de sacrificio y muchas cosas más.
Lo que entendemos es que las autoridades han abandonado a los más vulnerables en materia de medio ambiente y en particular de contaminación, los han dejado a su suerte para que las empresas sigan haciendo lo que quieren y las zonas de sacrificio sigan prosperando.
Lo bueno de este documento, es que nos trae una realidad que de una u otra forma sabíamos que existía, además genera una metodología que permitirá de ahora en adelante repetir el estudio y ver cómo vamos, cosa que no era posible antes, también será posible compararnos con otros países de la OCDE, eso es algo.
Ahora sólo queda asumir un rol activo para que las autoridades, aquellas que definen los presupuestos ministeriales y el gasto público amplíen su mirada y se den cuenta que no se puede asignar un presupuesto a calidad de aire y cuidado del clima que sea inferior al valor de un pasaje de Transantiago.
Y sobretodo tenemos que ser activos en no permitir que autoridades y políticos digan que hacen algo para reducir la contaminación que afecta a los habitantes de Chile, puede que tengan voluntad, pero la realidad se mide en pesos y son $8.900 por habitante al año, de los cuales sólo $373,8 se destinan a calidad del aire y cambio climático. Lo invito a revisar el informe, puede sorprenderse aún más.