Dejemos en claro que hubo una propuesta del manager del conjunto para participar en el Festival de Viña 2015. El motivo era simple: deseábamos comenzar la celebración de nuestros 50 años participando en este evento musical que, a uno le guste o no le guste, es el más importante de Chile.
Dejemos en claro que esta propuesta fue rechazada por los organizadores. Como sabíamos que el asunto era difícil de conseguir, para nosotros ahí terminó el asunto. Lo que posteriormente nos indignó fue enterarnos casualmente que la causa de la decisión del Festival había estado en una decisión de la Alcaldesa. ¿Cómo nos enteramos? Una persona cercana a ella nos hizo esa confidencia porque no le había parecido bien esta decisión. Tenemos amigos en todas partes.
El Quilapayún tiene una página de Facebook que por el momento tiene 142.889 seguidores muy fieles y atentos. Digo “por el momento” porque este número es creciente. A través de esta página nosotros damos a conocer las noticias del conjunto, ponemos fotografías de los conciertos, los anunciamos, ponemos recuerdos de nuestra historia y también nuestras opiniones sobre distintas cuestiones.
Cuando hay asuntos más contingentes, usamos nuestro Twitter, que también tiene muchos interesados. Nuestro propósito fue informarle a nuestros seguidores lo que había ocurrido con el Festival, por eso usamos un lenguaje directo y franco. La verdad es que no pensábamos que este asunto pudiera interesar demasiado porque nos hemos ido acostumbrando a la indiferencia de los chilenos ante la suerte que corren sus artistas. En esto, debo decir, estábamos equivocados.
Por lo tanto, los primeros sorprendidos con la expansión mediática que tuvo nuestro mensaje fuimos nosotros. Rápidamente los “me gusta” alcanzaron cifras inusitadas y comenzaron a llover los comentarios, la inmensa mayoría de ellos solidarizando con nosotros. Esto pasó al Twitter y de ahí llegó a los medios de comunicación, dando inicio a los llamados de periodistas, entrevistas, comunicados y todo lo que caracteriza a un fenómeno mediático.
Lo que verdaderamente desencadenó nuestra indignación en este asunto fue la información de la Intervención de la Alcaldesa. Era como una vuelta a un pasado de censuras que nos parecía superado y que nos recordó nuestro primer encuentro con el Festival de Viña en febrero de 1973.
También en esa época hubo resistencia a la participación del Quilapayún durante años. Solo cuando esta ausencia nuestra del Festival se hizo escandalosa fuimos por fin programados. En esa época ya hacíamos largas giras por Europa y llenábamos el Luna Park de Buenos Aires, pero el Festival nos ignoraba. Si finalmente aceptó, lo hizo a regañadientes y en medio de una verdadera campaña del terror sobre nuestra participación que finalmente terminó en los hechos que se conocen.
El lenguaje utilizado en nuestro mensaje ha sido criticado por algunos como grosero e insolente.Lo cierto es que si uno analiza las palabras utilizadas no es ni lo uno ni lo otro.
La expresión para definir a la Alcaldesa de Viña del Mar fue “momia recalcitrante”. La palabra “momia” ya casi no se usa y hace alusión a la pertenencia al pasado de las personas que son demasiado conservadoras. Es mucho menos ofensiva, por ejemplo, que la palabra “upeliento”, con la que la gente de derecha acostumbraba denominar a los partidarios de la Unidad Popular durante el Gobierno de Salvador Allende, la cual incluye la palabra “peliento”, que es francamente ofensiva e insultante. Quiere decir lo mismo que “roto”, “persona de baja condición”, “ordinario”.
Por otra parte, la palabra “recalcitrante” significa “terca”, “testaruda”, lo que no es un insulto, sino una definición. Por lo tanto, “momia recalcitrante” significa, “persona atada al pasado y que se empecina en ello”. Es por tanto la definición de una persona y no tiene nada que ver con groserías ni insultos. Y el impacto que ha causado me lleva a pensar que esta definición fue certera y no sería raro que vuelva a ponerse en la boca de los contrincantes de la Sra. Reginato en las próximas elecciones.
De todo esto queda la gigantesca solidaridad de todos los que han participado en nuestro favor en esta polémica. La Alcaldesa, que se habría llenado de gloria de habernos programado, perdió su oportunidad.
Nosotros también perdimos, porque habría sido hermoso comenzar nuestra celebración de los 50 años con nuestra participación en el Festival. Pero la historia sigue y nosotros ya hemos doblado la página y hemos pasado a lo que será nuestro año 50. Se anuncia para abril un gran recital gratuito en algún lugar emblemático de Santiago y una hermosa gira por Chile y por los barrios de Santiago.
Será un encuentro con nuestra gente y un recuerdo de lo que han sido estos cincuenta años en los que hemos vivido una verdadera historia, los comienzos con Víctor, los tres años de la UP, los 15 años de exilio y todo lo que ha venido después.
Para celebrar debidamente estas festividades hemos invitado al propio General Pinochet, quien desde el infierno nos ha asegurado su participación. Adiós Festival. Ya vendrán otros tiempos.
Estas cosas no son definitivas. Ni Víctor ni la Violeta estuvieron nunca invitados al Festival, pero al final, llegaron.